¿EN QUÉ MUNDO VIVE @gblumel ?
El actual ministro de Interior, Gonzalo Blumel compara la situación actual referida a la nueva constitución con el último gobierno de Michelle Bachelet. Según él: “Posiblemente pudimos tener mayor apertura en ese momento”.
Todavía no se ha enterado de las palabras de la actriz comunista Florencia Lagos, en Venezuela, quien dijo: "Traigo un especial saludo del pueblo chileno que hoy está resistiendo en las calles de Chile contra el dictador Sebastián Piñera". Después agregó: "Chile despertó después de 17 años de dictadura y 30 años de gobiernos aparentemente democráticos".
Piñera fue elegido democráticamente. La oposición desea sacarlo.
Ahora viene la parte importante de su declaración: “Eso no es verdad, sí estamos organizados, somos más de 100 movimiento articulados en una mesa que se llama la Mesa de Unidad Social que tiene dirigentes con los cuales el tirano Piñera no quiere”. Las manifestaciones no fueron espontáneas, partiendo por la llamada “marcha del millón” en la Alameda, en que participaron los diferentes referentes del Partido Comunista como mostró un youtuber chileno.
Finalmente puso como ejemplos a Cuba y Venezuela con sus procesos constituyente: "sí han hecho procesos constituyentes con absoluta soberanía popular real". Recuerden que Camila Vallejo y Karol Cariola viajaron a la isla cárcel a visitar y tomarse una foto con el dictador Fidel Castro antes que muriese.
La guinda de la torta para la izquierda es tener una nueva constitución. No les interesa en lo más mínimo las demandas de la clase media, a la cual el segundo gobierno de Bachelet quiso proletarizar con sus reformas.
Él se olvida que Bachelet obtuvo apenas un 26% de los votos conforme al padrón electoral. O sea, saco menos del 50% de los votos. La mayoría de los chilenos no quisieron el programa de la Nueva Mayoría, el cual incluía entre otras cosas una nueva constitución. Con todo, a la coalición que agrupaba a la democracia cristiana, el Partido por la Democracia, el Partido Socialista, los comunistas disfrazados del Frente Amplio y, por último, al Partido Comunista le importó un pepino lo que pensaba la mayoría de los chilenos. Éstos últimos estaba en otra.
Blumel ha sido antes que asumiera el cargo de ministerio de Interior el responsable de la agenda progresista o de la ONU, desde la ley que permite a los mayores de 14 años cambiarse de sexo sin el consentimiento de los padres, el matrimonio igualitario o homosexual, hasta la ley de autonomía progresiva que no es otra cosa que quitarles la patria potestad a los padres. Es militante de Evolución Política o de Involución Política de Felipe Kast y de Hernán Larraín hijo.
Según una encuesta realizada en mayo, la última prioridad de los chilenos era tener una nueva constitución.
Para la elección presidencial de hace dos años, Sebastián Piñera no ofreció a sus electores una nueva constitución tal como proponía la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez y el sucesor de Bachelet, el periodista y senador, Alejandro Guillier.
Pues la nueva constitución nos iba a traer a “Chilezuela” o la Unidad Popular 2.0.
Por último, cuando comenzó el golpe de Estado dado por el Partido Comunista y el Frente Amplio con el ataque a las 40 estaciones del Metro y al día siguiente a los supermercados, con la posterior salida de los militares a la calle, las personas comunes no le interesaban la constitución.
Luego, cuando salieron a la calle las personas a reclamar por diversas razones, les importaba asuntos que se podían solucionar sin cambiar la constitución.
Los únicos que querían cambiar el actual texto estaba en la extrema izquierda que, valido la violencia, el saqueo y los incendios, exigiendo a través de rayados una nueva constitución. Hay que ver los grafitis las diversas ciudades.
A los intelectuales como a políticos de la ex derecha, salvo al historiador y profesor Gonzalo Rojas Sánchez, les gusta repetir el mantra que la Constitución de 1980 nació con un pecado original. La Constitución de 1925 nos trajo el gobierno marxista. Se olvidan que fueron los políticos opositores a la Unidad Popular que pidieron la intervención militar para restaurar el Estado de Derecho, entre otras cosas. Naturalmente, los militares si intervenían no saldría gratis.
El próximo plebiscito de abril del 2020 es tramposo y nació producto de los ataques terroristas al Metro y los supermercados más los saqueos que vinieron después. Nació de la violencia. Es producto de una extorsión, esto es, de la Paz Social. Por eso, el acuerdo que firmaron los políticos, entre ellos Gabriel Boric -el cual fue acusado de sedición por un grupo de parlamentarios de la ex derecha-, que fue llamado "Acuerdo por la paz social, los derechos humanos y el orden público."
El próximo plebiscito de abril del 2020 es tramposo y nació producto de los ataques terroristas al Metro y los supermercados más los saqueos que vinieron después. Nació de la violencia. Es producto de una extorsión, esto es, de la Paz Social. Por eso, el acuerdo que firmaron los políticos, entre ellos Gabriel Boric -el cual fue acusado de sedición por un grupo de parlamentarios de la ex derecha-, que fue llamado "Acuerdo por la paz social, los derechos humanos y el orden público."
¿Por qué es tramposo? Cuando escuché la primera vez las opciones que se van a formular, me pareció extraño que, si se opta por la opción ‘NO’, luego en la segunda pregunta, hay que elegir la opción Comisión Mixta. En dicha comisión habría 50% de cada lado más otras personas. Y así se debatirá sobre la nueva constitución. ¿Ven la trampa?
En otras palabras, no importa qué gane la opción ‘SI’ o ‘NO’, Pues, de todas maneras, habrá una asamblea constituyente o “Chilezuela”.
Además, las condiciones del país no están para efectuar el plebiscito, pues la violencia, el vandalismo y las marchas ilegales que realiza la izquierda en La Alameda, Plaza Italia y otros sectores de la capital como en otras ciudades con sus diversos grupos reunidos en ‘Unidad Social’, que es una fachada del Partido Comunista. Ahora importa el que grita más fuerte para imponer su agenda, no la razón, ni menos los votos.
En otras palabras, no importa qué gane la opción ‘SI’ o ‘NO’, Pues, de todas maneras, habrá una asamblea constituyente o “Chilezuela”.
Además, las condiciones del país no están para efectuar el plebiscito, pues la violencia, el vandalismo y las marchas ilegales que realiza la izquierda en La Alameda, Plaza Italia y otros sectores de la capital como en otras ciudades con sus diversos grupos reunidos en ‘Unidad Social’, que es una fachada del Partido Comunista. Ahora importa el que grita más fuerte para imponer su agenda, no la razón, ni menos los votos.
Lo correcto es que la boleta no apareciese la expresión ‘Comisión Mixta’, pues la personas que votan por la opción ‘NO’ desean conservar la constitución. Y si la oposición desea cambiar algo, tiene que ceñirse al quórum de la Carta Fundamental. No leído nadie que repárese en ese detalle.
Javier Bazán Aguirre.
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