jueves, enero 02, 2020

LA HISTORIA SE REPITE CON MATICES.



Cuando supe que los parlamentarios de la ex derecha en la cámara de diputados aprobaron el plebiscito de abril del 2020 con el objeto de tener una nueva constitución, lo compare con la reforma a la Constitución de 1925 que reformuló el derecho de propiedad, en tiempos de Jorge Alessandri (1958-1964) con el propósito de iniciar la Reforma Agraria, que sabemos termino en un fracaso. No obstante, el progresista demócrata cristianos socialista quieren hacer creer que fue exitosa. 
   Los parlamentarios de la ex derecha no comparten la defensa a la propiedad privada tal como aparece en la Constitución. 
   Me acordé de un libro ninguneado por la ex derecha y que cuenta como la antigua derecha cedió ante la izquierda. Me refiero al libro Una Casa Dividida del ex ministro de minería del Gobierno Militar, José Piñera.
   En efecto, Piñera cita las palabras del profesor del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, Óscar Godoy en el diario La Época del 4 de septiembre de 1995: 
   “la responsabilidad de los partidos de derecha en el ascenso de la Unidad Popular al gobierno fue no supieron defender oportunamente y con vigor las instituciones del Estado liberal. Por ejemplo, la defensa que se hizo del derecho de propiedad fue mínima, porque fue cediendo sistemáticamente. Cuando la derecha tiene la posibilidad de recuperarse, con Jorge Alessandri, se manifiesta impotente frente a la novedad de la Democracia Cristiana y del socialismo y extrema su debilidad. Es lamentable la escasez de hombres públicos en la derecha dispuestos a defender sus planteamientos con el mismo vigor con que los socialistas defendían los suyos. La campaña de Jorge Alessandri hace concesiones múltiples para ocultar la verdadera naturaleza del proyecto liberal”.
   Ese párrafo es válido para el contexto que vive el país, pues el gobierno ha cedido en todo, hasta iniciar un Proceso Constituyente y permitir que los que perdieron en la última elección presidencial cogobiernen. 
  Alguien escribió un artículo en que se afirma que hoy día importa más los derechos humanos como lo entiende la izquierda que la aplicación y defensa del Estado de Derecho. Eso porque tanto los intelectuales como los políticos de la ex derecha han cedido y haciéndose el leso ante la falta de igualdad ante la ley en los procesos contra los militares. Importa los derechos humanos de los agresores y no de las víctimas. Pero eso es para otra entrada.
   El cientista político, Óscar Godoy se inscribió como militante de Evolución Política (Evópoli). Si es coherente con esas palabras, si es que las recuerda, entonces, tendría renunciar a ese partido por darle paso al Proceso Constituyente, pues hicieron lo mismo que vieja derecha de hace más de cincuenta años. Ese partido nunca se ha sentido augusto del Gobierno cívico militar. Esos que se dicen liberales han querido deslegitimar el justo derecho a la rebelión que tuvieron los chilenos para derrocar a Allende. 
    Les recuerdo que el señor Godoy junto con el escritor Arturo Fontaine Talavera eran queridos por la extrema izquierda. Por eso, el ex presidente Michelle Bachelet los eligió como parte directorio del sesgado Museo de la Memoria. Y se han quedado callado ante los atropellos al Estado de Derecho que sufren los militares presos, pues para ellos los terroristas no violan los derechos humanos.     Paseándome por el sitio argentino Fundación Atlas, encontré una columna de una joven venezolana radicada en Argentina que participo en el Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2018, que se llama Daniela Araque. Su artículo es Chile: de la Constitución liberal a la Constituyente Socialista. 
   La venezolana cuenta: “Hace más de un año cuando asistí al Congreso Internacional “La Escuela Austríaca de Economía en el Siglo XXI” (EA 2018) me topé con una conferencia sobre la constitución liberal de Jaime Guzmán, hasta ese momento solo conocía el éxito de las políticas económicas de los Chicago Boys, pero no tenía idea del sustento constitucional en el que se ampara”. Y menciona el libro de Javier Silva Salas La Constitución Liberal de Guzmán. Chile 1973-1980. No menciona al socialista Ricardo Lagos. A la Constitución de 1980 la llama constitución liberal.
   Ni siquiera los liberales de Evópoli la consideran como tal. De hecho, cuando Bachelet planteó su proyecto constitucional, ellos propusieron una constitución minimalista, como si la Constitución de 1980 no resguardara los derechos individuales, que son las bases del liberalismo político.
   Luego describe el pensamiento del senador asesinado: “Cuáles fueron los aportes del ex senador Jaime Guzmán a la constitución de 1980? el Estado que pensó Guzmán para Chile fue uno en el que los ciudadanos pudiesen alcanzar sus metas personales, donde la prioridad fuese el individuo y se redujeran las atribuciones del Estado, el cual no otorga ni niega los derechos naturales, reconociendo que estos derechos son previos a la creación del Estado, teniendo una fuerte relación con los escritos de Hayek. Además, agrega el principio de subsidiariedad,”. 
   La Constitución de 1980 se basa en la Ley Natural, pues reconoce derechos anteriores al Estado. Le falto no más la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. 
