sábado, febrero 13, 2016

EL PELIGROSO PODER DE LOS COMUNISTAS.



El Partido Comunista no es un Partido Político. Ellos mismos se identifican como una organización revolucionaria. Lo que ellos silencian o declaran, a medias, es su objetivo esencial: asumir el poder absoluto, sustituyendo la Democracia por la Dictadura del Proletariado.
Generado por los alemanes Marx y Engels, el comunismo fue esquematizado en  el Imperio ruso, por Vladimir Ilich Lenin, líder teórico de la revolución de octubre de 1917.
Tras un duro y prolongado proceso revolucionario, conjugado con la violencia de la Primera Guerra Mundial, los gobiernos provisionales que remplazaron a la Monarquía zarista, terminaron con la histórica Revolución de Octubre, que no fue más que un Golpe de Estado de Lenin y Trosky, líderes de los soviet y que, en un día, con un saldo de no más de 5 mil muertos, derrotaron definitivamente a la burguesía socialista, a los mencheviques y a los socialdemócratas. Así nació la URSS, suerte de incubadora mundial del comunismo.
El comunismo se potenció bajo la feroz dictadura de José Stalin que, con el cargo de Secretario General del Partido Comunista, ordenó las famosas “purgas”, con millones de disidentes asesinados.
El idílico emblema “de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad” se ha materializado en tiranías sórdidas en las que el Estado asume el control total de la producción y abastece solo las necesidades mínimas de la población.
Con un bálsamo de pequeñas verdades cubriendo enormes mentiras han logrado enfrentar las crisis mundiales con una aureola sentimental generosa y soñadora, crearon el Movimiento Mundial por la Paz, cuando la violencia atómica coronaba la Segunda Guerra Mundial y estremecía al planeta con la Guerra Fría. Organizaron festivales y congresos internacionales y creando el símbolo de la paloma dibujada por Picasso.   Se proyectaron,  al mundo entero y sobre todo a la juventud, como la Diosa de la Paz, impulsora de las artes, de las ciencias y de los deportes. Estrategia que fortaleció a todos los Partidos Comunistas del Planeta, con una organización piramidal monolítica, sujeta a una disciplina absoluta e intransigente. Los Partidos Comunistas están sometidos a una dictadura interna que ellos, los comunistas, llaman “centralismo democrático”. Así,  generaron una estructura mundial dirigida desde Moscú y actúan, en todo el mundo, como una cadena en la que cada país es un eslabón.
Como las mentiras son siempre vulnerables, a fines del siglo XX se derrumbó la URSS y  el muro de Berlín. El comunismo fracasó en la URSS, su país de origen, transformado hoy en una potencia semiparlamentaria, en la que la libertad de mercado  ha generado enormes fortunas privadas. Su engendro más importante: la República Popular China, le sigue los pasos, superando todas las expectativas. En el resto del mundo, el comunismo mantiene vigencia como  crueles tiranías hereditarias: Corea del Norte y Cuba. Y participa en algunos gobiernos sudamericanos como promotores del Foro de Sao Paulo, desesperado intento de solidaridad financiera con Cuba.
El Partido Comunista chileno es, tal vez, el más singular del mundo. Sin dudas, es muy disciplinado y tenaz. Fue el más cercano a la incubadora soviética y sigue siendo el más estalinista de la organización internacional del comunismo.
Su fracaso, como cerebro y motor del allendismo, fue de singularidad mundial: por primera vez en la historia universal llegó al poder democráticamente y fue derrotado por un pronunciamiento cívico-militar en el que, también, por primera vez en el mundo, las FF.AA. actuaron con la unanimidad de sus Altos Mandos.
La tenacidad y la disciplina monolítica del partido comunista chileno han enfrentado su derrota con una bandera tan mentirosa como la campaña por la Paz Mundial. Esta vez se ha usado la supuesta defensa de los DD.HH. que encubre a los seguidores del más sanguinario asesino del mundo, José Stalin, encabezado en Chile por otro asesino confeso, Guillermo Teillier.
Hoy, el PC criollo, ejerce una influencia en el Gobierno de Chile, de una forma proporcionalmente inversa a la cantidad de sus militantes: exitoso resultado de su rigurosa disciplina y tremenda tenacidad. Disfrutan, mañosamente, de los valores intelectuales de importantes poetas, escritores, músicos y artistas, en general, soñadores de la utopía de la igualdad.
Con el sabor amargo de la derrota armada, frente al Gobierno Militar, han usado su vigoroso poder de facto, para ejercer una odiosa venganza con el lema “sin perdón ni olvido”. 
La encarajinada situación que sufre el país amenaza seriamente al PC con un nuevo fracaso: corrupción  horizontal,  violencia desatada, inseguridad pública, desorden judicial y una incertidumbre paralizante, parecen distantes, muy distantes, de una solución política democrática. Y es impensable que el Partido Comunista esté dispuesto a ser despojado, por segunda vez, del poder logrado en un acto eleccionario.
En los mil días, 3 años, que gobernaron Chile, con la Concertación, alcanzaron a reclutar hasta a Generales. Hoy, llevan más de 20 años apropiándose del triunfo del NO y participando, de una u otra manera, en el Gobierno y en todas sus instituciones, seduciendo, con sus mentiras, a ejecutivos de todos los escenarios. 
Los Altos Mandos de las FF.AA. y Carabineros han soportado que: sus camaradas sean procesados y encarcelados por la Justicia Ordinaria y no por Tribunales Militares, en consecuencia que sus acciones ocurrieron bajo el régimen de sus Instituciones Armadas y por  órdenes en la defensa del Gobierno de las FF.AA. y Carabineros. Han soportado, además, que se atropelle el Estado de Derecho y se les aplique “Ficción Jurídica” para legitimar abusos legales. Y para coronar esta increíble tolerancia, han permitido que sean prisioneros bajo custodia de  Gendarmería. En síntesis: han soportado que los políticos ejerzan la más cruda venganza con el lema “sin perdón ni olvido”.
¿Soportaran que Chile pierda su convivencia democrática?

Patricio Amigo.

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