lunes, agosto 26, 2019

LAS COLAS: RECUERDOS DE UN GOBIERNO IGNOMINIOSO.



(Esto ocurría en este mismo mes de Agosto, pero hace 46 años)
En el gobierno de la Unidad Popular, Chile cayó en la más grandes de las ignominias, el país entero tenía que hacer colas para obtener un pedazo de pan, un cuarto de azúcar (lease 1/4 de kilo) o un cuarto de aceite. No hablemos de productos «suntuarios» como decían los marxistas de las JAP y como productos suntuarios se referían a la carne de res, los pollos, el café y otras «exquisiteces», a esta indignidad nos había llevado el peor gobierno de nuestra historia.
Las colas para las dueñas de casa, sus maridos y sus hijos empezaban a las 4 o 5 de la mañana para obtener un buen lugar y así tener la posibilidad de comprar las migajas que distribuían los almacenes, la gran mayoría de los productos procedían de la Empresa de Comercio Agrícola (ECA) un organismo estatal que controlaba en más del 80 % la distribución de alimentos en Chile. Ya el estado estaba dominando a la población por el estomago. Las dueñas de casa perdían no menos de 5 horas al día haciendo colas para obtener los alimentos necesario para medio alimentar a su familia
No había pasta de dientes, papel higiénico, café,carne, el pan era de afrecho y siempre que se alcanzara a comprar algo y lo peor era que en un discurso algunos días antes del golpe Militar, Salvador Allende dijo que quedaba harina solo para 3 días más. Ese era el nivel de desabastecimiento que sufría la población.
El mercado «Negro» campeaba en el país, los dirigentes del gobierno encontraron la mejor manera de ganar «unos pesos» racionando todavía más los alimentos y así el sobrante de este racionamiento lo vendían a precio «de oro» y con esto se llenaban los bolsillos con cargo a la hambruna que sufrían los sectores más desposeídos.
A poco andar surgieron las Juntas de Abastecimiento Popular (Jap), idea «brillante» del general Alberto Bachelet, padre de la expresidente Bachelet. Las JAP implementaron las Tarjetas de Racionamiento y para obtenerlas había que pertenecer como militante a los partidos políticos de gobierno.
Chile tocaba fondo, el pueblo salía a las calles, la Cámara de Diputados elaboraba un documento en el cual declaraba inconstitucional al gobierno marxista, lo mismo hacía el pleno de la Corte Suprema, Chile empezaba la cuenta regresiva, solo faltaban días para la liberación nacional que ocurrió el 11 de septiembre de 1973.
RiFer
DespiertaChile.cl

jueves, agosto 22, 2019

¡DEJEN EN PAZ AL EJÉRCITO!



