viernes, noviembre 29, 2019

HERMÓGENES Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.




Tengo el convencimiento que don Hermógenes fue invitado al matinal de C13 con la intención de  denostarlo, tal como sucedió en aquel recordado programa de Tolerancia Cero. Cuando los argumentos son sólidos, la histeria y la mala fe aparecen. Todos conocemos sus opiniones políticas, las ha planteado en distintos medios de comunicación durante décadas, y justo ahora, la comunista millonaria que las oficia de panelista indignada, se conmociona y llora al escuchar una verdad histórica evidente. La televisión chilena, y en particular los matinales y los noticieros, representan la degradación de la sociedad en que vivimos ¿Alguien puede dudarlo? Basta con mirar el parcial despliegue desinformativo durante el “estallido social” para convencernos.

Luego aparece la declaración de Andrónico Luksic, propietario del canal de televisión, asegurando que don Hermógenes jamás debió ser invitado a “su” programa. Claramente la opinión del invitado se contrapone a sus negocios, esto implica que C13 no informa ni educa, es solo un apéndice de los intereses del propietario. Algo predecible en una persona que ha tenido a tantos políticos en la nómina.

En ese momento la situación se hizo insostenible, y C13 debió emitir obligadamente una disculpa a don Hermógenes. Ya era demasiado tarde. La conductora debiera ser despedida. Canal 13 cruzó la línea. 

Creo que puedo representar a todos los comentaristas habituales de este Blog, al hacer un reconocimiento público a nuestro amigo, don Hermógenes Perez de Arce, por su valentía, su rectitud y su educación, que resalta ante tanta ordinariez reinante en Chile, y por su dedicado trabajo en divulgar la verdadera historia de nuestro país durante los últimos cincuenta años.

Máximo.

lunes, noviembre 25, 2019

¿BALINES?



Al respecto, como Médico PUC, Psiquiatra Instituto Horwitz, Perito Forense Instituto Horwitz, Post Doctorado en Neurociencias UNM, EEUU. Beca Mideplan 2002-2006, pregunto primero y aclaro después:
1) Las muestras de balines fueron obtenidas de «pacientes afectados por impacto de dichos proyectiles durante las manifestaciones» dicen en metodología
¿Cuántos pacientes? Respuesta: No lo dicen
¿Cuántas muestras? Respuesta: Dos muestras
¿Las dos muestras fueron obtenidas del mismo paciente o de dos pacientes o fueron recogidos del suelo por la «víctima» o sus «asistente»? Respuesta: No lo aclaran.
2) ¿Cómo saben que esos 2 balines fueron disparados por Carabineros? Respuesta: Lo presumen.
3) ¿Usaron contramuestras correspondientes a balines vírgenes solicitados a Carabineros de Chile? Respuesta: No lo hicieron.
Resumen: N=2 balines de procedencia desconocida, sin contramuestra sirva de control
¿Validez Científica? CERO
¿Validez Forense en un Juicio Penal? CERO
¿Razón? No hay cadena de custodia. Sin cadena de custodia NO HAY PRUEBA PENAL
¡Estamos en presencia de un MONTAJE!
Rodrigo Paz Henríquez

miércoles, noviembre 20, 2019

(Video) ESTADO DE SITO. (Por favor).



Desde el motín del 18 de octubre donde quemaron y dañaron las estaciones del Metro de Santiago y los supermercados, eso fue un acto de guerra a los chilenos y a la república. Luego supimos la declaración del segundo de Venezuela, Diosdado Cabello: “Lo que está pasando en Perú, lo que está pasando en Chile, lo que está pasando en Argentina, lo que está pasando en Honduras, Ecuador, es apenas la brisita. Ahora viene el huracán”. Luego conocimos las palabras del presidente Piñera afirmando: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”.




Desde el motín del 18 de octubre donde quemaron y dañaron las estaciones del Metro de Santiago y los supermercados, eso fue un acto de guerra a los chilenos y a la república. Luego supimos la declaración del segundo de Venezuela, Diosdado Cabello: “Lo que está pasando en Perú, lo que está pasando en Chile, lo que está pasando en Argentina, lo que está pasando en Honduras, Ecuador, es apenas la brisita. Ahora viene el huracán”. Luego conocimos las palabras del presidente Piñera afirmando: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”.



