EL DOLOR DE LA FAMILIA MILITAR.
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El esposo, padre y abuelo de la fotografía es el Señor Brigadier de Ejército don Miguel Krassnoff Martchenco, un destacadísimo Oficial con una brillante carrera… ¿Y cual es su gran pecado?, Simplemente servir a Chile, cumplir con su Juramento.
Sin embargo a los que fueron sus adversarios, a los que se enfrentaron a él portando armamento ilegal, a los subversivos terroristas que esparcieron sangre inocente en los suelos de Chile… a ellos, la propia República de Chile les dio la libertad. Los sacó de las cárceles vía indultos, amnistías o vergonzosas fugas donde la “autoridad”, se hacía la ciega y desentendida.
Esa horda terrorista criminal no era solo enemiga del Brigadier Krassnoff y del resto de los uniformados chilenos. Esa lacra era férrea enemiga de nuestra inmaculada Libertad y de nuestra bicentenaria independencia. Ellos actuaron cobarde, subversiva e impunemente por el sometimiento de Chile al peor de los Yugos, a ese que dividió al mundo en la guerra fría, ese contra el cual lucharon los más grandes países y potencias del planeta. Claro que en esos países jamás condenarían a sus Soldados… tal vez en eso se sustenta su grandeza.
Esa lacra era el brazo armado de muchos dirigentes que hoy ocupan altos cargos en la esfera política chilena. Muchos desalmados hoy disfrazados de demócratas, de terno y corbata. Que no sentían, no sienten y nunca sentirán el más mínimo cariño por Chile, por su historia gloriosa, por sus héroes, ni menos por su futuro. Oportunistas que hoy se lucran de rentas fiscales y robos al mismo fisco, y que no trepidarían ni pensarían un instante, si pudieran vender su invicta Bandera al totalitarismo.
Como esta familia chilena hay sesenta más en el país, con sus seres queridos secuestrados por el propio Estado, el que cínicamente se lava las manos ante el actuar de una justicia politizada y prevaricadora.
Muchos de esos servidores de
Para ese hombre que hoy descansa en los brazos de Dios, y para sus camaradas de armas y compañeros de infortunio, no existió y no existe clemencia alguna del Estado de Chile. Ellos fueron seudo juzgados, no se les respetó derecho alguno de los que estipula nuestra jurisdicción y nuestra Constitución. Y después de condenados y encarcelados se les ha negado todo beneficio o derecho carcelario.
Lamentablemente las nuevas autoridades, las que pidieron en campaña reunirse con Militares retirados obteniendo de ellos y de la familia militar chilena, los votos que no tenían y que al final les dieron la victoria, esas autoridades, están borrando con el codo todas sus promesas.
Y lo que es peor… la política que aplican en la materia es la continuación exacta de lo que había antes, y así con el correr de los meses, no serán sesenta los Soldados traicionados por su Patria… serán cientos. Y también serán cientos las familias dolidas, las esposas, los hijos, los nietos. Familias Militares que al igual que sus seres queridos encarcelados por el Estado al que defendieron, aman a su Patria por sobre todas las cosas.
Coronel (R) Alejandro Russell O’Kuinghttonss.