La desgraciada situación por la que cruza nuestro Ejército de Chile ya no da para más. A una bullada campaña de prensa, desatada por una camada de fieras de todos los colores políticos, se suma el irresponsable descabezamiento de su alto mando, provocado por una porfiada persecución judicial, lo que ha generado una grave vulnerabilidad para la seguridad de nuestra nación.
Una cosa son las causas por desfalco, en las que deben haber claros responsables que paguen por ello. Otra cosa es la persecución sin fin, desatada por una forma de justicia arcaica, en contra de todo aquel que -ingenuamente- siguió una norma informal, impuesta por la tradición y comunicada, normalmente, por los mismos que entregaban el beneficio. No puede ser delito aquello que se comete sin saber que lo es. Así ocurría con el tema de los pasajes y fletes, donde se recibía un decreto con la designación, incluyendo derechos económicos que se señalaban como de carácter personal. Devolver el dinero no era aceptable ni era posible, puesto que ya había salido del registro contable y su destino no era otro que beneficiar al funcionario designado en comisión al extranjero.
Lo anterior, fue sistemáticamente utilizado por todo funcionario público del Estado sin excepciones. Sin embargo los únicos que hoy son perseguidos judicialmente son los miembros del Ejército. Si ello no es injusto, al menos constituye una discriminación flagrante, amparada en el conveniente silencio de un mundillo político que cada día se parece más a aquel que nos llevó al caos y al conflicto.
Lo que jamás debió haber sucedido, es que el gobierno, responsable último por la defensa nacional, se haya hecho a un lado, permaneciendo como un simple espectador, mientras le descabezaban su arma más valiosa para la protección de la integridad territorial de Chile. La pusilánime justificación de que «hay que dejar que las instituciones funcionen», propia de un tiempo de inmorales, hace cuna en un gobierno de derecha, supuestamente patriótico y práctico, por considerarse menos ideologizado que sus adversarios históricos.
Por desgracia, nos encontramos en una situación de desmantelamiento de una institución donde la experiencia es un elemento esencial para la calidad de sus mandos. Un oficial general no surge de la simple promoción de un oficial más joven, por muchos títulos que éste posea. Lo que marca la diferencia es precisamente su experiencia previa en diversos cargos subalternos, por el tiempo necesario para dominar la mayor parte de los temas profesionales que le permitirán asumir la conducción de grandes unidades.
Increíblemente, esto que parece ser tan simple, es muchísimo mejor comprendido por la izquierda política, tal vez por profesar una ideología en la que el uso de la fuerza les ha sido clave, ya sea para imponerla o para mantenerse en el poder. La derecha, por desgracia, muestra una ignorancia supina respecto de la orgánica militar y su funcionamiento. Es cosa de observar las actitudes y medidas provenientes de sus próceres más representativos, para comprender que las FF.AA nunca han estado mejor que con los gobiernos de izquierda.
Incluso Allende lo comprendió y trató, hasta el último momento, de congraciarse con ellas, atrayendo a sus comandantes en jefe a su ministerio y enviando a sus cuarteles a los camiones de las JAP, cargados de productos inaccesibles para quienes no eran sus partidarios. Aunque su ideología sea profundamente antagónica con los principios militares de nacionalidad, patriotismo y fidelidad a la bandera, los marxistas chilenos parecen haber comprendido que la frase de Eduardo Frei Montalva era correcta, cuando señaló que «el poder verdadero está en los fusiles». Si no lo cree, por favor mire lo que sucede en Venezuela…
Por el contrario, cada vez que la derecha ha gobernado, la piedra de tope para sus desahogos populistas ha sido el Ejército y sus instituciones hermanas. En lo particular de este caso, da la impresión de que para ellos un general es lo mismo que gerente, el cual puede ser cambiado cada vez que se desea dar un nuevo ritmo o un giro a su negocio. El problema es que éste no es «su» negocio sino el de «todos», para lo cual el gobierno debe razonar estrategias y preservar los medios requeridos para su logro.
Tal debilidad de la derecha, es inteligentemente aprovechada por la izquierda, estimulando la brecha con las instituciones armadas a través de un ataque hacia los generales y las tradiciones del Ejército, lo cual -combinado con el frente judicial- terminará pasando la cuenta al gobierno de derecha y no a ellos. En una brutal paradoja no debiera sorprendernos que en la próxima campaña electoral, los candidatos de izquierda busquen capitalizar el rechazo de los militares hacia una derecha que permitió o avaló su desastre.
Un Ejército sin generales o con generales sin experiencia, será siempre un incentivo para el enemigo, estimulando amenazas donde la disuasión ya no funciona. Sean ellas de origen externo o interno, el tema supera al concepto de «Defensa Nacional», y cae dentro del ámbito de lo que el complejo antimilitar de los políticos ni siquiera se atreve a nombrar: la «Seguridad Nacional». Si no es así ¿cómo explicar la irresponsabilidad de no contar con un servicio de inteligencia que alerte oportunamente de las intenciones hostiles? ¿O es acaso posible no prever el eventual empleo del Ejército en un conflicto interno, como puede ocurrir en La Araucanía?
Sin una inteligencia de verdad y sin generales o con generales inexpertos, nuestro país se encuentra gravemente limitado para la preservación de sus intereses nacionales permanentes. La responsabilidad por ello recae exclusivamente en un gobierno incapaz de comprender los verdaderos alcances de su rol, empañada su visión por la neblina del poder y de la popularidad, a costa de la historia. Una muestra fatal de su irresponsabilidad y la falta de coraje para enfrentar los verdaderos desafíos de la conducción de un país, muy distinto de lo que significa dirigir una empresa o un grupo de ellas, por grande que sea.
Dejen en paz al Ejército de Chile, porque sin él «no hay fusiles para ejercer el poder», tanto hacia afuera como hacia adentro. Si no lo entienden, por favor lean la historia del mundo y de Chile, donde lo comprobarán. Un verdadero «estadista» es quien es capaz de pensar y actuar en procura de los grandes objetivos nacionales, haciendo lo que sea necesario para impedir que ellos sean amenazados o conculcados. Por más razón que haya, sin la fuerza ésta de nada vale.
Agosto 2019
Patricio Quilhot Palma
Teniente Coronel (r)
DespiertaChile.cl

domingo, agosto 18, 2019

LA CALLE, DE TODOS O DE NADIE.



