ENTER MICHELLE 3.0....
…como dice Shakespeare en sus piezas teatrales. Pues yo venía sosteniendo en este blog que Michelle 2.0 es completamente distinta de la de su primer gobierno, Michelle 1.0, y que, atendiendo a los anhelos más profundos de su ser revolucionario, los mismos que la llevaron a marginarse de la Concertación a fines de los ’80 y adherir al PAIS de los comunistas, ahora que llegó al poder en brazos del 62% de los que fueron a votar se sintió con fuerzas para dar expresión a ese, su sentir más genuino. Así, se puso a la cabeza de la Revolución UP 2.0, que no dejará títere con cabeza y completará el legado de Allende y de su Revolución UP 1.0, eso sí que ahora sin los grupos armados que aquél prohijó y pagando indemnizaciones a quienes antes eran despojados sin compensación alguna.
Esta interpretación mía era coherente con todos los anuncios programáticos de Michelle 2.0 y, por tanto, llegué a sentirme un fiel intérprete de la realidad, hasta que ahora ha irrumpido inesperadamente en la escena política, casi sin anuncio previo, Michelle 3.0, devenida Reina de los Consensos, haciendo concesiones impensadas y llenando con oleadas de felicidad a centenares de miles de empresarios privados pequeños y medianos que, como ha dicho su representante más activo, Juan Pablo Swett, con la Nueva Reforma Tributaria Consensuada ¡van a quedar mejor que antes! Desde luego, recibirán un alivio o bono extra que ni se soñaban: 60 días más para enterar el IVA retenido por ellos y que hasta ahora deben abonar al fisco antes de 30 días aunque el verdadero deudor del tributo no les haya pagado la factura.
¿Qué empresario iba a pensar en quedar mejor con la Reforma? Ninguno, pero Michelle 3.0, la nueva Hada Madrina de las PYMES lo ha hecho posible para esa enorme mayoría de los que facturan menos de dos mil 400 millones de pesos anuales.
Por supuesto, los grandes empresarios que facturan más no están contentos. Esto es malo para el país porque son ellos los que “tiran el carro” del crecimiento y pueden apretar una tecla y llevarse capitales a lugares más acogedores, como la isla Jersey, donde tiene depósitos nuestro reciente visitante Plácido Domingo, según dice el diario de hoy. Pero si bien les han subido el impuesto a 27%, les han abierto alternativas de ahorro para eludir parcialmente el Global Complementario y pagar menos del 35% a que parecían condenados. En todo caso, a estas alturas ¿a quién le importa un rábano el crecimiento del país?
Y el Ministro Arenas, que hace tan poco creía que, por fin, tenía a los capitalistas mordiendo el polvo, lo que se reflejaba en un semblante satisfecho, ha debido ahora someterse a que siga existiendo un FUT, si bien de sólo el 65% del anterior. Un FUTITO, como lo llama el intransigente Lorenzini (DC), que, dejando de ser un vulgar Kerensky, ha terminado convertido en un Marat denunciador de los girondinos moderados como Lagos Weber y Montes. De ninguna manera insinúo siquiera remotamente que una Carlota Corday chilena deba darle su merecido.
Y si bien Arenas había dicho que no permitiría que le tocaran “el corazón” a la Reforma, en definitiva, como ha expresado el economista Bernardo Fontaine, a raíz del consenso alcanzado no sólo se lo han tocado, sino que se lo han trasplantado.
En fin, la derecha observa desde su tumba cómo ha obtenido una “derrota honrosa” cuando ya no esperaba nada desde su particular Más Allá, y con mucha gracia se somete a algo tan terrible como “La Decisión de Sophie”, al decir del economista José Ramón Valente: elegir una entre dos posibilidades atroces, para evitar que sobrevengan ambas.
Es el consenso, el venerado consenso que, como decía Margaret Thatcher (que nunca se sometió a ninguno y por eso la llamaban “la Dama de Hierro”) “es el proceso de abandonar todas las creencias, principios, valores y políticas y, por tanto, se trata de algo en lo cual nadie cree y nadie objeta”. Veremos a dónde nos lleva el alcanzado esta vez.
Hermógenes Pérez de Arce.
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