A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA NACIONAL E INTERNACIONAL.
1. En estos momentos en que Venezuela se halla sumida en la zozobra y se debate en una inconmensurable crisis política, económica, cultural y moral, pedimos a todos los universitarios del mundo su apoyo y solidaridad para con la universidad autónoma venezolana, sus estudiantes, sus profesores y demás trabajadores, y la ciudadanía en general, que sin escatimar sacrificios luchamos por nuestras libertades, por la autonomía universitaria y la pervivencia misma de la Universidad, para que nuestras generaciones tengan cómo y dónde educarse en libertad, ser humanamente libres, y puedan defenderse del adoctrinamiento político al que hoy se nos quiere someter.
2. En Venezuela se violan de manera continua y flagrante todos los derechos humanos. Los venezolanos no tenemos acceso a la información oportuna y veraz como lo establece nuestra Constitución. Los medios radiales y televisivos independientes han sido suprimidos u obligados bajo amenaza de cierre a cambiar la programación. Sólo nos queda la Internet, de pésima calidad y manipulada también por el Gobierno.
3. Las protestas públicas están siendo reprimidas con ensañamiento. Varios estudiantes han sido asesinados, muchos otros están presos y hay denuncias de que han sido torturados y violados. El régimen de Nicolás Maduro ha desatado una violenta persecución contra la dirigencia estudiantil, las organizaciones de Derechos Humanos, los periodistas y contra toda la dirigencia opositora, incluidas órdenes de captura y encarcelamiento, por el simple motivo de protestar contra el hampa y la violencia institucional, la inseguridad, la escasez de alimentos y demás bienes y servicios básicos para la existencia.
4. En Venezuela no hay Estado de Derecho porque no hay “Estado”. El régimen imperante destruyó todas las instituciones, incluyendo las fuerzas armadas a las que convirtió en “milicias revolucionarias”. Éstas y los Poderes Públicos son sólo rótulos bajo los que se agrupan “colectivos” violentos (integrados por nacionales y extranjeros de diversos países) dirigidos desde Cuba por los hermanos Castro con el solo propósito de garantizar la permanencia de Nicolás Maduro en el poder. El Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General de la República y demás instituciones son ahora simples oficinas al servicio del Gobierno, cuyo poder es ejercido, además, de manera autoritaria, tiránica y despótica, vil y soez, en flagrante contradicción con los preceptos establecidos en la Constitución Nacional y el debido respeto a la población disidente, que es la gran mayoría, si se toman en consideración las últimas elecciones presidenciales donde, mediante un estruendoso abuso de poder, trampas y gasto milmillonario, el candidato Nicolás Maduro apenas pudo obtener, según las cuentas artificiosas del ente electoral (CNE) —al que el Gobierno maneja a su capricho y antojo—, una mínima diferencia de aproximadamente 200 mil votos. Existe un cúmulo de evidencias objetivas, suficientes y cuantificables que permiten razonablemente presumir la consumación de un fraude electoral; y en la población, la certeza de que el CNE participó deliberadamente en el fraude.
5. Las universidades autónomas venezolanas, a pesar del acoso gubernamental y la progresiva reducción de su presupuesto, aún mantienen abiertas sus puertas gracias al tesonero esfuerzo de su personal académico y técnico-administrativo que, pese a nuestros exiguos salarios y al estado de zozobra e inseguridad reinantes, continuamos sosteniéndola, muchas veces debiendo cubrir algunos de sus gastos con nuestro propio dinero, y exponiendo al peligro nuestras vidas.
6. Frecuentemente en las universidades vivimos asediados por grupos armados que entran encapuchados violenta e impunemente a los recintos, incluso hasta las aulas, y aterrorizan con su presencia, sus motos ensordecedoras, sus procacidades, disparos y explosiones de pólvora y bombas lacrimógenas. Son reiteradas las veces que muchas Facultades, para proteger la integridad física y mental de sus miembros, se han visto en la obligación de suspender todas las actividades y cerrar los portones como única defensa ante la violencia desatada, promovida por dichos grupos, amparados y armados por los propios organismos del Gobierno.
7. Venezuela ha sido un país privilegiado con una gran riqueza petrolera, gasífera, hidráulica, tierras para la agricultura y la ganadería, entre otros muchos bienes. Hasta finales del siglo pasado, era un país con los problemas socio-políticos típicos de la mayoría de los países del mundo, pero era también un país en desarrollo económico, político y social ascendente. La universidad autónoma venezolana, con su educación gratuita e infraestructura creciente, residencias, comedor, trasporte y demás servicios estudiantiles, siempre fue una de las fuentes más importantes de movilidad social, económica y cultural. Millones de venezolanos —incluso algunos de los que hoy medran en el aparato burocrático gubernamental— han salido de la pobreza gracias a nuestra Universidad. Pero, debido al acoso financiero del Gobierno, hoy nuestros estudiantes no solo ven disminuidos estos servicios y carecen de bibliotecas actualizadas sino que están siendo criminalizados y asesinados.
