viernes, junio 12, 2020

IRREGULARIDADES.



Nos han dicho que el covid-19 es una gripe menor que la influenza. Además, que mueren más personas por otras enfermedades anualmente. Sin embargo, no han armado el escándalo por otras dolencias.

Las otras enfermedades que existían tanto en el Hemisferio Norte como en el sur conforme a su estación desaparecieron. Sólo existe el coronavirus.

La comunidad médica tiene protocolos como toda organización. Pues bien, la prueba primera que se hace es, pues, secuenciar el virus. Esa prueba tiene un nombre. Para aprender a caminar, primero hay que gatear. Eso no lo hizo China, ni tampoco la Organización Mundial de la Salud, que se supone está manejada por científicos. Tampoco han realizado los postulados de Kolch.

No se puede crear una vacuna si no se ha secuenciado el virus. Es lo básico.

Nos dicen que el virus cambia o muta. Por tanto, no se puede establecer una vacuna sino conoce cómo es. ¿Habrá una vacuna distinta para región del mundo?

Cuando empezó la plandemia, la OMS no escuchó a Taiwán, que como sabemos pronto pudo acorralar el bicho sin perjudicar la economía.

Otra irregularidad es que no sabemos a ciencia cierta si el actual director de la Organización Mundial de la Salud,  Tedros Adhanom Ghebreyesus es médico o tiene otra profesión. Dicen que es Doctorado en Filosofía. En cambio, otra información dice que estudió Biología en la Universidad de Asmara, Etiopía.

Tedros no apoyo al médico chino Dr. Li Wenliang, quien fue el dio la alarma en China.

 Mientras miles de personas morían en Europa, un grupo de personas de la OMS fueron a la ciudad de Colonia, Alemania para hacer el Manual de Sexualidad para niños entre tantas edades. Esta información lo supe por el canal Acipiensa. El libro no reconoce el sexo. Por esa razón, no aparecen las palabras niño o niña. El propósito del manual es que el niño o niña aprendan a tocar su propio cuerpo. ¿Qué tiene que ver eso con la salud?

Cuando han dicho que la vacuna estará lista en seis meses o menos, están mintiendo. Gracias a la cantante española Carmen París, quien tiene su madre en un hogar de ancianos supe que para una vacuna sea confiable tienen que pasar mínimo tres años. Si afirman lo contrario, están engañando. Estamos presenciando como la propia comunidad médica se salta sus reglas o protocolos. Lo mismo dijo la doctora alemana, Katrin Korb de la comunidad de Oldenburg. Agrego que ella no confiaría en la vacuna, ni se la pondría ni a sus tres hijos.

Mucha gente no han entendido por qué si mueren tan pocas personas se le declara una pandemia, hasta el punto de paralizar los países. Gracias a la valiente doctora argentina Chinda Brodolino supimos la verdad. Recientemente, la OMS cambio la definición de la palabra pandemia. Si antes esa palabra significaba, por ejemplo, de un poblado de cien mil habitantes morían la mitad o arrasaba con todo, eso era pandemia. Ahora significa que una enfermedad cualquiera se muda a otro país. Eso torcer los hechos. La medico usa la expresión ‘plandemia’. En efecto, fue un plan. Al declararse una pandemia, las constituciones de cada país no rigen y manda la OMS.  Por consiguiente, la ONU.

 Las Naciones Unidas ofrecieron un ‘Plan de Respuesta Humanitaria Covid-19” a Ecuador a cambio de implementar el aborto. Cito: “Sensibilizar y capacitar personal de salud para que, en el marco de los derechos de la mujer y adolescentes, se implementen el Paquete Inicial de Servicios Mínimos PMS, Salud materna y complicaciones materno neonatales, acceso a anticoncepción, incluida anticoncepción de emergencia, aborto seguro legal y la atención posterior al aborto, prevención ITS VIH y manejo clínico de la violencia sexual”.

¿Cómo una organización internacional puede dejar que un multimillonario ande ofreciendo vacunas como quien vende cualquiera mercancía?

 Se supone que la OMS vela por la salud de todos en este mundo.  Uno de los principales financistas es Bill Gates, además, de las grandes farmacias y los estados miembros. Sin embargo, no es extraño que haya dejado probar al norteamericano vacunas en mujeres y niños, tanto en África e India, las cuales dejaron secuelas. La principal organización de la salud no ha dicho nada. Tampoco la Unicef o el departamento dedicado a las mujeres. Gates es como Mengele.

  Otra irregularidad relacionada con lo anterior lo denunció el médico español, Germán Velázquez, quien dijo: “Han privatizado la OMS, la financiación condiciona sus decisiones”. Los estados miembros ponían su parte, aunque había algunos que influenciaban más como Estados Unidos. Lo grave de quien decide los programas no son los médicos o científicos, sino personas como Bill Gates y otros.

 No se han realizado autopsias para saber qué órgano afecta el virus tanto en Italia como en España.  Eso lo denuncia el médico español José Cabrera. No sabemos de qué murieron. La mayoría de los médicos disidentes silenciados por la OMS, han dicho que los muertos tenían un sistema inmunológico débil como en el país de Leonardo da Vinci.

  Los test según sostuvo su creador  no sirven para detectar el virus, pues es parcial y se requiere secuenciar el virus. ¡De nuevo esa palabra! Siempre dan positivo.

Javier Bazán A.

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