CAROLINA TOHÁ Y LA SEXUALIDAD ADOLESCENTE.
EL INSTRUCTIVO sobre sexualidad adolescente elaborado por la Municipalidad de Santiago -que será distribuido entre los colegios de la comuna- ha sido objeto de controversia, pues algunas voces han cuestionado públicamente la pertinencia de una iniciativa de esta naturaleza, al tratarse de contenidos explícitos que podrían no ser apropiados para jóvenes que aún están en etapa de formación.
Las “100 preguntas sobre sexualidad adolescente” -que fue lanzado en una ceremonia oficial- es un texto que pretende ser una guía que resuelva dudas frecuentes, de una manera didáctica. Pero sus contenidos e ilustraciones si bien pueden cumplir el objetivo de ser comprensibles, a su vez son explícitos y no se limitan a resolver inquietudes propiamente adolescentes, sino que entran en temáticas que bien podrían estar destinadas a público adulto.
Los alcaldes deben ser especialmente cuidadosos con evitar imponer determinadas visiones en los establecimientos bajo su responsabilidad, en particular cuando se trata de temas de alta sensibilidad donde cabe en primer lugar a las familias un rol valórico que no puede pretender ser reemplazado por la autoridad. El que dicho manual haya sido elaborado siguiendo las dudas manifestadas por un grupo de adolescentes que colaboró para esta publicación no lo convierte per se en un material apto ni representativo para toda la comunidad estudiantil.
En tal sentido, es inconveniente que el Ministerio de Salud haya prestado público respaldo a esta iniciativa, por tratarse de un material que evidentemente no ha sido objeto de suficiente deliberación y que tampoco forma parte de los textos oficiales, lo que aconseja neutralidad para evitar equívocos.
Las “100 preguntas sobre sexualidad adolescente” -que fue lanzado en una ceremonia oficial- es un texto que pretende ser una guía que resuelva dudas frecuentes, de una manera didáctica. Pero sus contenidos e ilustraciones si bien pueden cumplir el objetivo de ser comprensibles, a su vez son explícitos y no se limitan a resolver inquietudes propiamente adolescentes, sino que entran en temáticas que bien podrían estar destinadas a público adulto.
Los alcaldes deben ser especialmente cuidadosos con evitar imponer determinadas visiones en los establecimientos bajo su responsabilidad, en particular cuando se trata de temas de alta sensibilidad donde cabe en primer lugar a las familias un rol valórico que no puede pretender ser reemplazado por la autoridad. El que dicho manual haya sido elaborado siguiendo las dudas manifestadas por un grupo de adolescentes que colaboró para esta publicación no lo convierte per se en un material apto ni representativo para toda la comunidad estudiantil.
En tal sentido, es inconveniente que el Ministerio de Salud haya prestado público respaldo a esta iniciativa, por tratarse de un material que evidentemente no ha sido objeto de suficiente deliberación y que tampoco forma parte de los textos oficiales, lo que aconseja neutralidad para evitar equívocos.
Editorial La Tercera.
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