jueves, marzo 19, 2015

PEÑAILILLO: ¿REPUBLICANO O BIPOLAR?


Lo que dijo el ministro Peñailillo este martes en ICARE es de la máxima relevancia y no puede pasar desapercibido. Es cierto que sus dichos podrían revelar cierta bipolaridad –oportunismo si se quiere–, pero aun así debieran llevarnos a una reflexión profunda.
“No podemos mejorar el país en base a la destrucción y descrédito de las instituciones”, fue una de las frases del ministro del Interior. Yo, al menos, estoy de acuerdo con esa afirmación, y me alegra que sea pronunciada por un personero de tanta importancia. Sin embargo, al oírla no pude dejar de pensar: ¿acaso no fue el sector que él representa el que acusó al gobierno de Piñera –una y otra vez– de que sus anuncios tenían todos letra chica? ¿Acaso no fueron los voceros de la campaña de Bachelet los que usaron y abusaron del caso pollos, farmacias y otros pecados del empresariado, para desacreditarlos? ¿Acaso no fue este gobierno el que defendió la reforma tributaria afirmando que los que la criticaban eran los poderosos de siempre? ¿Acaso no son los parlamentarios de gobierno –en un acto de deshonestidad intelectual sin precedentes– los que piden la renuncia de sus pares afectados por el caso Penta, a pesar de que saben que la ley lo impide? ¿Acaso no fue este gobierno el que basó su reforma educacional en la destrucción de la imagen de los sostenedores? ¿Acaso no fue la Nueva Mayoría la que vociferaba por una nueva Constitución que sanara al país de estas instituciones malditas engendradas durante el gobierno de Pinochet?
Señor ministro, usted tiene razón: no se puede mejorar el país sobre la base de la destrucción y descrédito de las instituciones. Pero esa frase no debió pronunciarla en Icare, sino en el Consejo de Gabinete de los lunes en La Moneda. Los destinatarios no debieron ser los empresarios, sino los políticos de las retroexcavadoras y aquellos que promueven cambios que se basan en la demonización de las instituciones vigentes, en vez de resaltar las bondades de lo que dicen proponer.
Pero no todo es pasado. La reflexión debe ser también sobre el futuro. ¿Seguirá la Nueva Mayoría con su estrategia de construir un bloque político cada vez más fuerte basado en la destrucción de la confianza en instituciones cada vez más débiles? ¿Qué nos dirá el gobierno para justificar su anunciada nueva Constitución? ¿Pedirán prudencia a sus parlamentarios cuando critiquen destempladamente al mundo privado o a sus adversarios políticos con la misma convicción con la que lo hacen cuando critican al gobierno?
Ya veremos si la intervención del ministro inaugura una nueva era en la Nueva Mayoría o si es pura bipolaridad.
Guillermo Ramírez.
Abogado.

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