   Los responsables de la insurrección fueron el Partido Comunista y el Frente Amplio.
   Si Piñera fuese presidente de la República de Chile, hubiera cerrado las fronteras y hubiera aplicado la Ley de Extranjería de 1975. ¿Por qué no lo hizo? Se lo mando la ONU a sabiendas que estaba detrás el Foro de Sau Paulo. Tampoco no rompió relaciones diplomáticas con las embajadas de Cuba y Venezuela.
   Cabe recordar que se supo que el año pasado estuvo en La Araucanía el jefe de la DGI cubana. Entre tanto, se supo después del ataque que habían entrado cinco mil venezolanos para provocar caos. Unos venezolanos que atraparon tenían pasaporte diplomático. El resto fue expulsado. 
   Recuerden que el INDH quiso ingresar un oficial venezolano fuera de la ley. 
    Estamos en una guerra psicológica, una guerra hibrida. Recuerden que somos un experimento de la ONU. 
   Nuestra sociedad es más sofisticada. Sin embargo, imaginen que fuésemos una aldea más o menos grande, a la cual le queman los campos. Eso es maldad, agresión y guerra.
   Luego vino la declaración de general Iturriaga, quien dijo: “No estoy en guerra con nadie”. 
 Después que salieron los militares a la calle y la calma reino por breve tiempo, hasta termino con la así la llamada ‘Marcha del millón’, que articulada por el Partido Comunista, dándole un aire transversal. Desde entonces hemos visto saqueos a negocios pequeños, medianos, farmacias, iglesias, hasta hospitales.
   Cuando fui al mall de 15 norte con avenida Libertad y vi que ponían planchas de madera como si fuesen a bombardear, me dije: “Estado de guerra”. No porque el presidente las haya dicho, sino por la sensación que reina ahora en el país. Vi lo mismo en la calle Valparaíso, donde ponían planchas de zinc. Igualmente, en Valparaíso. No sabía, que habían atacado hospitales o clínicas. También farmacias. 
   Por mi blog he dicho hasta el cansancio, que el INDH forma parte de la revolución. Es como un caballo de Troya, pues desea que tanto los militares como los civiles no tengan derecho legítimo a defenderse de los grupos que usan la violencia. Y que son apoyados por el Partido Comunista, el Frente Amplio y el Partido Socialista.



  El señor Rodolfo Yanez escribe lo siguiente en el canal El Villegas: “La Serena: Saqueadores de pequeña farmacia del centro de la ciudad, uno de ellos resulta herido porque se cortó con los vidrios que estaban rompiendo para ingresar al local, casi inmediatamente llegaron corriendo los del INDH para saber por qué el santo jovencito estaba sangrando. Quien entiende esto? Sólo me cabe decir que es un respaldo a full a la delincuencia”. Teresa Marinovich denunció por su canal que el segundo al mando del INDH, que es un ex MiR, montó un montaje, donde acusaba a Carabineros de haberlo herido. Pues bien, cuando volví a casa desde Valparaíso, vi un cartel cerca de la Universidad Federico Santa María y de la rotonda, que decía: “No estamos en guerra”. 
   Sin embargo, antes del motín, se encontraron armas en contedores en Arica, uno a principios de octubre y el otro antes de la insurrección. Al saber de esa noticia, me acordé de la UP, pues mientras los partidarios de dicho régimen escribían por los muros “No a la guerra civil”, Allende internaba armas a Chile. Por su parte, el canal Aurora Soberana en un programa muestra que la marcha del millón fue obra del PC. Asimismo, muestra varios rayados con la siguiente frase: “Guerra Civil”.