De haberse tratado de alguna organización de izquierda, con absoluta certeza, lo que a continuación se relata, no habría ocurrido. Un naciente movimiento derechista y de gran sintonía con las posturas de José Antonio Kast, promovió en las redes sociales una marcha por el centro de la capital para manifestarse en contra de la Ley de Inmigración. Al tanto de ello, la oposición izquierdista cerró filas para solicitarle (¿o exigirle?) al Gobierno que impidiera su realización: tres días antes de la fecha prevista, la Intendenta metropolitana la prohibió para “cuidar a los ciudadanos”…

No hay que ser muy listos para descubrir que tanta obsecuencia con la oposición fue producto de alguna de las tantas transacciones en que se ha visto forzado el Gobierno para sacar adelante uno de sus proyectos. En esos mismos días en que la autorización para la marcha la puso en jaque la Intendencia metropolitana, en el Senado caminaba por la cornisa la Ley Corta Anti-Terrorista. Antes de ello, La Moneda había enviado a la hoguera a su futuro subsecretario de Educación Superior, Carlos Williamson, por antiguas críticas contra el odioso y arbitrario centro extremista INDH.

Un dato adicional ayuda a comprender mejor lo sucedido: Piñera ha repetido hasta el cansancio que “José Antonio Kast no es lo que Chile necesita”…

Aunque ninguna autoridad regional ni provincial se refirió formalmente a ello, habrá que entender dicho “cuidado a la ciudadanía” como previsión a un eventual enfrentamiento con activistas de la inmigración. Sólo eso, y nada más que eso, explica racionalmente  la determinación de Karla Rubilar de desautorizar la marcha, aunque, incluso frente a dicho riesgo, no procedió en forma ecuánime ni menos democráticamente.

Durante el primer régimen del Presidente Piñera y en éste, se han autorizado las más extravagantes y hasta libertinas manifestaciones públicas, porque, a juicio de la propia Rubilar, “todo el mundo tiene derecho a expresarse en las calles, pero respetuosa y ordenadamente”. Para esta oportunidad no aplicó igual criterio y asumió el rol de hada protectora de la seguridad de los ciudadanos, como si expresarse frente a la inmigración descontrolada constituyera una amenaza a la seguridad urbana.

El chileno es solidario, y ello lo demuestra cada vez que, con cierta frecuencia, zonas del país son afectadas por alguna catástrofe. Pero en el caso de las marejadas migratorias descontroladas que han inundado el país, no está de acuerdo y de ello deja constancia en cuanta encuesta se realiza con periodicidad sobre el tema: un 62% de la población se opone a estas invasiones permitidas, primero con los haitianos y, luego, con los venezolanos.
Todos saben que el país no está preparado ni tiene las infraestructuras ni menos los recursos para atender adecuadamente a oleadas de extranjeros que no encuentran sitios de hospedaje y tampoco empleos para obtener  ingresos que les  permitan una mínima sobrevivencia.

Un conocido centro comercial de avenida Providencia registró  una estadística de sus locatarios, logrando comprobar que, como promedio, tres personas pasan por los negocios dejando sus currículos "para cualquier trabajo”.

El “dejar hacer” con la masiva llegada de haitianos y venezolanos irritó a otras comunidades extranjeras con larga residencia en el país, que recordaron, como reproche, que ellos, en su momento, no contaron con las facilidades para regularizar su situación ni para obtener visas, como ha ocurriendo con éstos.

