miércoles, abril 23, 2014

LA VIEJA DE LOS MILAGROS.


Lo único bueno que tiene la viejuja del traje rojo, es que casi no sale en la tele, o al menos no la he visto. ¿Qué delicia, verdad?...No como otro.

La vieja es un símbolo, una especie de fósil viviente, la mantienen dentro de un cubículo de vidrio blindado a temperatura controlada para que no se les estropee y con ella se les estropee el negocio. Hay que cuidar a la vieja y sobre todo hay que mantenerla con la boca cerrada.

La vieja es lo más parecido a una virgen, la sacan cada cierto tiempo a una procesión por las calles de barbarilandia mientras sus fieles la veneran, le tiran flores, se arrodillan ante su paso y le piden deseos, bonos, bonos y más bonos. La vieja es milagrosa, donde antes no había 40 lucas, ahora las hay. Esta no es la virgen de los milagros, es la vieja de los milagros.

La vieja, además, dice cosas como estas: “Construiremos el Chile que todos queremos”; “femicidio”; “vamos a enviar un proyecto de ley…”; “vamos a formar una comisión…”; “la campaña del terror”; “queremos un país más justo”; “que paguen más los que más tienen”. Y luego de esto, a la vieja la fondean por un tiempo, no sea cosa que diga algo más y la cague.

A la vieja la tienen para las ocasiones especiales, no la ocupan mucho para que no se les gaste, ni poco para que no se les anquilose.
Esta viejuja es como aquellos pantalones domingueros que teníamos en la época pre dictablanda. Para las puros cumpleaños, “18”, pascua, año nuevo y un par de días más. El único pantalón decente lo teníamos que cuidar ya que no había más. Lo usábamos hasta que nos quedaba medio corto y luego la mamá o la abuela le arreglaban la basta. De ahí pasaba al hermano chico.

Eso es la vieja, una reliquia que usamos en ocasiones especiales.

Máximo.

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