Mientras la izquierda apoya la violencia, el saqueo y los incendios, sacaron la canción del terrorista y cantante Víctor Jara: “El derecho de vivir en paz”. 
  Unas cartas que fueron publicadas por El Mercurio de Santiago, dan cuenta de la misma impresión. Una carta tiene como título Presa en Vicuña Mackenna 
  “Destrozaron el Café Literario, donde mis hijas retiraban libros y eventualmente estudiaban. Quisieron quemar la iglesia de la Asunción y le prendieron fuego. ¡Ahí no pude más!, y fui sola a enfrentar a estos jóvenes y no tan jóvenes para defender el único espacio de paz y reflexión que me quedaba. Traté de botar las tablas incendiadas y se me tiraron encima, amenazándome de que me tirarían piedras si insistía en apagar el fuego. Para un cristiano como yo este es un espacio de encuentro con Dios. No es perfecta la Iglesia de hoy, pero es mi espacio. Para mí esto es lo más parecido a una guerra. Y al que me critique lo invito a vivir un día en mi casa”. 
   Estamos en guerra contra los que usan la violencia. Las guerras no se terminan con puras palabras como cree en el ex presidente Ricardo Lagos, quien llamaba a parar la violencia, y así obtener justicia social. Más robo legal. 
   Otra carta se titula Presos en nuestros hogares : “Es urgente detener y procesar a los maleantes que están destruyendo y entorpeciendo las marchas. De seguir sin control la situación, vamos a terminar todos presos y aterrados en nuestros hogares, como si estuviéramos en guerra”. 
    Las personas de tercera edad que vivieron bajo la Unidad Popular y que conocen la verdadera historia, han comparado el segundo gobierno de Piñera con el gobierno marxista. Sebastián Piñera hace el papel de Allende, los poderes del estado han sobrepasado la Constitución y los funcionarios del Estado se han plegado a paro por órdenes del PC. 
   El jueves pasado fui al Sodimac que se encuentra en Gómez Carreño y estaba cerrado. Sólo se permitía un pequeño acceso por donde está el supermercado. Usaban contenedores para protegerse. La puerta de acceso donde están las maquinas, cemento y tierra habían puesto más refuerzos. Obviamente, por temor al saqueo.
   La izquierda nos sacó de la normalidad a igual que con la Unidad Popular. Luego se han quejado de que los militares los sacaron a ellos como si el país hubiese estado bien. Ahora ocurre lo mismo, si llegamos a tener una salida fuera de la común, no se quejen esta vez. 
   Dejaremos el estado de guerra, cuando los comerciantes, empresarios y los supermercados dejen de protegerse con planchas de madera y zinc, por miedo a los saqueos e incendios que provocan las turbas o tontos útiles al servicio del Partido Comunista. Y cuando éste deje de provocar falso descontento con las así llamadas ‘marchas pacíficas’, que lo único que hacen es destruir todo a su paso. 
  Cuando se restablezca el orden a través de la fuerza, allí habrá paz. Quede claro que no me refiero a la paz social.

Julio Bazán Aguirre.

sábado, noviembre 16, 2019

LA CONSTITUCIÓN, EL BLANCO DE LOS GOLPISTAS #VamosADecirQueNo



Utilizar maquiavélicamente a la ignorancia de los demás para imponer a la fuerza un dogma perverso, tendría que ser considerado un crimen de lesa humanidad. Ello, porque vía engaño, se configura el delito de abuso contra quienes carecen de mínimos conocimientos sobre lo que se busca obligarlos a hacer.

Lo que ocurrió en Chile a partir del atentado al Metro es una crisis política originada por una sublevación con un solo fin político: la caída del Gobierno. Una de las pocas personas que se ha atrevido a no cambiar la óptica de los hechos es la ex ministra de Estado (DC) Mariana Aylwin, quien derechamente manifestó que la asonada fue “un intento por desmoronar la democracia”.

Así, no más, fue. Como la revuelta no tuvo el desenlace aguardado y planificado por el Foro de Sao Paulo, en Caracas, sus ideólogos y ejecutores, el PC y el FA, cambiaron rápidamente su foco, derivándolo a un “estallido o crisis social”, fruto  de un pueblo “con rabia contenida” que recién ahora, luego de cinco Gobiernos de centroizquierda, viene a reaccionar, culpando de todo a uno de derecha.

En este grotesco manipuleo de la gente se ha aprovechado esta coyuntura para poner en el tapete un ofrecimiento no cumplido de  la socialista Michelle Bachelet: una nueva Constitución, que, ya veremos, nada tiene que ver con las “demandas sociales” y que, por lo mismo, es una materia exclusivamente política, al igual como lo fue la insurrección del 18/OC. Para mayor reflejo de esta realidad exclusivamente política, es que la oposición chantajea al Ejecutivo con un eventual apoyo a cambio de que éste se comprometa a modificar  la Constitución.