La inaudita experiencia vivida por los haitianos, víctimas de un tráfico ilegal fruto del cual hay tres personas en prisión, se ha repetido con cierto tipo de venezolanos que huyen de la miseria en su país.
El “caso venezolano”, que es lo que tiene conmocionado al país, hay que dividirlo en dos etapas. La primera incluyó  la llegada, en lapsos regulares, del mundo calificado que, con mucha anticipación, percibió lo que se iba a venir con la dictadura de Nicolás Maduro. Podríamos definirla como la “inmigración profesional”, ésa compuesta por  especialistas y expertos con todos sus papeles en regla y toda la documentación académica a la mano.
Casi en su totalidad, esta corriente migratoria se desempeña en buenos puestos de trabajo y en las áreas para las que estudió.

La segunda parte, la de la oleada sin control, la originaron quienes muy tarde se percataron que no tenían qué comer ni cómo sanarse de sus enfermedades, y decidieron huir sin prevenciones de ningún tipo en cuanto a documentación: Colombia, Ecuador, Perú y Chile recibieron el feroz impacto de esta oleada, en la mayoría de los casos  de venezolanos no calificados. Al revés del ordenado arribo por vía aérea de sus compatriotas profesionales, estos protagonistas del gran escape han debido recurrir a los temibles ‘coyotes’, que les cobraron entre 500 y 1.000 dólares por conducirlos a pie desde Lima hasta la frontera con Chile.

Ésta, la oleada grande y absolutamente descontrolada, es responsabilidad, en buena medida, del propio Presidente de la República, quien, en un arrebato de populismo y frenético de proyección internacional, ofreció la visa ‘Responsabilidad Democrática’ a todo aquel venezolano que quisiera “escapar de las garras del tirano”.
Fue, el del Mandatario, un mal cálculo político, porque sabido es que el 70% de los venezolanos cobijados en Chile sólo permanece aquí a la espera de que Maduro caiga para regresar. Pero han pasado los meses, y el dictador continúa instalado en el Palacio de Miraflores.

Al pillarse los dedos, La Moneda y la Cancillería fueron víctimas de sus palabras, por un lado, y quedaron presas de una presión política interna y externa para permitir el ingreso, sin documento alguno, a quienes presionan desde Perú y lo hacen clandestinamente, con todo desparpajo, por los pasos fronterizos no habilitados.

Es esta situación anómala y que incide negativamente en el resto de la población, la que este movimiento político  quería reprobar públicamente en una marcha que, por la composición de sus convocantes y adherentes, garantizaba total normalidad. Ni siquiera constituiría  una  manifestación masiva, ya que se materializó mediante un canal de YouTube. La negativa para llevarla a cabo por parte de la Intendencia Metropolitana, implica una discriminación y un atropello a la libertad de expresión.

Los permisos para desfilar por las calles han llegado a ser tan discrecionales que lo han hecho las peores expresiones de la vida nacional, y todas han contado hasta con protección policial. No se entiende, entonces,  esta contradictoria decisión, aunque se sospechan sus poco neutrales motivos. Si se trata de marchas autorizadas, la calle está disponible para todos o, en caso contrario, no se le debe facilitar a nadie.   

Raúl Pizarro Rivera.
Voxpress.cl

jueves, agosto 15, 2019

@joseantoniokast : MANO DURA.



En vez de perder el tiempo haciendo Comités Políticos que sólo sirven a los partidos, el Gobierno debería reemplazarlo por un Comité de Seguridad permanente que convoque a todos los involucrados en la lucha contra la delincuencia y estos flagelos, realizando un análisis permanente, seguimiento y planteándose objetivos medibles en el tiempo, que hagan impulsar un verdadero cambio en materia de seguridad.

