miércoles, julio 31, 2019

HERIDA EN EL ALMA MILITAR.



Hay países que no las tienen, pero en todos los demás que sí cuentan con Fuerzas Armadas para garantizar la plenitud de su soberanía, los militares suelen originar reacciones dispares. En una mayoría de naciones que nunca han vivido un conflicto bélico, sus uniformados se asumen como instituciones necesarias de tener, como puede ser cualquiera otra.

En aquellas otras en que, además de las añosas guerras por su independencia, han enfrentado guerras sangrientas y de conquistas con miles de pérdidas en vidas, las Fuerzas Armadas tienen un estatus muy especial, claramente  vinculado con el sentimiento y el respeto. Se les considera parte de la tradición nacional.

Cada 19 de septiembre se percibe un ambiente muy sensible de parte de la población y, particularmente, de familias completas: hay que salir a mirar el desfile de los militares. Se les admira su impecabilidad, marcialidad y una actitud de unidad granítica al marchar en formación.

Hasta la década de los 60, las mismas fuerzas de presentación en el Parque Cousiño en ese entonces, retornaban "al centro" correctamente formadas detrás de sus respectivas bandas instrumentales y de guerra, en medio de un cordón humano que cubría toda la calle Dieciocho y parte de la Alameda, hasta el antiguo Club Militar donde se les rendía  honores a los generales en retiro.

Eran tiempos de pobreza militar y en que los Comandantes en Jefe tenían que hacer maravillas, presentando reluciente el precario y antiguo armamento a su alcance. El Ejército se lucía desfilando con artillería de a caballo de la Primera Guerra Mundial regalada por el Gobierno alemán; la Armada exhibía con orgullo a su acorazado Almirante Latorre, que defendió a Inglaterra en la batalla de Jutlandia (1916), y la Fuerzas Aérea ponía en el aire sus Beechcraff Mentor T-34, monomotores de entrenamiento.

La población chilena era muy querendona de sus militares, porque en escuelas, liceos y colegios calaban hondo las hazañas  y el arrojo de los soldados chilenos en la Guerra del Pacífico. Se era militar por vocación o por cumplir con el servicio obligatorio, casi imposible de eludirlo. La oficialidad y el cuadro permanente no pertenecían a la capa de los privilegiados y sus existencias estaban condicionadas por los niveles de sueldo correspondientes a su clase. La mayoría vivía en casas fiscales y ni siquiera eran propietarios de sus colchones.

Todo cambió con la rebelión del general Roberto Viaux Marambio, quien se acuarteló en el regimiento Tacna: hizo ver al Gobierno -Frei Montalva- que se venían tiempos de riesgos bélicos en las fronteras, especialmente la norte, y que el Ejército carecía de capacidad de respuesta. De pasada planteó una sustancial mejora en la precaria situación económica del personal.

Tras el "once", las Fuerzas Armadas fueron catapultadas, con la ayuda de la ley reservada del cobre, a un sitial privilegiado en cuanto a modernización y régimen salarial, con mejorías y beneficios nunca antes vistos. Pinochet, como cualquiera otro nuevo rico, hizo sentir que los militares eran los "patrones" y que, como tales, debían recibir las retribuciones y mantener un estatus de acuerdo al rol recuperador del país que estaban realizando. De vivir más de un siglo de pura vocación, y administrando la pobreza, los uniformados pasaron a disfrutar de una muy bien pagada profesión, aunque nunca -y hasta ahora- en los mandos medios y menores.

Se generó, así, la cultura de la abundancia de recursos, y es casi una reacción naturalmente lógica, que siendo fondos ajenos, o sea, fiscales, no se sienta como ilícito hacer mal uso de ellos en beneficio de  satisfacciones personales.

No caben justificaciones en cuanto a que estos censurables procedimientos son de normal ocurrencia en todas las instituciones públicas, en las cuales el abusar en vez de usar, es casi normal. Y es en este contexto en el que se produjeron los inexplicables fraudes protagonizados por los dos últimos Comandante en Jefe del Ejército y, también muy parecido, al planeado desfalco colectivo en Carabineros.

En todos los casos de apropiaciones indebidas no existe excusa alguna ni interpretaciones sobre el concepto de gastos reservados. Lo ocurrido es simple: fondos destinados a emergencias institucionales y/o armadas fueron destinados por los mismísimos jefes para su uso personal. Y eso tiene un nombre muy antiguo, que suele maquillarse de malversación.

