POLÉMICO ENCUENTRO DE LA CONFECH EN TEMUCO.

La reunión entre dirigentes universitarios y familiares de Celestino Córdoba es incomprensible y provoca dudas sobre las reales demandas del movimiento estudiantil.

En un encuentro sostenido el domingo 09 de Marzo en Temuco, dirigentes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) se reunieron con familiares de Celestino Córdova, dirigente mapuche que recientemente fue condenado por los tribunales a 18 años de cárcel debido a  su participación en el incendio que provocó la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, hecho ocurrido en enero del año pasado en Vilcún. Durante la asamblea estudiantil, uno de los puntos que se abordó fue precisamente el juicio que se realizó al hasta ahora único involucrado en esta causa. Si bien la entidad no adoptó una posición oficial frente a la sentencia dictada contra Córdova, el presidente de la federación de estudiantes de la Universidad de la Frontera indicó que cree en la inocencia de éste y que la reunión con sus familiares es “un avance para que se empiece a conocer cuál es la verdadera historia detrás de estos montajes”.

Cuesta comprender las motivaciones que tuvo la Confech para realizar un acto en apoyo de una persona que ha sido condenada en un hecho que involucró un doble homicidio y tratar en una de sus reuniones -que se asumen son para abordar aspectos propios del ámbito estudiantil- los alcances de un proceso judicial que se entiende ajeno a los intereses de los universitarios que están llamados a representar. También resulta inentendible que uno de los integrantes de la organización exprese con tanta liviandad que detrás de la condena existe un montaje para inculpar a Córdova, cuando el fallo se sustenta en pruebas fehacientes recogidas durante meses de investigación, que llevaron al tribunal oral en lo penal de Temuco a la convicción de que el dirigente mapuche participó en la acción incendiaria en la que falleció el matrimonio de agricultores. Desconocer de esa forma un fallo de la justicia y atribuir la condena a maniobras de otro tipo representa un acto de irresponsabilidad que no se condice con la posición de liderazgo que ostenta el dirigente estudiantil.

Este tipo de acciones provocan natural desconcierto y no hacen más que afectar la imagen del movimiento estudiantil, pues genera confusión sobre cuáles son las verdaderas demandas que persiguen finalmente los jóvenes universitarios, dejando entrever que detrás de la agenda educacional asoman reivindicaciones más amplias que apuntan a desacreditar el modelo de desarrollo vigente en Chile y defender todas aquellas posturas que se alzan contra el sistema actual. Así quedó de manifiesto también con la declaración pública que emitió la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) hace un par de semanas, en la que respaldó al gobierno del Presidente Maduro frente a las movilizaciones estudiantiles que se vienen registrando en Venezuela como protesta por el estado general de ese país y que hasta ahora han dejado más de una veintena de fallecidos, entre ellos una ciudadana chilena.

Criticar a sus pares venezolanos por ejercer el mismo derecho a movilizarse que con tanta fuerza reivindican los dirigentes estudiantiles acá en Chile, no sólo es contradictorio, sino que revela además una falta de consistencia por parte de estos últimos. La defensa de principios universales no puede quedar supeditada a la afinidad que se tenga con una determinada causa, y en este caso, como en el del apoyo a Celestino Córdova, queda en evidencia que algunos representantes universitarios tienen un marcado sesgo que los lleva erróneamente a defender posturas particulares por sobre el interés general de los alumnos.

La Tercera.