Cinco personas murieron asesinadas el jueves en Puente Alto; una mujer fue violada colectivamente en Punta Arenas el sábado en la madrugada por tres agresores. Casos dramáticos que se suman al atentado explosivo contra Carabineros y al intento de asesinato del ex Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Estos hechos, aparentemente desconectados, son parte de un problema mucho mayor: Chile vive una crisis de seguridad a lo largo de todo el país, donde los ciudadanos han perdido la paz y la tranquilidad, y son los delincuentes y los violentistas los que actúan impunemente amedrentando a la población.
Frente a esto, la clase política sigue reaccionando mal. En vez de asumir el estado crítico de la seguridad pública, sigue anteponiendo las prioridades de unos pocos por sobre el clamor de muchos que están cansados de vivir en un estado permanente de inseguridad. Esta semana, en vez de haberse concentrado en condenar y relevar la gravedad de la masacre de Puente Alto, los políticos se dedicaron a discutir entre ellos y a competir a ver quien ofrecía menos horas de trabajo.
Precisamente, la inacción política es la que tiene a los delincuentes celebrando. Seguramente, sentados cómodamente en sus casas y viendo la televisión, estos antisociales disfrutan cómo las rencillas políticas impiden avanzar en una verdadera y contundente agenda de seguridad. Esta situación tiene que cambiar y de una buena vez, los chilenos tenemos el derecho a exigir que la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo se ponga en primer, segundo y tercer lugar.
Una primera medida, que creo indispensable, es que La Moneda asuma un rol protagónico en enfrentar la crisis de seguridad. En vez de perder el tiempo haciendo Comités Políticos que sólo sirven a los partidos, el Gobierno debería reemplazarlo por un Comité de Seguridad permanente que convoque a todos los involucrados en la lucha contra la delincuencia y estos flagelos, realizando un análisis permanente, seguimiento y planteándose objetivos medibles en el tiempo, que hagan impulsar un verdadero cambio en materia de seguridad.
¿Cuáles son los puntos críticos? ¿Dónde se están concentrando los delitos más graves? ¿Qué bandas delictuales se mueven en Santiago y regiones? ¿Cuáles son los resultados de la intervención de los Tribunales de Justicia y la Fiscalía? Son preguntas fundamentales que, con un adecuado monitoreo y difusión, podrían empezar a mostrar resultados concretos en la lucha contra la delincuencia.
Es una pequeña señal, pero que puede tener efectos muy importantes. La mano dura y la tolerancia cero contra los delincuentes, narcotraficantes y terroristas tiene expresarse de manera real y no sólo mediante un discurso. Hay un país ansioso y angustiado que están esperando.

lunes, agosto 12, 2019

LA DICTADURA DEL "NO".



En la dictadura del ‘NO’ se prohíben protestas pacíficas contra la inmigración descontrolada y no la aplicación de la ley antigua sobre migración, con lo cual el gobierno se sale de la ley y la Constitución.

En la dictadura del ‘NO’ el Presidente de la República no sigue el mandato soberano y el de la Constitución, sino que es un presidente Encargado de la ONU.

En la dictadura del ‘NO’ son solo permitidas las marchas que hacen la izquierda y la extrema izquierda: feministas, “NO+AFP”, “NO+Represas”, etc.

En la dictadura del ‘NO’, los jueces son prevaricadores y no respetan las leyes.

En la dictadura del ‘NO’ la prevaricación y el perjurio se considera una virtud.

En la dictadura del ‘NO’  no se respeta la igualdad ante la ley.

En la dictadura del ‘NO’ se discrimina a los hombres al existir el ministerio de la Mujer y la equidad.

En la dictadura del ‘NO’ se han trasmitido por televisión documentales que elogian al grupo terrorista Mir y a su fundador, Miguel Enríquez.

En la dictadura del ‘NO’ los periodistas son partidarios de la censura.

En la dictadura del ‘NO’ Carabineros de Chile defiende a los matones del grupo Antifa del Partido Comunista.

En la dictadura del ‘NO’ las personas son acusadas sin ninguna prueba por las redes sociales y la prensa.

En la dictadura del ‘NO’  no existe la libertad de pensamiento y de expresión a menos que sean de la izquierda.

En la dictadura del ‘NO’ existe la inquisición progresista encarnada en el Museo de la Memoria, quien manda a la hoguera aquel que cuestione las llamadas ‘violaciones a los derechos humanos’ ocurridas bajo el Gobierno Militar.

En la dictadura del ‘NO’ los terroristas o guerrilleros no violan los derechos humanos.

En la dictadura del ‘NO’ la Constitución Política no vale nada.

En la dictadura del ‘NO’ los ex presidentes de la República que denuncian las desigualdades económicas de los habitantes de su país no se avergüenzan de sus millonarios sueldos.

En la dictadura del ‘NO’, si un presidente es progresista emplea el lenguaje de los cuatreros o ladrones para referirse a sus políticas públicas: “Correr el cerco”.