   Más adelante critica a Camila Vallejo, Marco Enríquez Ominami y Karol Cariola.
   ¡Una joven venezolana defendiendo el planteamiento de Jaime Guzmán a diferencia, por el ejemplo, del historiador de derecha Joaquín Fermandois, del abogado Arturo Fontaine Talavera y otros! 
   Me decepciono que la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores aprobara tal iniciativa, pues había expresado que el general Augusto Pinochet era su héroe. Por tanto, suponía que compartía los valores que se expresan en la Constitución de 1980. Como ven, no escribí Constitución de 2005, ya que el socialista Ricardo Lagos no cree en la propiedad privada. Además, se siente orgulloso del desastre que fue la Unidad Popular. Lagos jamás ha criticado lo que pensaba Allende del Estado de Derecho: “tras la expresión ‘Estado de Derecho’ se esconde una situación que presupone una injusticia económica y social entre los chilenos que nuestro pueblo ha rechazado”. Son incompatibles. Además, no le gusta los altos quórum que tiene la Carta Fundamental para proteger los derechos individuales.
    Los parlamentarios que aprobaron el Proceso Constituyente traicionaron a sus electores tal como lo hizo el actual presidente de la República, Sebastián Piñera, ya que no estaba en el programa que ofrecieron en la campaña presidencial una nueva constitución. Esa era la oferta de los dos candidatos de izquierda. Ambos partidos se cambiaron sus Declaración de Principios como si en la Unidad Popular no se hubieran violado los derechos humanos y que los terroristas chilenos tampoco hubiesen violentado tales derechos. 
   Temo que muchos de los parlamentarios votaron por miedo, o bien, quería sentirse protagonistas de la historia. Si este último caso, entonces los movió el ego. 
   Queda claro que los políticos de la ex derecha no han aprendido de la historia en los últimos 60 años. Para algunos intelectuales sólo había que mirar hacia el futuro como el ex Mir, Mauricio Rojas. La experiencia histórica no funcionó, la historia tampoco les ha interesado a los políticos, los centros de estudios o think tank y, por último, han renegado de su pasado. Les ha faltado carácter. Y eso no se lo da la universidad. 
    Se les olvido tanto académicos como a políticos de la ex derecha que la Constitución de 1980 surgió por el debacle de la Unidad Popular. La constitución se diseñó para evitar otro gobierno marxista, otro Allende, o bien otro Maduro. La Constitución de 1925 permitió todas las tropelías, abusos y violación a los derechos humanos tal como es descrita en el Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973. Un académico de la Universidad de Valparaíso que formó parte del equipo que iba a elaborar la nueva constitución en el segundo gobierno de Bachelet lo tenía claro. No recuerdo el nombre. En cambio, para los políticos de nuestro sector la constitución que elaboro la comisión Ortúzar, era una cosa de la Guerra Fría lo mismo que el sistema binominal. ¡Tanta ignorancia e insensatez! 
   La Constitución de 1980 como hace observar el historiador Gonzalo Rojas Sánchez concede varias libertades que la Constitución de 1925 no permitía. Tampoco los políticos de la UDI, RN y Evópoli se preguntaron durante el segundo gobierno de Bachelet, por qué la Nueva Mayoría quería reducir los quorum. Muchos se olvidaron que en el segundo de Bachelet se quiso cambiar la definición de la propiedad privada. O ¿por qué pregonaba la propiedad privada en función del bien común o la propiedad privada con una función social? Son tan ingenuos que creen que alguno bueno puede salir del tipo de constituyente que propone la izquierda. Y que nació producto de ataques terroristas y la violencia que desataron.
   Las palabras del senador Girardi nos muestran la verdadera intención de la constituyente: “Comienza el inicio del fin de la Constitución de Pinochet, quiere decir que se va a terminar el agua como propiedad privada, se va a terminar este Tribunal Constitucional, se va a terminar el rol subsidiario del Estado, se va a terminar una sociedad donde la propiedad privada está por sobre cualquier otro valor; yo creo que eso es un gran triunfo para los chilenos y las chilenas, y se va a terminar un sistema que ha conducido a Chile a la desigualdad”. En la ex Concertación jamás hubo liberales. Esa sinceridad del parlamentario del PPD, nos recuerda las palabras de Bachelet: “Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha tiembla”. 
   En el segundo gobierno de Bachelet, el diputado socialista Marcelo Schilling dijo que el hospital de la Católica tendría que ser expropiado, porque recibía subsidios. Y un sacerdote, cuyo nombre no recuerdo denunció que dicho gobierno quería acabar con las organizaciones que recogen a los niños con problemas delictuales o con problemas familiares. Y ambos son de escasos recursos. Antes de saberse el genocidio del Sename. 
   Si gana la opción “SI”, yo puedo esperar que los parlamentarios de la ex derecha que votaron a favor aprueben cualquiera tontería en la constituyente. Ya lo recordó Hermógenes Pérez de Arce citando al filósofo Santayana: “Aquellos que no recuerdan su pasado están condenado a repetirlo”. Dicha expresión no se refiere a la memoria histórica, la cual no está relacionada con la historia.
Javier Bazán Aguirre.

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