Los oficiales antiguos,  mejor que nadie tienen grabado a fuego los "malabares" que debieron hacer para contar con  cualquier tipo de armamento para hacer frente a las reales amenazas de invasión en la década de los 70, todo por la veda en la venta de material bélico a Chile "por ser una dictadura".

Los jefes castrenses no puede ignorar ni olvidar su pasado, y bien lo saben los altos mandos de hoy que las Fuerzas Armadas vivieron pellejerías en tiempos de gran peligro, e igual se las ingeniaron para poner el pecho si era necesario. Esa actitud de honor la olvidaron muy pronto quienes, al llegar al poder de sus instituciones, no lo hicieron para preservar un pasado glorioso ni para mantener en alto el aprecio de la ciudadanía, sino para mal aprovecharse de unos recursos que nunca estuvieron allí esperándolos a ellos.

En instituciones tan disciplinadamente verticales como las de las Fuerzas Armadas, independiente del grado, los subalternos no sólo le deben respeto a sus superiores por el grado, sino por la jerarquía profesional y los valores personales que, se supone, tiene un jefe. Y cuando éste pierde el respeto y se gana la condena, de quienes poco antes hasta lo admiraban, genera una conmoción tan gigantesca al interior de la  institución,  que nadie es capaz de disimular. Lo más traumático es que, hoy, muchos uniformados deben sentir hasta vergüenza de portar una enseña que juraron defender hasta la muerte.

Raúl Pizarro Rivera.

martes, julio 23, 2019

VERDAD HISTÓRICA VERSUS MEMORIA.



Es sabido que la izquierda chilena ha querido establecer censura con respecto a la historia reciente, ya sea con respecto a las personas que defienden el gobierno militar como fue la propuesta que tenía la diputada comunista Karol Cariola, ya sea una ley para aquellos que niegan los que ellos llaman ‘violaciones a los derechos humanos’ ocurridas en el gobierno cívico militar. Esta última la comparan a las leyes que hay en Europa sobre el negacionismo del Holocausto judío. Como se darán cuenta puse unas palabras entre comillas, porque en realidad no se violaron los derechos humanos. Para la gente de izquierda, el hecho de que los terroristas o guerrilleros hayan matado, secuestrado y puesto bombas, donde salieron muertos o heridos civiles o militares no constituye una violación a los derechos, pues los únicos que lo hacen son los agentes del Estado. Quienes sí lo hicieron, están en la izquierda. En esa misma línea de censura la cárcel a los historiadores. Habría que incluir como censura la ley de incitación al odio tal como hicieron los abogados de los derechos humanos de izquierda, cuando se presentó el documental Pinochet. Según ellos, el documental incitaba al odio, no así la ideología del Che Guevara.

Según su versión, en el gobierno militar se violaron sistemáticamente los derechos y que Salvador Allende era demócrata al estilo de los líderes de las democracias occidentales. Ambas afirmaciones son falsas. La izquierda marxista leninista quería reemplazar la democracia liberal que Chile tenía por la dictadura del proletariado o una dictadura comunista.

Cualquiera persona normal sabe que toda historia tiene dos caras de la moneda.

  Afortunadamente, el máximo tribunal del país rechazo la propuesta de la diputada comunista, quien como recordaran no tuvo problemas en viajar a Cuba y sacarse una foto con el dictador Fidel Castro junto Camila Vallejo.

  Ahora bien, sobre el caso judío. Las leyes que hay en Europa que castigan a las personas que dudan del holocausto judío son atentado a la libertad de pensamiento, y, por tanto, a la libertad de expresión. Me huele a gato encerrado. La verdad no necesita de la represión, ni de la coerción para manifestarse. La verdad no depende de los sujetos o de la subjetividad de cada uno.

  Hay que recordar que a la izquierda opositora del gobierno cívico militar era contraria al artículo 8 de la Constitución de 1980.  El ámbito de ese artículo era bastante restringido si lo comparamos con la censura que la misma izquierda quiere imponer en todos los ámbitos como lo ilustra el historiador Gonzalo Rojas en una columna.

 El mismo historiador ha denunciado desde que tengo el blog, que hasta los estudiantes de universidad ha vetado a profesores que incluyan en su bibliografía libros que hablen bien del gobierno militar.

