ESTE POBRE PAÍS DESMEMORIADO.
La verdad no deja tranquilo a este pobre país desmemoriado. Porque los extremistas de siempre (usted, yo y todos sabemos de dónde provienen) tuvieron que repetir su “hazaña” de poner una bomba en el metro, con tan mala suerte para su imagen que lo hicieron en los justos días en que se cumplía otro aniversario de su anterior bomba en el metro, en 1986, cuando el brazo armado comunista FPMR ponía explosivos en todas partes, y entre ellas ésa, que dio muerte a un pacífico pasajero.
La coincidencia es desafortunada para la izquierda porque justamente en 1986 la actual Presidenta convivía con el vocero del FPMR que colocaba las bombas, Alex Voijcovich. Posteriormente no pocos frentistas convocaban a conferencias de prensa clandestinas, en las cuales comparecían encapuchados, asegurando que la conviviente de Voijcovich era una activa militante del Frente, donde se la conocía por su alias de “Claudia”.
Como el país durante todos los años de gobiernos de centroizquierda se ha dedicado a ocultar la verdad y a perseguir y denostar a los militares que debieron combatir al terrorismo que colocaba bombas como las del metro, atentados como el de 1986 han sido cuidadosamente escondidos de la memoria colectiva y, por el contrario, el gobierno de Sebastián Piñera se esmeró en reforzar las mentiras históricas de la izquierda (crítica a los “cómplices pasivos”) y triplicó el número de querellas contra los uniformados que combatieron el terrorismo perpetrado por ella.
Pero la historia discurre al margen de los intereses políticos y no se cuida de esconder lo que la corriente políticamente correcta desea mantener oculto. De modo que se ha conmemorado el aniversario del ferrocarril de Santiago a Valparaíso, que cumple su sesquicentenario, lo cual ha dado lugar a que también se recuerde la fecha, 1986, precisamente, en que debió ser interrumpido ese servicio de trenes, no sólo por su inviabilidad económica sino ante el atroz atentado que perpetró la extrema izquierda terrorista y que destruyó el puente Queronque, en la V Región, atentado que frecuentemente se le recuerda a ese ex prohombre concertacionista, ex ministro y ex senador, Carlos Ominami, a la sazón integrante del MIR, que se atribuyó el atentado.
Pues a raíz del mismo, que destruyó la doble vía ferroviaria en el lugar, se provocó después un choque frontal de trenes constitutivo de la catástrofe ferroviaria más luctuosa de la historia del país, que provocó 54 muertes y centenares de heridos.
Como Chile ha vivido dedicado a perdonar y hasta a homenajear a terroristas autores de atentados como ésos (cerca de un millar fueron indultados, conmutados y amnistiados --sí, amnistiados de acuerdo al muy vituperado Decreto Ley de Amnistía de 1978--, al tiempo que se persigue inmisericorde e ilegalmente a los agentes de seguridad que lucharon contra los terroristas). Hay más de sesenta de aquéllos cumpliendo condena en un penal hacinado, donde ya cinco han muerto. Piñera cerró el otro en que algunos vivían pasablemente y sin hacinamiento las consecuencias de la prevaricación judicial.
Entonces ahora se trata de olvidar todo lo que inculpe a la izquierda y exculpe a las fuerzas de orden. Y la justicia de izquierda prepara un “catastro de los procesos sobre derechos humanos”, que si se dijera la verdad tal como es debería ser denominado “catastro de la Prevaricación Judicial”; pero esta iniciativa, por razones que no quedan claras en los comunicados oficiales de la Corte Suprema, ha dividido al Pleno de ésta y ha conducido a que renuncie a presidir dicho “catastro” el presidente del más alto tribunal (alto por jerarquía, no por su respeto a la Constitución y las leyes). Al parecer, hay corrientes internas que no comparten su iniciativa.
Pero, como la verdad puede ser oficialmente ocultada pero no por eso deja de existir, en estos días se promueve la edición masiva, para poner al alcance del mayor número de chilenos, de un extracto del libro más importante publicado en 2013, “Procesos sobre Violación de Derechos Humanos: Inconstitucionalidades, Arbitrariedades e Ilegalidades”, del abogado Adolfo Paúl Latorre, que es una descarnada denuncia de los atropellos que la justicia de izquierda ha cometido y sigue cometiendo contra quienes estuvieron en la primera línea del combate al FPMR de la bomba en el metro, al MIR de la catástrofe de Queronque y a los “compañeros de tropa” cubanos que intentaron por la fuerza del terrorismo y las armas instalar un gobierno totalitario en Chile.
La mayoría de este pobre país desmemoriado no tiene idea de lo que realmente sucedió y aplaude la persecución a quienes lo salvaron, tras haber llevado al poder a los victimarios devenidos “víctimas”, totalitarios travestidos de demócratas y agresores recalificados de agredidos y generosamente indemnizados por los jueces de izquierda.
De todo lo cual dejo constancia hoy, una vez más, en la triste certeza de que la gran mayoría perseverará en su ignorancia histórica y consumará los disparates que el gobierno presidido por la otrora “Claudia” le propone y se ha empeñado en consagrar, para así reeditar el fracaso que tomó 17 años superar.
Hermógenes Pérez de Arce.
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