Es tan grande la impudicia de la izquierda, que, al ser convocado a una reunión del COSENA  para analizar el interminable vandalismo de los subversivos, el presidente del Senado, el mismo de la retroexcavadora, llegó a decir que “pensé que me habían invitado por un plebiscito para la nueva Constitución”…Por su parte, la diputada frentista (ex PC) Pamela Jiles expresó que “eso sólo se arregla con la renuncia de Piñera”.

Está demasiado claro que las demandas sociales son, hoy, apenas ‘un pelo de la cola’.
Habiendo quedado a temperatura ideal el ambiente por la insurrección, militantes comunistas y del Frente y ONG’s progresistas  llamaron de inmediato a cabildos, diálogos ciudadanos y asambleas vecinales  para consensuar exigencias que le pondrán al Gobierno para ser incluidas  en un plebiscito al que “debe convocar” La Moneda.

Lo repudiable y censurable de este oportunista embate izquierdista para aprovecharse del temor de la población, es que le atribuyen a la actual Constitución ser “una herencia de la dictadura”.  Es otra de tantas falsedades, intencionalmente no difundidas por el periodismo, porque se trata de la Carta Fundamental firmada por el Presidente Ricardo Lagos, PPD y socialista por toda una vida.

El 17 de septiembre de 2005, en una concurrida ceremonia, el entonces Presidente Lagos Escobar, le anunció al país que “hoy firmamos solemnemente la Constitución democrática de Chile”.

“Éste es un día muy grande para Chile. Tenemos razones para celebrar: tenemos hoy, por fin, una Constitución democrática, acorde con el espíritu de Chile, del alma permanente de Chile. Es nuestro mejor homenaje a la independencia, a las glorias patrias, a la gloria y a la fuerza de nuestro entendimiento nacional”.

“Éste es el comienzo de una nueva etapa en la historia, con una Patria más grande, más unida, más prestigiosa, reconocida en el mundo. El nuevo texto constitucional es un logro de todos los chilenos que han trabajado por la libertad”.

“Esta nueva Constitución ya no nos divide y tiene que ver con los reales problemas de la gente”.
“El nuevo texto constitucional se basa en el Estado moderno y en la democracia, y es producto de un mandato que proviene del pueblo”.

De esta lectura no sólo se desprende que la Constitución no es pinochetista y es plenamente “democrática”. ¿Cuál es, entonces, el impulso de intervenirla o simplemente desecharla?: establecer en ella un nuevo modelo de convivencia nacional, que no es otro que el totalitarismo socialista, del cual se sabe cuándo se entra pero, para muchos pueblos, no tiene salida, como Cuba, Corea del Norte, Venezuela. Cuando, tras millones de mártires, se consigue terminar con este infierno, como ocurrió con la caída del Muro de Berlín, tan terrorífica experiencia, la izquierda la borra de la historia.

La instrumentalización de  la ignorancia de la población aspira a convencerla de  que sólo con una nueva Constitución, a través de una Asamblea Constituyente, se harán  posibles sus demandas económicas para un mejor bienestar.

Es una vileza engatusar a la gente con ese ficticio argumento, aprovechándose del absoluto desconocimiento que existe sobre el contenido de la Constitución, la misma que, sin ser tocada, ha regido a este país que pasó de un 40% de pobreza a un 10%, exactamente los mismos números, pero al revés, de Argentina desde que llegó al poder el matrimonio Kirchner/Fernández.

El subir el sueldo mínimo, el aumentar las pensiones, el humanizar la salud, el castigar más duro a quienes se coluden, el eliminar impuestos a los más vulnerables y el ayudar con acciones concretas al adulto mayor, se consiguen a través de leyes específicas sobre cada materia, como ha sido siempre, sin tocar la Constitución.

Es un imperio moral de todos los demócratas de Chile advertir al resto de la población que no se deje engañar por gente de izquierda que se maquilla de “organización vecinal”. Si bien detrás de la fachada de estos tramposos cabildos no están en persona los dirigentes políticos, hay que recordar que son ellos quienes estimulan la insubordinación, siendo que la gente lo primero que pide es que se manden cambiar por sinvergüenzas y que, al menos, se rebajen sus lujuriosas dietas.

