DE RETIROS Y RENUNCIAS...

La renuncia, aparentemente no del todo voluntaria, de un General en servicio activo por su tampoco voluntaria participación en hechos ocurridos hace más de 30 años ha generado un justificado cuestionamiento público. El General era entonces un sub-teniente recién graduado, y cumplió órdenes de carácter estrictamente logístico en relación con personas que fueron víctimas de abusos de derechos humanos. El juez procesador, famoso por su celo en casos de esta índole, lo eximió en su hora de toda responsabilidad, y reafirma ahora ese juicio.

El rigor aplicado a ex-militares en casos relacionados con derechos humanos -contrastando a menudo con el trato recibido por ex-terroristas, y empleado más allá de las normas de prescripción y amnistía- ya había sido cuestionado, en sí y por sus efectos sociales en un país que se proclama reconciliado. Ahora, se va más allá de lo que diga o pueda decir la justicia, que era la doctrina aplicada hasta aquí. El hoy renunciado oficial no está sujeto a cargo judicial alguno, sino por el contrario.

Las razones invocadas -el juicio que pudieren tener activistas de DD.HH.- son más que débiles, improcedentes. Todo ciudadano goza de la presunción de inocencia que le garantiza la ley y tiene derecho a su honor y demás derechos, que incluyen su carrera profesional. Ex-Ministros de Defensa, autoridades eclesiásticas y voces autorizadas de todos los sectores han considerado indebido el retiro del oficial en la forma como se produjo.

Deben ser cautelados el Estado de Derecho y la igualdad ante la ley. También deben cuidarse el respeto y prestigio que merecen instituciones armadas y sus representantes. Es necesaria, de parte de todos, la moderación, un no llevar la posición propia hasta el extremo. "Non abbiamo bisogno", como se dijo en un caso famoso en Italia : no había necesidad.

PARDIEZ