En la dictadura del ‘NO’ el Tribunal Constitucional trasgrede la Constitución.

En la dictadura del ‘NO’ se condena a un grupo humano por un delito que no  es retroactva.

En la dictadura del ‘NO’ las instituciones inventan delitos para perseguir a los partidos opositores a la izquierda.

En la dictadura del ‘NO’ las instituciones no aplican la misma vara a todos los partidos políticos.

En la dictadura del ‘NO’ el derecho a rebelión no está permitido.

En la dictadura del ‘NO’ parlamentarios que apenas obtienen un 1% de los votos se le llama representativo.

En la dictadura del ‘NO’ los jueces llamados ‘de derechos humanos’ son unos criminales.

En la dictadura del ‘NO’ los abogados proponen y ejecutan comisiones extrajudiciales que la Constitución prohíbe.

En la dictadura del ‘NO’ militares presos políticos que son ancianos constituyen un peligro para la sociedad.

En la dictadura del ‘NO’ el delincuente tiene la puerta giratoria del Justicia a su favor.

En la dictadura del ‘NO’  el Partido Comunista es considerado por la prensa como un partido socialdemócrata.

En la dictadura del ‘NO’ sólo puede lucrar la izquierda.

En la dictadura del ‘NO’ constituye un arte el grafiti.

En la dictadura del ‘NO’ importa más lo que dice la ONU que lo que dice la Constitución.

En la dictadura del ‘NO’ cuando no hay decencia, educación y cultura inventan el Ministerio de las Culturas.

En la dictadura del ‘NO’ a los terroristas apresados por los militares del FPMR, del Mir y Frente Lautaro se les denominaba ‘presos políticos’.

En la dictadura del ‘NO’ los historiadores van a la cárcel por cuestionar la” verdad oficial” o la mentira oficial.

En la dictadura del ‘NO’, Salvador Allende es un demócrata y no un destructor de la democracia.

En la dictadura del ‘NO’, Salvador Allende, el presidente que dividió al país hasta hoy día tiene estatuas y calles y avenidas llevan su nombre, quien menos merece reconocimiento.

En la dictadura del ‘NO’ los periodistas de izquierdas cuentan medias verdades y dicen mentiras en los medios.

En la dictadura del ‘NO’ el Colegio Médico le hace la vista gorda, si uno de sus miembros que es de izquierda, carece del título profesional como es el caso de la ex presidente Michelle Bachelet.

En la  dictadura del ‘NO’ la Justicia condena a un grupo de militares por un delito ficticio.

En la dictadura del ‘NO’ la Justicia no es ciega.

En la dictadura del ‘NO’ los que promueven el odio proponen Leyes de Mordaza.

En la dictadura del ‘NO’  los que promovieron y obtuvieron la Ley Antidiscriminación discriminan.

En la dictadura del ‘NO’ solamente tienen derechos humanos las personas de izquierda.

En la dictadura del ‘NO’, la izquierda establece arbitrariamente lo qué es  una violación a los derechos humanos.

En la dictadura del ‘NO’ la propiedad privada no es respetada.

En la dictadura del ‘NO’ los padres no tienen patria potestad de sus hijos.

En la dictadura del ‘NO’, el género sexual es una opción subjetiva, no una verdad científica.

En la dictadura del ‘NO’ no existe la verdad.

En la dictadura del ‘NO,’ los que hablan y dicen defender los derechos humanos en realidad los violan, pues el criterio es la pura arbitrariedad.

En la dictadura del ‘NO’, un inmigrante tiene prioridad sobre los nacionales en la salud, vivienda y Jardines Infantiles.

En la dictadura del ‘NO’, la clase política exprime a la clase media con impuestos expropiatorios.

En la dictadura del ‘NO’, la diversidad significa aceptar si y solo si las ideas de izquierda.

En la dictadura del ‘NO’ se mueren 26.000 pacientes en las listas de espera en los hospitales públicos, mientras los progresistas se atienden en clínicas privadas.

En la dictadura del ‘NO’ los grandes empresarios financiaron a una candidata que quiso reeditar la Unidad Popular.

Javier Bazán Aguirre.
simposiolibertario.blogspot.cl

sábado, agosto 10, 2019

"CUANDO LA IZQUIERDA SALE A LA CALLE, LA DERECHA TIEMBLA".