 Lo que se les olvida a los académicos mencionados, es la letra de la canción “La alegría ya viene”, en la que se exaltaba la libertad de pensar. Si hasta los zurdos se olvidaron de ella.

  La izquierda es que la niega todo. Niegan la vía armada que ellos mismos eligieron sin miedo y sin temor escudándose hablando de la violencia política en general. Niegan que un sujeto comenzó la violencia. Así ponen en el mismo nivel aquel que usa la fuerza como legítima defensa contra la violencia.

  La izquierda es la niega que ellos quisieron instalar una dictadura comunista. De ahí el escándalo que armaron el año pasado por la muestra que hizo en el Museo de Historia, donde aparecía las palabras del general Augusto Pinochet, en que celebraba que nos hayamos liberado del comunismo.

  Para cualquiera persona normal no cuestiona el derecho defenderse. Es algo elemental de la raza humana. Pertenece a la Ley Natural. Cuando los norteamericanos realizaron la operación Bahía de los Cochinos para sacar a Fidel Castro, los cubanos comunistas tenían todo el derecho a defenderse. Del mismo modo, el gobierno militar chileno tenía todo el derecho del mundo a defenderse de los grupos terroristas que fueron entrenados en los países comunista. Puesto que son freaklas personas que están en la izquierda, no les gusta que las personas en cualquier ámbito no se defiendan.

 Según el historiador británico Antony Beevor: “Ningún gobierno debería imponer una verdad histórica”. Dicho sea de paso, él es contrario a ley europea que condena a la cárcel a quienes duden del Holocausto.  Si un gobierno impone un relato, es porqué algo desea ocultar.  El historiador es conocido por sus libros Ahrhem, la batalla de los puentes 1944, Berlín 1945. La Caída, Las Ardenas 1944. La última apuesta de Hitler. En 1989 publicó un libro sobre la guerra civil española, el cual recibió comentarios como el siguiente: “Se suele decir que la historia la escriben los vencedores, pero en el caso de la guerra civil española quienes más lo han hecho han sido simpatizantes de los perdedores”.

Ese comentario lo podemos aplicar también a América Latina, luego que los militares se tomaran el poder a raíz de la guerrilla o terroristas comunistas. Basta ver que de vez en cuando los medios hablan de la Operación Cóndor ocultando la agresión de la izquierda castrista que quiso imponer gobiernos comunistas, previo un río de sangre. Están las palabras del argentino guerrillero Jorge Masetti, quien al final de su libro El Furor y el delirio escribe: “Hoy puedo afirmar que por suerte no tuvimos victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia de Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la Cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo”.

   La izquierda no tiene argumentos para defender sus posiciones. De ahí la censura y la violencia. De ahí su afán de imponer su visión a los demás. Si, en realidad hubiese intelectuales en ese sector, tendrían que rechazar la absurda comparación del gobierno militar con la Alemania nazi, en primer lugar. En segundo lugar, rechazar la comparación de la izquierda marxista leninista de la Unidad Popular con los judíos perseguidos por los nazis. Y, en tercer lugar, rechazar la propaganda de los grupos terroristas chilenos que dicen que los perseguían por pensar distinto. Eso último es más falso que el diploma de Bachelet de médico.

  Ahora la izquierda es que la desea perseguir a quienes piensen distinta de ella.

  Puesto que perdió al hacer su revolución comunista, tanto en España como Chile han intentado reescribir la historia.

En la izquierda no hay historiadores, pues lo mínimo o máximo es que una persona con credenciales académicas es que sea fiel a la verdad. Hacen propaganda.

 La memoria es sesgada. Además, ¿por qué se ha privilegiar la memoria de las personas de izquierda por sobre la derecha o de los militares? La izquierda que saco esa ley tonta sobre la discriminación, discrimina. El criterio es lo más arbitrario.

  Cuando Ricardo Lagos gobernó y saco el inconstitucional Informe Valech, mucha gente que vivió la Unidad Popular se quejaba a través de las cartas al director, que ellos tenían otros recuerdos sobre ese período. Por cierto, que no eran buenos. Muchas personas se habrán sentido como los personajes de la novela 1984, en que le dicen más o menos: “Tú no tienes ese recuerdo”. Me pasaba lo mismo, cuando conversaba con personas de izquierda en la universidad. En fin, pura manipulación psicológica.