8. La mentira, la calumnia, la persecución, el atropello, la corrupción y la vulgaridad se han “institucionalizado” en el país. Por vías de hecho o mediante leyes espurias se ha venido implantando un “comunismo” que no está previsto en nuestra Constitución democrática y que es ajeno a nuestros valores e idiosincrasia. De ese modo se ha convertido a Venezuela en una empobrecida colonia de la ya empobrecida Cuba, pues son los Castro y sus vasallos sumisos de nuestro país quienes toman las decisiones para regir todos los ámbitos de la vida nacional. Entre otros males incontables, con nuestros propios recursos monetarios vienen impulsando un proceso de rencorosa ideologización con la que han distorsionado nuestra historia y nuestra cultura, han llenado de ripios nuestra lengua y la han vaciado de sus genuinos significados.
9. Al empobrecimiento de nuestra cultura lo acompaña como consecuencia una descomposición de nuestro sistema de salud y nuestro sistema educativo. Con esa corrosiva ideología, la artimaña, las armas y el dinero arrancado del Tesoro Nacional, se han venido apropiando de los sectores más débiles de la población —dentro y fuera del país—, engañándolos con precarios servicios médicos y educativos y falsas estadísticas propagandísticamente infladas. Con tales fines improvisan universidades paralelas de bajo presupuesto y calidad, que no cumplen los requisitos académicos establecidos en la Ley de Universidades vigente; asimismo, sindicatos de su misma línea ideológica, constituidos por personal no académico, que se arrogan la representación de todo el sector universitario para negociar y suscribir acuerdos de aparentes mejoras salariales pero que lesionan la esencia misma de las universidades autónomas e intentan convertirlas en simples agencias dependientes de la voluntad del Gobierno.
10. Como consecuencia de tan abusivas y deplorables políticas gubernamentales, iniciadas desde hace más de una década, que no respetan la autonomía universitaria y el derecho a la educación en los términos consagrados en la Constitución Nacional, las universidades autónomas han venido sufriendo un considerable deterioro en su infraestructura, bibliotecas, laboratorios y otras dependencias, al negársele el presupuesto necesario para su funcionamiento y el salario justo a su personal académico y técnico-administrativo.
11. El nivel de vida de los universitarios, y de la ciudadanía en general que no está en funciones de gobierno ni obediente a los gobernantes actuales, ha descendido a extremos intolerables, como, por ejemplo, no poder mantener en buenas condiciones el vehículo que se ha tenido, no poder reponer los equipos domésticos que se dañan, o realizar las reparaciones menores de la casa, y verse en la humillante obligación de tener que hacer gigantescas colas multitudinarias, durante horas, para comprar alimentos imprescindibles para la dieta diaria y productos de la higiene personal. Con frecuencia ocurre que después de varias horas en la cola se agota el producto, y hay que regresar al hogar con las manos vacías y el enorme peso del cansancio. Eso, cuando se corre con suerte y no se forma una confrontación violenta donde muchos terminan en el hospital o en la cárcel como consecuencia de la desesperación.
12. La comunidad universitaria es una de las más vilipendiadas y escarnecidas del país. Desde el Presidente hacia abajo, en alocuciones públicas a través de los medios televisivos del Gobierno, se profieren insultos, epítetos despectivos, y hasta obscenos, contra toda persona que no milite activamente dentro de sus filas, tildándoseles de fascistas, oligarcas, burgueses, apátridas, vende-patria, pitiyanquis, y otras expresiones que en nuestro hablar popular son sumamente ofensivas.
13. En sus gastos excesivos, el Gobierno privilegia el armamentismo, las funciones militares, el adoctrinamiento ideológico de la población y la propaganda para promover su inhumana ideología —dentro y fuera del país— por encima de la educación, la salud y la alimentación. Asimismo, privilegia la solución de problemas de vivienda, hospitales, escuelas, carreteras, electricidad, etc., en Cuba y otros países antes que en el nuestro, donde, para completar el cuadro de calamidades, a cada rato falla el servicio eléctrico, de agua, de telefonía, de Internet, entre otros. Muchos hospitales carecen de los insumos necesarios para funcionar y es común ver a los heridos y enfermos tendidos sobre cartones en el piso. Hasta las morgues son insuficientes ante la enorme cantidad de cadáveres que ingresan como consecuencia de los asesinatos.
14. Finalmente, los venezolanos estamos en el más lamentable estado de indefensión. Por una parte, no hay organismos autónomos e independientes ante los cuales acudir con nuestros reclamos y, por otra, los organismos internacionales y gran parte de la comunidad internacional parecen no entender esta situación y optan por creer lo que este régimen castro-comunista de Maduro quiere hacerles creer, como la falacia infame de que en Venezuela hay una “revolución bonita”, “humanista” que incluye a todos por igual. Recién el año pasado, por ejemplo, en un acto que nos llenó de consternación, por ser una burla cruel, la FAO le otorgó a Nicolás Maduro un reconocimiento “por sus logros en materia alimentaria”. Con razón y justicia la ciudadanía se imagina entonces que el dinero de nuestro Tesoro Nacional es el que sirve para taparle los ojos y los oídos a quienes deberían defendernos.
Mérida-Venezuela, 23/02/2014.
Por la Junta Directiva de la Sociedad de Lógica y Filosofía,
Prof. Andrés Suzzarini B.
Presidente
Prof. Margarita Belandria
Secretaria
VivaChile.org
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