Esta interesante expresión fue proferida por la ex Presidente Bachelet, en un momento en que la euforia le desplazó la máscara y su fea cara totalitaria quedó expuesta. Es interesante porque estamos en un momento en que “la calle” parece estar dando paso a las Redes Sociales (RRSS) que están siendo acusadas de haber caído en manos de totalitarios.
El New York Times (NYT) en un artículo del 9 de agosto, se pregunta “¿cuáles son las consecuencias del creciente rol de internet como una fuerza radicalizadora?” y a continuación establece un enlace con el reciente tiroteo en El Paso (EEUU) en que un nacionalista blanco mató a 32 personas, sin mostrar la relación entre uno y otro evento. NYT señala que tratan de despejar la incógnita del rol de las RRSS en la radicalización de la sociedad mas allá de unos pocos extremistas solitarios, llegando a afectar al total de la sociedad.
Explican que su estudio toma a Brasil como ejemplo clásico por dos razones: el giro rápido y radical de la política eligiendo al extremista de derecha Jair Bolsonaro y también porque Brasil es el segundo mayor usuario mundial de Facebook detrás de EEUU y concluye que aquí hay importantes lecciones para el mundo. Llama la atención la ausencia de un estudio similar que investigue lo que hay detrás de la radicalización y totalitarismo de izquierda que ha florecido en Venezuela, en Argentina, en Nicaragua o en Cuba, donde facebook no es tan popular.
Cabe preguntarse, ¿por qué la derecha debería temblar cuando la izquierda sale a la calle?. La respuesta es simple, porque la izquierda, en sus manifestaciones, siempre lleva violencia, incendio y asalto a locales comerciales, bombas incendiarias, insultos, vandalismo en los bienes públicos y edificios en la trayectoria del avance de las turbas organizadas y dirigidas por profesionales del terrorismo callejero.
Se dice que es obra de “infiltrados” y otras excusas por el estilo. Todos sabemos que son mentiras.
La derecha no marcha, no incendia, no asalta, no destruye, no golpea, no tiene capucha, ¿es que es cobarde?, tal vez, ¿es que teme a los golpes?, probable, ¿es que el enfrentamiento fisico las atemoriza? probable también, pero el origen de todas esas reacciones es el mismo, es una clase de personas para las cuales la razón fue el reemplazo definitivo del piedrazo y en muchos casos es una actitud heredada de muchas generaciones.
Cuando la izquierda sale a la calle y se toma las avenidas, incendia los buses y amenaza a los que no son de su grupo ¿qué hace “la derecha”?, se queda en su casa o circula con rapidez y disimulo, semi escondida. ¿Cómo hace sentir su reprobación y protesta?. No tiene cómo.
La policía está acorralada por los medios de comunicaciones controlados en su mayoría por la izquierda, si trataran de hacer cumplir las leyes caerían bajo la guillotina propagandística apoyada por los organismos creados y mantenidos por el estado para defender a los infractores (delincuentes) y si intentaran protestar serían y son excluidos de los foros, matinales, programas periodísticos y demás, salvo que hayan sido domesticados y “cooptados”, como algún alcalde por ahí.
Asi, han comido mierda por años.
Las RRSS vinieron a dar vueltas las tornas, “la derecha” ya no necesita salir a la calle a pelear con matones mas duchos en el diálogo a palos y patadas; el ingenio, el humor, la ironía, el sarcasmo y la perseverancia son lo suyo y les dan ventaja sobre los simios brutales. Una señora de 70 años vale lo mismo o mas que un matón.
Muchos han encontrado este espacio para burlar el boicoteo periodístico, a los periodistas abusadores o arrendados por el dinero rojo. Me parece que el rebalse de la frustración contenida por años y años, estalló y comienza a salir.
Viene nuevos tiempos, la lucha está tomando otro cariz. Que la izquierda no tiemble, la derecha no saldrá a la calle, los vencerá con buenas maneras en la lucha del intelecto y la capacidad para conseguir los votos para fundar una nueva república, de verdad democrática, justa y respetuosa de las leyes.
Abusaron en exceso y les llegó su hora. Se acabó.
Fernando Thauby.