   De la Guerra Civil española lo único que ha quedado grabado es el asesinato del poeta Federico García Lorca, porque es de izquierda y el bombardero a Guernica por Franco. Sin embargo, la izquierda española omite que ellos también asesinaron a escritores y académicos. Recientemente, nos enteramos por un medio español que los republicanos españoles también bombardearon a civiles. Se trata de la localidad de Cabra. Después los lugareños crearon una canción: “El día 7 de noviembre/Cabra se bombardeó/por tres aparatos rojos/que Azaña mandó./Murieron pobres y ricos/viejos y de los demás/muchos estaban en la plaza/buscando ganarse el jornal.”

   Lo peor del cuento de la memoria, es que la izquierda impone su punto de vista. Si alguien altera su guión, por así decirlo, se enfurecen. Eso lo hemos visto cuando se presentó dos veces el libro sobre el Brigadier Miguel Krassnoff, donde la izquierda que dicen tolerantes y partidarios de la diversidad, fueron a molestar en un acto privado. Lo mismo, cuando se presentó el documental Pinochet. Sin embargo, no ocurrió nada parecido, cuando en la Universidad de Chile presentaron una biografía del terrorista, delincuente y fundador del Mir, Miguel Enríquez. Las principales autoridades de la universidad se sintieron honradas. En cambio, para la presentación del libro del preso político Krassnoff, incluso el ex alcalde Labbé se incomodó porque se incluyó la palabra ‘homenaje’.

  Luis Valentín Ferrada, uno de los abogados del mencionado militar dijo que “se ha mantenida secuestrada la memoria de los chilenos, hasta el punto de creérsela ya muerta”. Para  fortuna de los chilenos, la Venezuela de Chávez y Nicolás Maduro ha reproducido la fracasada Unidad Popular, con lo cual muchos que ni habían nacido se dan cuenta que la memoria tal como plantea la izquierda es un chiste y que la verdad histórica aparece.

Javier Bazán Aguirre.

jueves, julio 18, 2019

CASTAÑER DURO DE ROER.



Muchos se mostraron críticos del coronel Julio Castañer por su intervención en «Mentiras Verdaderas» de La Red, porque lo encontraron «blando», frente a la inmensidad del abuso de que es víctima. Pero él ha logrado algo que ninguno de los Militares Perseguidos Políticos ha conseguido hasta ahora: presentar la verdad de su caso a la opinión pública en un medio masivo.
El proceso por los quemadores quemados sería el más escandaloso de todos los que ha incoado la Dictadura Judicial de Izquierda que impera en el país, con la coautoría y completa complicidad de Piñera, por supuesto, (dedicado últimamente a instalar monumentos históricos de homenaje a la guerrilla extremista del ’73), si no existiera otro proceso todavía más vergonzoso y también prohijado por Piñera: el caso Frei.

Castañer fue completamente ajeno al desenlace sufrido por los quemadores quemados, Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, pero lo han condenado a diez años de presidio que pronto debe entrar a cumplir. Lo importante es que ha logrado probar públicamente su inocencia en los hechos, con lo cual el descrédito del ministro Carroza, que le impuso la pena, ha caído al más bajo nivel, porque no sólo ha quedado en evidencia que ha prevaricado al pasar por sobre la cosa juzgada y la prescripción, sino también por haber contravenido la verdad de los hechos: como ha probado el coronel (r) Cristián Slater, Carmen Gloria Quintana declaró que la había rociado con combustible un militar con uniforme de camuflaje y cara pintada… y Castañer ha probado que ese día vestía de civil, sin pintura en la cara y estaba a veinte metros de distancia de los hechos.