El buen chileno, ése que continúa trabajando pese a las dificultades de transporte y abastecimiento, tiene el compromiso con su país de aleccionar a quienes poco o nada entienden de textos constitucionales y legislativos si es que asisten a este tipo de  asambleas vecinales. Se les debe alertar para que  desenmascarar a sus convocantes. Hay que dejar al descubierto que se trata  de militantes del extremismo, y para ello se les desbarata solicitándoles su RUT para cotejarlo con las afiliaciones a partidos del SERVEL,  a disposición en su página web.

Chile no ha salido de su grave crisis política a que lo condujo la insurrección del 18/OC. Continúan llegando desde el exterior mensajes dirigidos al “pueblo chileno” en solidaridad por ser víctima de “las más atroces violaciones a sus derechos fundamentales”.

Si se observa con detención, todo ello es parte de la trama urdida en Venezuela y respecto a la cual las instrucciones de cómo actuar fueron impartidas al socialismo internacional, el que en ninguna de sus alusiones hace una mínima referencia a las demandas sociales, simplemente porque éstas nunca estuvieron en el plan conspirador, ya que la izquierda en sus Gobiernos fue causante directa de varias de las penurias que hoy reclamar la población.

Raúl Pizarro Rivera.

sábado, noviembre 09, 2019

EL PAÍS QUE LE GUSTA A LA IZQUIERDA.



Mientras el país se desmorona rápidamente, sin que el actual gobierno puede detenerlo, conviene describir el mundo que le gusta a la izquierda.

 Si las personas que se identifican con la izquierda fuesen racionales y algo de empáticas, por lo menos uno esperaría que le pidiese a la autoridad del momento de que las turbas fuesen aplacadas, pues así se acabarían los saqueos e incendios. Hay que aclarar que estos últimos son intencionales. Con todo, los políticos de la oposición prefieren ser cómplices de la violencia. Sin embargo, no les importa. Les importa más el accionar de Carabineros que la violencia que desatan los manifestantes en sus marchas que no son pacíficas, ni espontáneas.

En el país que les gusta la izquierda es bueno que las carreteras y autopistas estén bloqueadas.

 Que el comercio cierre a las 3 de la tarde es un buen indicio de la ética por el trabajo que tiene los dirigentes y parlamentarios de izquierda. Después de todo, la Cámara de Diputados aprobó a Ley de 40 horas de la diputada comunista, Camila Vallejo, quien nunca le ha trabajado nadie.

En el país de izquierda, el comercio tiene que parapetarse por temor a que los vándalos dejen destrozos en cada marcha “pacífica”.

Aunque la mayoría del país está en sus tareas habituales cada día, la izquierda quiere hacer creer existe un molestar. Por eso, las marchas. Quieren hacer creer que son mayorías.

En el país que les gusta la izquierda, las personas tiene que habituarse a llegar tarde a su casa o al trabajo, pues como sabemos la principal vía de comunicación de la Región Metropolitana fue dañada en 80 estaciones.

Además, si antes la comunidad tenía un supermercado cerca, ahora tendrá que ir más lejos. Fueron quemados.

En el país que le gusta la izquierda las personas decentes y las fuerzas de la ley no tienen derecho a defenderse de la violencia.

En el país de la izquierda, la excepción se convierte la norma y la norma pasa a convertirse en excepción.

En el fabuloso país de izquierda a sus dirigentes no les importa la educación, ni muchos la salud de sus habitantes, pues sus propias políticas se han encargado de destruirlas.

En el país de la izquierda no existen hombres libres que puedan vivir de su trabajo, sino siervos de la gleba en manos del Estado, mientras a nomenclatura progresista viven como señores feudales.

En el país que desea construir la izquierda se considera una virtud el saqueo e incendiar supermercados, negocios e iglesias.

En el Chile que quiere la izquierda tanto la salud pública como la educación estatal seguirán siendo malas, aunque que lleguen a tener una nueva constitución que asegure el derecho a la salud y a la educación.

En el país que le gusta la izquierda es bueno incitar al odio a través de grafitis como, por ejemplo: “Paco asesino”, “Paco violador”, etc.  Los que promueven las leyes contra el odio, justifican esos grafitis.

En el país que le gusta a la izquierda, los propios dirigentes de ese sector les aseguran que tendrán una pensión digna, cuando no serán dueños de nada, puesto que el derecho a la propiedad no existirá.

