APLICACIÓN DE LEY ANTITERRORISTA.
EN LO que va de 2016 se han registrado una serie de ataques incendiarios en La Araucanía, Biobío y Los Ríos. En esta última región tuvo lugar esta semana un grave atentado en un fundo que incluso dejó dos carabineros heridos. Este hecho motivó que el Gobierno se querellara invocando la Ley Antiterrorista, lo que no hace sino confirmar el peligro al que se ven expuestos los habitantes de la zona. Se trata de la cuarta vez que durante esta administración se recurre a esta normativa, dos de las cuales han tenido lugar este año. Además de Los Ríos, previamente se había invocado a raíz de la colocación de un poderosos artefacto explosivo detectado en la cárcel de Temuco.
Es positivo que la autoridad recurra a todas las herramientas que la institucionalidad le entrega para hacer frente a la violencia. La Ley Antiterrorista fue inicialmente desestimada por el actual Gobierno, particularmente en la zona de La Araucanía, lo que respondió a razones enteramente ideológicas. Sin embargo, el alto grado de violencia que se ha visto en diversos ataques ha obligado a rectificar esta equivocada negativa. El que se reconozca que hay violencia terrorista y que se aplicará la ley que sanciona específicamente este tipo de delitos es un paso en la dirección correcta.
Sin embargo, cabe esperar que esta disposición de la autoridad sea un efectivo cambio de actitud y no algo circunstancial. La ciudadanía ha podido percibir el alto grado de violencia de un sinnúmero de ataques incendiarios en las regiones afectadas, lo que habría justificado invocar la ley antiterrorista con más decisión de la observada hasta ahora. El Gobierno debe abocarse en desactivar a los grupos violentitas, asumiendo que el problema ya no es meramente delincuencial sino de grupos organizados que buscan amedrentar mediante la violencia.
Es positivo que la autoridad recurra a todas las herramientas que la institucionalidad le entrega para hacer frente a la violencia. La Ley Antiterrorista fue inicialmente desestimada por el actual Gobierno, particularmente en la zona de La Araucanía, lo que respondió a razones enteramente ideológicas. Sin embargo, el alto grado de violencia que se ha visto en diversos ataques ha obligado a rectificar esta equivocada negativa. El que se reconozca que hay violencia terrorista y que se aplicará la ley que sanciona específicamente este tipo de delitos es un paso en la dirección correcta.
Sin embargo, cabe esperar que esta disposición de la autoridad sea un efectivo cambio de actitud y no algo circunstancial. La ciudadanía ha podido percibir el alto grado de violencia de un sinnúmero de ataques incendiarios en las regiones afectadas, lo que habría justificado invocar la ley antiterrorista con más decisión de la observada hasta ahora. El Gobierno debe abocarse en desactivar a los grupos violentitas, asumiendo que el problema ya no es meramente delincuencial sino de grupos organizados que buscan amedrentar mediante la violencia.
Diario La Tercera.
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