Jeannette Reyes de Castañer ha conducido, en las redes sociales, la defensa de su marido con una tenacidad y un coraje que ya se quisieran los hombres chilenos y ha allegado pruebas documentales que por sí solas quitan toda base al argumento fundamental del ministro Carroza para reabrir una causa que estaba cerrada: ha probado que el único conscripto (entre los que participaron en los hechos) que, 29 años después de sus declaraciones de 1986, se ha contradicho y cambiado su versión, merodeó en 2015 a políticos DC y de izquierda y tiene antecedentes psiquiátricos que le restan credibilidad.
La actuación contra legem del ministro Carroza ha sido de una gran crueldad con personas modestas y que viven de su trabajo, como los conscriptos envueltos en el caso en 1986, que han sido sometidos a prisión por él y algunos de los cuales han perdido sus ocupaciones, siendo gente de escasos recursos. Pero entre ellos ha destacado Leonardo Riquelme Alarcón, que en este ilegal proceso reveló voluntariamente algo que nadie sabía: que fue él quien, en el episodio de 1986, cuando los quemadores de buses y personas fueron sorprendidos portando elementos altamente combustibles, de manera casual tropezó con un recipiente, quebrándolo y provocando las llamas que quemaron a ambos extremistas. Ese solo testimonio exculpa adicionalmente al coronel Castañer.

El coraje y honestidad de Riquelme Alarcón me llevaron a proclamarlo «chileno del año» en 2017 y concitaron la admiración de un grupo de patriotas que hasta hoy colabora en su defensa contra la persecución judicial ilícita que está sufriendo. Habla bien del pueblo chileno que, de más de una docena de conscriptos del año 86, sólo dos hayan caído, 29 años después, en la tentación de contradecir su testimonio de entonces, por móviles que sólo cabe conjeturar. Y de ambos, sólo uno inculpa al coronel Castañer.

El caso de éste revela que vivimos en un país en que quienes dicen la verdad van a la cárcel, lo mismo que quienes velan por el orden público impidiendo que transeúntes inocentes sean quemados; y, en cambio, quienes consuman actos terroristas son indemnizados, premiados y hasta objeto de homenajes públicos y monumentos nacionales.

Una dictadura judicial desnaturalizada y un gobierno coautor de su prevaricación y que rinde culto a los contravalores sociales no pueden durar. El coraje del matrimonio Castañer en defensa de los verdaderos valores establece un antes y un después en este Chile de desnaturalización de la historia, la verdad y la justicia.

DespiertaChile.cl

lunes, julio 15, 2019

@sebastianpinera Y HOMENAJE AL "COMANDANTE PEPE".



En el Diario Oficial del 6 de julio último se publicó el Decreto N° 32, dictado "por orden del Presidente de la República" y firmado por su Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés Chadwick, que ordena instituir como "monumentos nacionales" los recintos en que operó y fue capturado en 1973 el guerrillero José Gregorio Liendo, mejor conocido como "Comandante Pepe".

Se trata de un lugar de culto,  para que los chilenos de hoy y mañana se prosternen ante una figura histórica que se esforzaba en el noble propósito de hacernos pasar a una mejor vida.

Este homenaje presidencial seguramente se justifica por la admiración que debe haber despertado en el Jefe del Estado la siguiente frase del egregio Comandante Pepe, dicha a la periodista Nena Ossa, en entrevista personal con ella de 1972, reproducida en su libro "Allende, Thank You": 

“Nena Ossa: ¿Cuál es el plan de fondo de ustedes, a corto mediano o largo plazo?
“Comandante Pepe: Tomarnos los campos y los pueblos del sur, violentamente si es necesario, mientras en Santiago el MIR se toma la ciudad y bajan a unirse con nosotros a medio camino.

Nena Ossa: O sea, la idea es tomarse todo Chile violentamente. ¿No les molesta que muera gente?
"Comandante Pepe: Claro que violentamente. Tiene que moruir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre en la revolución y esta se convierta en realidad. Con menos muertos no va a resultar".
Esta generación guerrillera de 1972 en el campo Punto Cero en Cuba, y en Argel y Libia. Pero los abyectos militares que les impidieron su propósito, por lo menos hoy lo están pagando caro.
Los cientos de querellas de la Concertación y las mil y tantas de Piñera y Ubilla los han encerrado en los penales,  como se merecen por haber frustrado el logro epónimo de llevar a un millón de chilenos a una vida mejor. Y estos uniformados están muy justamente, además, sujetos a aleccionadoras leyes de libertad condicional que no les permitirán acceder antes del año 24.000 (como se les comunica en sendos y serios oficios de Gendarmería).
La sabia, homérica y sabia frase "tiene que morir un millón de chilenos, para que el pueblo se compenetre de la revolución", debe haber cautivado a Piñera, más que las de Volodia a quien describiera como "un grande de la historia de Chile" y que las de Chávez, en cuya capilla ardiente hizo guardia de honor vis-a vis con Raúl Castro.