En el país que le gusta la izquierda el debate no existe, pues lo que hay es adoctrinamiento en los colegios y universidades.

En el país que le gusta a la izquierda, los dirigentes prometen empleo, mientras hacen quebrar las empresas y crean una gran burocracia que no permite hacer nada.

El país de la izquierda es un manicomio.

Javier Bazán Aguirre.

jueves, noviembre 07, 2019

TÓMESE NOTA DE LA BARBARIE EXTREMISTA.



La política, la chilena, al menos, debe ser una de las más inconsecuentes de entre los países que se proclaman en vía de desarrollo.  Los programas de Gobierno –los conocidos hasta ahora- carecen de la robustez y de contenidos firmes como para ser cumplidos al término del respectivo  período presidencial: van alterándose, sustituyéndose e incluso ignorándose, todo ello a medida de las circunstancias. Suele perderse el rumbo con mucha facilidad, aunque se tenga mayoría incontrastable en el Congreso.

Al dar el puntapié inicial a su Gobierno, el Presidente de la República convocó a mesas transversales para recoger reflexiones de todos los sectores respecto a los cuatro pilares en que se sustentaría su gestión: seguridad ciudadana, salud, desarrollo social y pacificación de La Araucanía. Quizás porque tres de éstos se desplomaron prontamente, la carta de navegación fue modificada, y contaminada, acorde a la progresiva frivolidad social, y el Ejecutivo se subió entusiastamente a pilarcitos de yeso, como el feminismo, el acoso sexual, la ideología de género, la protección de mascotas y el abaratamiento de los estacionamientos en los mall,…todos,   asuntos que les cambian para mejor la vida a las personas más vulnerables…

Volviendo a los pilares originales, a pocos meses de entrar a su tercer año de Gobierno, sin temor a equivocaciones puede afirmarse que el único que aún se mantiene en pie es Salud. Sería complicidad con el oportunismo opositor no reconocer en su mérito todo lo que ha avanzado dicho sector desde la llegada al ministerio de Jaime Mañalich. Aceleró las atenciones de urgencia, terminó con la burocracia del COMPIN, le puso freno a la voraz arbitrariedad de las ISAPRES y está en plena lucha para abaratar el precio de los fármacos. Sin embargo, la siempre tendenciosa izquierda se empeña en centrar su gestión en el déficit de abastecimiento hospitalario, situación muy delicada que se incrementó en la administración socialista y sobre la cual, el Fisco, urgido de fondos, no ha podido responder.

La del ministro de Salud es una real hoja de ruta social, que se la propuso y la está cumpliendo, no así la de los otros sectores considerados pilares, como la seguridad ciudadana el desarrollo social y La Araucanía.
El plan para al menos atenuar la sublevación comunista en Bío Bío y Cautín falló escandalosamente por una errónea estrategia política.

El Presidente implementó un inédito Ministerio de Desarrollo Social, con múltiples incidencias y atribuciones para privilegiar la visibilidad de su amigo personal y su candidato para sucederlo -Moreno Charme-, al punto que lo incorporó al Comité Político de La Moneda.

De haber habido algo de desarrollo social no se habría llegado al extremo de las demandas de la población, de las que hábilmente se colgó el extremismo para utilizarlas como banderas propias.
En cuanto a protección a la ciudadanía, la inseguridad de la población es mayor que antes, ahora agravada por la vandálica acción de grupos que se autocalifican con diferentes nombres –como “Los Guerrilleros”-, integrados por quienes, en este país, no estudian ni trabajan por decisión propia y que llegan a un inquietante 14% de los habitantes.

Actúan con las técnicas de la delincuencia común, pero con un objetivo que va mucho más allá de un simple robo: destruir los símbolos de la institucionalidad y de la democracia. Estas hordas, organizadas por extremistas criollos y extranjeros, se mueven con gran celeridad, trastornan el transporte y violan la libertad de movimiento de las personas, saquean e incendian para impactar la actividad económica y dejan sin su fuente de trabajo a miles de ciudadanos.

Si los portonazos y las encerronas se habían hecho pan de cada día, hay que hacerse a la idea de que esta oleada de destrucción de la propiedad pública y privada no va a parar pronto, porque, derechamente, Carabineros se ve desbordado, y el servicio de Inteligencia del Estado jamás ha funcionado.

