lunes, octubre 03, 2016

#TohaSutra ¿MANUAL DE SEXUALIDAD?


Es indispensable que en el currículum  educacional se contemple la educación sexual de nuestros niños y jóvenes. Ojalá se pueda crear e impartir bajo el círculo virtuoso de colaboración padres – colegio. Ello porque nunca se debe olvidar que el derecho preferente a la educación de los hijos le corresponde a los padres y el Estado tiene la inmensa responsabilidad de complementar este deber.
Por consiguiente, la opinión de los padres sobre un programa educacional, cualquiera que sea éste, es indispensable, más aún si estamos hablando de un tema tan complejo como la educación sexual de los hijos, que puede marcarlos en sus vidas afectivas para toda la vida.
¿Qué indicaría el sentido común que un padre de familia podría esperar de un programa de educación sexual?
En primer lugar, ser consultado y poder participar previamente en su elaboración. Luego, que se elaboren los “manuales”  con diferenciación de las edades de los niños. No tengo ninguna especialidad en la materia, pero soy padre y abuelo, y no  es lo mismo niños entre ocho, 10 o 14 años de aquellos que  inician su plena adolescencia y su vida sexual activa.
Además se esperaría que a los jóvenes se les enseñe sobre las relaciones sexuales como un todo integral en sus vidas: como expresión de amor y afecto; como expresión de libertad y responsabilidad; como sentido de placer y plenitud; como proyección de personalidad y no de automicidad.Y sin duda alguna, con las distintas alternativas de cuidado de salud, higiene y especialmente de no generar embarazos no deseados.
Y junto a estos temas de fondo, también el sentido común indica, que dada la sensibilidad del tema y su relevancia, se realice esta educación con inteligencia, prudencia, con lenguajes e imágenes llamadas a enseñar y no a provocar o a transmitir visiones culturales o ideológicas propias de los autores de los manuales, pasando a llevar el derecho de los padres, en donde materias de esta significación naturalmente  existen diversas miradas.
El “Manual de Educación Sexual” que conocimos la  semana pasada elaborado por la Municipalidad de Santiago, contradice directamente todo lo que creo que debe hacerse en esta educación y que a mi juicio responde al sentido común: no aparecen los padres por ninguna parte; no existe ninguna visión integral de la sexualidad en la vida de una persona; prácticamente no se habla de amor ni plenitud.
Es más bien un manual de prácticas sexuales, explicando la forma de realizarlas y de cómo evitar en su ejercicio  los riesgos de salubridad.Aportando además como novedad (al menos para mí) las bondades nutricionales y cosméticas del semen.  En su lectura va quedando una sensación de cierta “vulgaridad” expresamente buscada, que lleva a pensar que uno no quisiera que sus hijos  o nietos fueran educados en sus  vidas sexuales bajo este tipo de manuales. Seguramente sus autores o la alcaldesa no tendrán estos problemas con sus hijos, porque lo más probable es que los eduquen en colegios particulares donde estos “manuales” no se utilizan. ¿Por qué hacer mal las cosas para los niños de mayor vulnerabilidad que estudian en colegios municipales?
Andrés Chadwick P.

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