¡Estas son las circunstancias que el gobierno de Chile Vamos a la iquierda quiere destacar! No la horrorosa cita de la frase de Pinochet sobre la derrota del marxismo, que llevó al mismo Piñera a ordenar a su entonces Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Alejandra Pérez, a despedir al director del Museo Histórico que había permitido presentarla, junto a la efigie del General en una muestra. La actual ministra en cambio, que por algo llevan el tranquilizador apellido "Chadwick", si conoce la vocación histórica del Presidente y ha obedecido felíz la orden de firmar el decreto que rinde homenaje e instala como monumentos nacionales los recintos donde el Comandante Pepe quiso llevar a cabo su histórica tarea.

El decreto también afirma que el Comandante fue detenido utilizando un "montaje comunicacional  conocido como "Plan Zeta", ideado por los servicios de seguridad de la Armada de Chile y utilizado como discurso de legimación del Golpe de Estado".
¡Que canallada de los marinos! ¡Y que digno compromiso de Piñera y su Ministra con la izquierda al delatarla! ¡Que brillantes han estado ambos para esclarecer la memoria de los chilenos!

¡Volodia, Gladys, Sebastián y Consuelo, el marxismo en armas chileno nunca olvidará los servicios que habéis prestado, ni los homenajes tributados (ni los dineros recibidos). ¡Hasta la victoria siempre!

Hermógenes Pérez de Arce,

lunes, julio 08, 2019

PINOCHET, GENIO Y FIGURA.



