sábado, julio 14, 2012

EL VOTO DURO SE NIEGA A MORIR. (POR HERMÓGENES PÉREZ DE ARCE).



Sorprendentemente, he podido volver a escribir en el blog. Lo logré cambiando de computador, a uno antiguo y lentísimo, que se conecta a internet como al quinto bote, pero que, al revés del nuevo, admite mis textos.

Ayer me sucedieron cosas importantes que no había podido escribir. Fui a Santiago y me estacioné en Providencia. Subía las escalera hacia la calle cuando me crucé con dos estudiantes, y uno de ellos me dijo: "Don Hermógenes, siga en su lucha por la verdad, no se desaliente nunca". Más atrás venía subiendo una veinteañera de pantalones, que le gritó al estudiante: "¡Buen dar que andai perdido, cabro... Si ése es un viejo muy malo!" Yo pensé que era ciega, por eso de decirme "viejo", y me detuve para ayudarla, mirándola fijamente, pero entonces ella me miró a su vez fijamente con dos grandes ojos verdes, que eran cualquier cosa menos no-videntes, y me dijo: "¿O no?" Yo no le contesté nada, porque siempre he confiado en el poder de mi mirada silenciosa y fija, pero a ella no pareció perturbarla y me dio la impresión de que se alejaba riéndose, satisfecha de sí misma.

Es el mismo país dividido en que nacimos, hemos vivido y esperamos morir. ¿Y qué? La izquierda está dividida, a juzgar por un intercambio de correos electrónicos que no he tenido la paciencia de leer. La derecha está dividida, pues tanto dentro de RN como de la UDI están peleando entre ellos, lo que no les ha dejado tiempo a ambas para pelear entre sí. 

Ayer leí en "El Mercurio" la columna de Gonzalo Rojas, quien, refiriéndose a los "arrepentidos" Chadwick, Lavín y Dittborn, se preguntaba: "¿No son conscientes de cuánto importa el pasado reciente en la vida pública chilena?" Gran pregunta, porque el pasado lo es todo. Reitero a Orwell: "El que maneja el pasado, maneja el presente; y el que maneja el presente, maneja el futuro".

"Entregando" el pasado,como lo hacen los "arrepentidos", estamos entregando el futuro. Por eso fustigué a "El Mercurio" por afirmar, en un primer editorial, es decir, como opinión del diario, dos cosas incompatibles con la trayectoria del mismo: que el Gobierno Militar violó los derechos humanos y que el Informe Rettig contiene una verdad consesuada por todos los chilenos, siendo que ninguna de ambas cosas es cierta y que, si lo fueran, "El Mercurio" debería pedir perdón al país, porque apoyó consistentemente al Gobierno Militar (e hizo bien al hacerlo, porque contribuyó a salvarlo y convertirlo en "la joya más preciada..." etc.)

Pero el "voto duro", por suerte, existe. Tanto entre los jóvenes como entre los mayores. Testimonio de lo primero, el estudiante que se cruzó conmigo en el estacionamiento de Providencia. Y de lo segundo, el siguiente párrafo de Gonzalo Rojas, que lo dice todo: "En la sede central de la UDI, un viejo militante, un amigo personal de Jaime Guzmán, pedía indignado que alguien lo recibiera para manifestar su molestia. El domingo anterior había sido golpeado en la calle por defender sus convicciones, pero un ministro de su partido había hecho causa común con quienes lo habían agredido. No entendía nada, porque nada tenía sentido".

Sí. El "voto duro" todavía existe: "¡Aún tenemos Patria Ciudadanos"!



HERMÓGENES PÉREZ DE ARCE.

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