lunes, junio 08, 2015

LA PRE-CAMPAÑA DE BACHELET.


La ley 19.884 sobre transparencia, límite y control del gasto electoral establece que el período de campaña presidencial abarca desde la declaración de candidaturas hasta el día de la elección, totalizando 90 días. En todo ese período se contabiliza el gasto. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Dipuatados y la presidenta del PS han señalado fechas incorrectas, que van desde los 30 días (período en que se inicia la propaganda) hasta los dos meses.Por tanto, si dos importantes representantes no conocen las reglas del juego, ¿qué se le puede pedir al ciudadano común y corriente? ¿Están nuestros diputados y senadores en condiciones de calcular su gasto en campaña -e incluso opinar sobre este tema- si no tienen clara las fechas de inicio y término del período?
Despejado el punto, ¿qué se entiende por precampaña?  La precampaña es el conjunto de actividades que realizan los candidatos antes de oficializar su postulación ante el Servel. Esto implica -entre otras cosas- la constitución de equipos y la generación de ideas para el programa de gobierno. ¿Hay algo de malo en aquello? No. Sin embargo, el ministro Díaz insiste en esconder lo evidente: la precampaña es connatural a toda candidatura, salvo situaciones excepcionales como la de Matthei en 2013, que por razones de fuerza mayor debió asumir en reemplazo de Longueira. Las precampañas pueden hacerse a través de los medios de comunicación (Parisi), marchas o manifestaciones ciudadanas (Jackson, Cariola, Vallejos), primarias de partidos (Orrego), asambleas de partidos (Gómez), o incluso convocando a expertos para que discutan sobre el futuro programa (Piñera).
Por lo anterior, es absurdo pensar que sólo una vez que el político ha declarado sus intenciones de ser candidato, entonces arme las ideas de su programa y los equipos de apoyo. Por ejemplo, en el caso de Bachelet, ella anunció su candidatura a fines de marzo de 2013. ¿Eso implica que nadie trabajó con ella previo a esa fecha para avanzar en un programa? ¿Significa que nadie colaboró con ella para decidir la competencia en las primarias de la Nueva Mayoría?
Las candidaturas para la primaria presidencial se inscribieron a inicios de mayo de 2013. La ley establece que la campaña se extiende desde los 60 días antes de la elección, siendo los últimos 30 días para la propaganda. Para esa primaria el límite de gasto sobrepasó los 923 millones de pesos. En la Nueva Mayoría, Bachelet gastó 621 millones de pesos, Velasco 213 millones de pesos, Orrego 217 millones de pesos y Gómez 14 millones de pesos. Por la Alianza, Longueira sobrepasó los 885 millones de pesos, mientras que Allamand superó los 400 illones de pesos. De acuerdo al número de votos obtenidos, Bachelet “pagó” 392 pesos por voto, Velasco 869 pesos, Orrego 1.148 pesos, Gómez 129 pesos, Longueira 2.137 pesos y Allamand 1.028 pesos. De los montos señalados, los aportes reservados representaron un 51% en el caso de Bachelet, 64% en Velasco, 83% en Orrego, 0% en Gómez, 80% en el caso de Longueira, y 68% en Allamand. ¿Esto significa que los candidatos recién comenzaron a recolectar recursos al momento de declarar sus candidaturas? Lo más seguro es que no. Parte importante de esos recursos fueron solicitados con antelación. Es decir, durante la precampaña.
Todo lo anterior lleva a una conclusión muy clara. La precampaña es una muestra de seriedad de los candidatos, que preparan su programa y constituyen equipos con la debida antelación. Los trabajos que ahí se realizan pueden ser voluntarios, bajo la expectativa de que si el candidato gana, entonces -muy legítimamente- ese funcionario tendrá un puesto en el nuevo gobierno. Otra cosa es el financiamiento de esa precampaña. No todos los cercanos a un candidato tienen el dinero para trabajar meses ad honorem en el programa, o para realizar actividades que implican una inversión de tiempo. Seguramente, esas actividades deberán ser remuneradas de alguna manera. El problema es el mecanismo. Dado que en 2013 los partidos no contaban con financiamiento estatal permanente, la única forma de apoyar estas actividades era recurriendo a la ayuda de privados. Así de simple.

Mauricio Morales, director del Observatorio Político Electoral UDP.

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