Como ahora el relativizado Estado de Emergencia no lo quiere nadie, la población tendrá que hacer conciencia de estas acciones criminales de grupos ideologizados. Estas pandillas, si bien cometen formalmente delitos, no están integradas por delincuentes, sino por individuos mentalizados y adoctrinados por el extremismo de izquierda.
Son parte de quienes destruyeron el Metro y le han complicado su rutina a millones de capitalinos.

En su ignorancia, o desconocimientos, los trabajadores que se han visto afectados, atribuyen sus demoras e incomodidades a las autoridades de este medio de transporte, lo que configura una inmerecida injusticia.
El Metro podrá normalizarse del todo recién en marzo del 2020, y sus usuarios deberían agradecer  a quienes han hecho funcionar a un malherido sistema de transporte. En ninguna estación a medio salvar o en algún convoy rescatado de las llamas, la empresa ha colocado un modesto aviso, explicando que las molestias y demoras se deben a quienes atacaron e incendiaron al ferrocarril.

El no reaccionar mínimamente ante el vandalismo extremista significa desaprovechar una magnífica oportunidad de dejar en evidencia que es la izquierda la responsable final de estos males de la población, y que debe tomar debida nota de ello para que no la continúe engatusando.

Raúl Pizarro Rivera.

sábado, noviembre 02, 2019

PERIODISTAS Y VERDAD.




No quedó otra: en algunos momentos de los últimos días hubo que ver televisión para tener marcos de referencia sobre el drama nacional.
Y fue, también, dramático.
Una proporción importante de los conductores y de los reporteros develó, una vez más, su sesgo informativo, su pasión por la izquierda, más no por la verdad. ¿Todos? No, “solamente” muchos.
Cinco ejemplos de abuso del lenguaje, todos estrictamente textuales:
1. “Ya se contabilizan 18 muertos en las manifestaciones”. Intención del mensaje: al enfrentarse con Carabineros y las FFAA, 18 personas que protestan habrían fallecido por su posición opositora. La verdad: 11 de esas personas habían muerto en los incendios producto de los saqueos en los que ellos mismos habían participado o de los que habían sido víctimas.
2. “Las manifestaciones se prolongan ya por ocho días”. Intención: hacer olvidar los tres primeros días de violencia perfectamente planificada y coordinada (viernes a domingo), para colocar como único referente a la protesta pacífica, haciendo olvidar que fue gatillada por el horror del fuego y la destrucción.
3. “La ciudadanía pide”. Intención: colocar a los chilenos de un lado y al Gobierno del otro, tomando a la parte  -los que sí protestaban-  por el todo y a la otra parte  -el Gobierno y quienes lo han respaldado-  como la nada.
4. “Las violaciones graves a los derechos humanos que se han cometido”. Dos intenciones: Primero, sentar esa mirada como un hecho indesmentible, digan lo que digan después los tribunales en cada caso, usando el método de la condena de antemano, procedimiento ya instalado en la sociedad chilena; y, segundo, impedir todo razonamiento en el espectador sobre qué habrían podido estar haciendo los supuestamente violados, como para ser objeto de una reacción policial o militar. Esta segunda dimensión permite, además, que el periodista no tenga que hacer referencias a los derechos humanos de los saqueados, de los nuevos cesantes por quedarse sin fuente de trabajo, de los que tienen que movilizarse ahora de los modos más precarios… porque el efectismo del relato sobre los heridos en manifestaciones lo copa todo.
5. “Se dice que el cambio de Gabinete es insatisfactorio.” Intención: anular de inmediato la iniciativa del Gobierno; haber citado fuentes concretas de esa insatisfacción implicaba contrastarlas de inmediato, teniendo que develar su mezquindad, por lo que era mucho más cómodo hablar en genérico: “se dice”.
Ha llegado el momento -y habrá que pensar cómo exigirlo- de pedirle a cada periodista que devele sus preferencias políticas, legítimas por cierto, pero decisivas al momento de comunicar. Muchos de ellos, que supuestamente tanto aman la información y la transparencia, se negarán por completo. Otro dirán -qué gracioso sería en muchos casos- que son independientes. Unos pocos reconocerán filiación.
Qué buen aporte sería para la verdad.
Gonzalo Rojas.