LO QUE A TANTA GENTE SE LE OLVIDO!!!
Por ANTHONY DANIELS  |  The Miami Herald
¿Por qué es Pinochet, lejos, el más odiado (al menos por los intelectuales) de todos los dictadores de la segunda mitad del siglo XX? ¿Por qué él solo ha sufrido la humillante suerte de ser arrestado y detenido en un país extranjero a pedido de otro país extranjero? 
Después de todo, en el bestiario del siglo pasado fue una criatura menor e insignificante, incluso si (lo que es poco probable) él fuera responsable de cada crueldad cometida en Chile mientras fue presidente. Cuando Sudáfrica, recientemente, se rehusó a extraditar al ex gobernante etíope Mengistu (Haile Mariam) a su país natal, no hubo ni asomos de protesta, aunque todos los crímenes de Pinochet habrían cabido en una tarde del reinado de Mengistu, y las torturas presuntamente practicadas en Chile fueron meros procedimientos terapéuticos en comparación con lo que se hizo en Etiopía. 
Incluso, entre los dictadores militares latinoamericanos conservadores Pinochet no fue el peor. De cada intelectual liberal al que le sale espuma de la boca con sólo mencionar su nombre, ¿cuántos son los que han oído hablar de Lucas García de Guatemala, por ejemplo? Y los generales de la junta argentina, cuyo récord ciertamente fue infinitamente más oscuro que el de Pinochet, no son odiados -excepto en Argentina- con el mismo rencor. ¿Por qué no?
Existe una explicación obvia: Pinochet fue el único de los dictadores que fue increíblemente exitoso. 
Se encontró con un país económicamente desastroso y lo dejó como un faro cuya luz brilló mucho más allá de América Latina. Atrajo a quienes querían aprender del éxito de todas partes del mundo. Chile fue más próspero de lo que había sido en toda su existencia previa.
Lo que es aún peor es que Pinochet efectuó este cambio siguiendo políticas contrarias a las que los intelectuales liberales habían apoyado durante décadas, y por las que se arrogaban a sí mismos roles de importancia primordial. 
Él demostró, con el éxito de su país, la falacia de que el imperialismo impedía el desarrollo de los países del Tercer Mundo: que sus esposas eran en gran medida auto forjadas y que lo mejor que podían hacer los gobiernos de esos países por su bienestar económico era no estorbar.
Un general de Ejército -del tipo al que habitualmente se describe como un gorila (muy distinto de la muy admirada guerrilla)- había logrado en unos pocos años lo que una gran cantidad de intelectuales liberales no habían sido capaces de conseguir en ninguna parte del mundo en períodos mucho más largos.
Esta fue una herida terrible para la autoestima de los intelectuales liberales. Si ya no eran necesarios para comités de solidaridad del Tercer Mundo ¿para qué servían?
Eso es algo que la izquierda internacional nunca le perdonó. No los presuntos crímenes: el éxito.
Ciertamente, el régimen de Pinochet no sólo había demostrado que ese tipo de intelectual no tenía ningún papel providencial en la salvación de los países del Tercer Mundo -como esperaron serlo mientras Salvador Allende gobernó desastrosamente Chile-, sino que representaban un obstáculo que debía ser superado en el camino hacia el desarrollo económico.
De modo que Pinochet significaba un reproche existencial para ellos. 
Si su régimen se hubiera limitado a torturar y a “hacer desaparecer» a sus opositores mientras el país caía de una crisis económica en otra, Pinochet habría sido objeto de un suave reproche teórico, pero no del ataque estridente y emocional que termina con demostraciones frente a embajadas. 
Fueron sus logros, y no sus fallas, los que fueron tan odiados.
Nada de esto se aplica, naturalmente, a los chilenos que odian a Pinochet porque un pariente, amigo o conocido fue torturado o desapareció durante su gobierno. 
Ciertamente, no se necesita mucha imaginación para darse cuenta por qué ellos lo odian.
Pero si uno lee literatura izquierdista sobre Chile (ningún placer desde el punto de vista literario), jamás verá una admisión de que la izquierda haya tenido culpa alguna en la llegada al poder de Pinochet.
Nunca se admite que Allende llamó abiertamente a sus partidarios, por cadena nacional de televisión, a ganar la inminente guerra civil asesinando a todos sus detractores, y siguió una ideología que para ese entonces no sólo había suprimido la libertad y la prosperidad para una tercera parte de la superficie del globo, sino que había matado a millones de personas, o cuyas tácticas (empleando medios constitucionales para lograr fines inconstitucionales) se semejaban peligrosamente a las de Stalin.-
El texto fue  publicado por The Miami Herald el 29 de febrero de 2000 y anteriormente en la National Review
¿Que cosas buenas hizo Pinochet por Chile?
Impidió una Dictadura comunista en Chile, Instauro bases para el desarrollo educacional y económico del país, la Mortalidad infantil bajó de 79 por mil a 17,1 por mil. Una de las más bajas de Latinoamérica. 
En 1973 la desnutrición infantil era de 12,2 por 10.000 nacidos vivos contra 4,11 por 10.000 en 1988. La desnutrición grave infantil baja a 0.1%, 
logró bajar la extrema inflación que había gracias al gobierno comunista, renovó la Constitución Política de Chile, gestor de la integración de Chile con la creación de la carretera Austral, etc..
Que nuestros hijos y nosotros mismos no sintamos vergüenza el día de mañana de haber callado la VERDAD.
El comunismo criollo trabajó en información militar en favor de Perú en el tiempo de Velasco Alvarado, favoreciendo una aventura militar en contra de Chile con traída de tropas cubanas de Angola a Perú y Asesoría militar variada de países de la órbita comunista. Así como mas tarde,trabajaron para Argentina y URSS tratando de sacar la hegemonía de  USA y Reino Unido del Atlántico SUR y de paso entregaban gran parte de Chile a los países vecinos.
¿Qué habría sido de Chile en toda esta situación sin el Gobierno Militar?    
Chile es lo que es gracias al Gobierno Militar y su progreso y prestigio económico y camino constitucional, a los  miembros de La Junta Militar de Gobierno, a los civiles que colaboraron entre otros muchos don Jorge Alessandri Rodriguez, don Julio Philippi, don Enrique Ortúzar Escobar, don Pedro Ibañez Ojeda, don Hugo Rosende, etc.
No se entregaron mas sitios marcados con cal por límite y sifón de agua con suerte cada tres cuadras. Se empezó a entregar casas de verdad, con piso y techo firme, no de fonolas.
Todo lo que se progresó, no fue un milagro, fue un  esfuerzo gigantesco y requeriría mucho tiempo explayarse sobre parte importante.
Que poco sabe la juventud de todo éso, y como machaca la izquierda con sus mentiras y tanto silencio nuestro.
Ya es hora que sin odio y buscando el buen sentido de la gente buena de este país se vaya diciendo LA VERDAD con la serenidad del que tiene la razón..
DespiertaChile.cl