LUCHSINGER-MCKAY: ¡CHILE ESTÁ CON USTEDES!
HONDA VERGÜENZA DEBIÉRAMOS SENTIR LOS CHILENOS COMO ESPECTADORES PASIVOS DEL DOLOR DE LOS LUCHSINGER-McKAY, TAN SINCERA Y DIGNAMENTE EXPRESADO EN LA CARTA A "EL MERCURIO" QUE VA ADJUNTA. NO IGNOREMOS QUE SON NUESTROS COMPATRIOTAS Y LES DEBEMOS FRATERNAL APOYO. NO SÓLO EN PALABRAS SINO EN ACCIONES CONCRETAS PARA REVERTIR LA MANIFIESTA INJUSTICIA QUE SIGUE REHUYENDO BURLONA EL SINCERAMIENTO DEL HORRIBLE CRIMEN QUE TANTO NOS CONMUEVE. CRIMEN PRECEDIDO, ANUNCIADO Y CONTINUADO POR DECENAS DE OTROS CON UN LARGO REGUERO DE VÍCTIMAS IMPOTENTES EN ARAUCANÍA. DICHA CARTA DE LOS HERMANOS LUCHSINGER-McKAY HABLA TAMBIÉN POR TODAS ELLAS.
Carta de los hermanos Luchsinger al diario "El Mercurio":
El Mercurio, Domingo 08 de junio de 2014
Traslado de Celestino Córdova
Señor Director:
El asesino de nuestros padres, que cumple condena en la cárcel de Temuco, ha hecho una huelga de hambre con el fin de presionar a Gendarmería y lograr que se le traslade al Centro de Educación y Trabajo de Vilcún, recinto penal especial destinado a reos de excelente conducta y baja peligrosidad, en el que los internos pueden realizar trabajos en amplias extensiones de terreno. Las informaciones de prensa consignan que Gendarmería estaría estudiando esta solicitud.
Como familia queremos expresar nuestra indignación y frustración ante el solo hecho de que Gendarmería evalúe una solicitud de este tipo, hecha mediante una huelga de hambre que es, en sí misma, una vulneración de las más elementales normas penitenciarias. Es inconcebible que el condenado por un homicidio cometido con el nivel de crueldad y cobardía como el perpetrado por este preso, que está recién iniciando su condena, pudiera obtener el trato dispensado a internos de conducta ejemplar y de baja peligrosidad. En un país con un mínimo de respeto por el Estado de Derecho se le habría aplicado al señor Córdova una sanción en su régimen carcelario. Aquí lo más probable es que la autoridad ceda a su chantaje y le otorgue el premio que busca.
Desde la misma noche del asesinato de nuestros padres hemos intentado llevar nuestro dolor con dignidad; hemos buscado siempre justicia, nunca venganza; como corresponde, y como nuestros padres nos enseñaron, nos hemos sometido a todos los procedimientos legales; hemos sido insultados y agredidos en el juicio al señor Córdova, como si nosotros fuéramos los delincuentes. Nunca hemos pedido otra cosa que la estricta aplicación de la ley. Hoy, como ciudadanos que somos, nuevamente pedimos el trato justo y la igualdad ante la ley a que tenemos derecho. Nuestros padres no eran personas de segunda categoría; sus asesinos deben pagar su crimen como cualquier delincuente.
Si las máximas autoridades del Ministerio de Justicia y de Gendarmería se doblegan y le otorgan un privilegio de este tipo y bajo estas circunstancias al criminal que quemó vivos a nuestros padres, esperamos que no sea entre gallos y medianoche, sino que se hagan públicamente responsables de esa decisión. Como hijos, para nosotros será un dolor más; pero serán ellos quienes carguen por siempre con la vergüenza de los cobardes.
El asesino de nuestros padres, que cumple condena en la cárcel de Temuco, ha hecho una huelga de hambre con el fin de presionar a Gendarmería y lograr que se le traslade al Centro de Educación y Trabajo de Vilcún, recinto penal especial destinado a reos de excelente conducta y baja peligrosidad, en el que los internos pueden realizar trabajos en amplias extensiones de terreno. Las informaciones de prensa consignan que Gendarmería estaría estudiando esta solicitud.
Como familia queremos expresar nuestra indignación y frustración ante el solo hecho de que Gendarmería evalúe una solicitud de este tipo, hecha mediante una huelga de hambre que es, en sí misma, una vulneración de las más elementales normas penitenciarias. Es inconcebible que el condenado por un homicidio cometido con el nivel de crueldad y cobardía como el perpetrado por este preso, que está recién iniciando su condena, pudiera obtener el trato dispensado a internos de conducta ejemplar y de baja peligrosidad. En un país con un mínimo de respeto por el Estado de Derecho se le habría aplicado al señor Córdova una sanción en su régimen carcelario. Aquí lo más probable es que la autoridad ceda a su chantaje y le otorgue el premio que busca.
Desde la misma noche del asesinato de nuestros padres hemos intentado llevar nuestro dolor con dignidad; hemos buscado siempre justicia, nunca venganza; como corresponde, y como nuestros padres nos enseñaron, nos hemos sometido a todos los procedimientos legales; hemos sido insultados y agredidos en el juicio al señor Córdova, como si nosotros fuéramos los delincuentes. Nunca hemos pedido otra cosa que la estricta aplicación de la ley. Hoy, como ciudadanos que somos, nuevamente pedimos el trato justo y la igualdad ante la ley a que tenemos derecho. Nuestros padres no eran personas de segunda categoría; sus asesinos deben pagar su crimen como cualquier delincuente.
Si las máximas autoridades del Ministerio de Justicia y de Gendarmería se doblegan y le otorgan un privilegio de este tipo y bajo estas circunstancias al criminal que quemó vivos a nuestros padres, esperamos que no sea entre gallos y medianoche, sino que se hagan públicamente responsables de esa decisión. Como hijos, para nosotros será un dolor más; pero serán ellos quienes carguen por siempre con la vergüenza de los cobardes.
Karin Luchsinger McKay
Mark Luchsinger McKay
Jaime Luchsinger McKay
Jorge Andrés Luchsinger McKay
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