BACHELETISTAS ARREPENTIDOS.
Cuatro de cada 10 personas que votaron por Michelle Bachelet en diciembre de 2013 se arrepienten de haberlo hecho, según la encuesta Cerc-Mori, conocida recientemente. Se trata de una fuga electoral en toda regla, una desafección que resultaba desconocida en nuestra historia política reciente, lo que explica, en buena medida, por qué los índices globales de popularidad de este gobierno se han derrumbado hasta llegar a niveles récord, como los informados este viernes por el Centro de Estudios Públicos, CEP, que reconoció a la administración de Bachelet como la peor evaluada desde el retorno de la democracia. No en vano, seis de cada 10 chilenos encuestados por el CEP aseguran que este gobierno ha sido peor de lo que esperaban.
La desaprobación es transversal. Significativa resulta, por ejemplo, la fuerte caída sufrida por Bachelet entre sus votantes más duros: las mujeres y las personas de menos ingresos.
Según la encuesta del CEP de julio de 2014, publicada a cuatro meses del desembarco de Bachelet en La Moneda, el 53% de las mujeres se declaraba partidaria de la Presidenta, frente al 27% que desaprobaba su gestión. Sin embargo, con la encuesta del CEP conocida este viernes, la proporción de mujeres que apoya a Bachelet sencillamente se ha derrumbado, pues bajó del 53% mencionado al 17%.
El apoyo a Bachelet siempre ha sido más alto entre las mujeres que entre los hombres. En julio de 2014, el respaldo masculino a Bachelet llegaba al 47%, y la desaprobación masculina, al 31%. Este viernes, sin embargo, el respaldo masculino cayó al 13%.
El grupo de personas más vulnerables de nuestro país ha sido históricamente partidario de Bachelet en sus dos gobiernos, en especial si se compara ese nivel de respaldo con el de los sectores altos y medios. A pesar de esa lealtad, el apoyo a Bachelet de los sectores bajos descendió de 57% en julio de 2014, a 18%, según los resultados conocidos este viernes. Se trata de un derrumbe histórico de casi 40 puntos porcentuales en 30 meses. Cabe destacar que el 58% de las personas de bajos ingresos de nuestro país (segmentos D y E) dice que la Presidenta Bachelet está gobernando peor que lo esperado.
Especialmente potente ha sido también la desafección del grupo socioeconómico medio. En julio de 2014 el apoyo de la clase media a Bachelet llegaba al 48%, pero este viernes se conoció que ese respaldo había descendido al 14%.
Suele repetirse que ha sido el caso Caval el causante de la pérdida de popularidad de Bachelet. Los números, sin embargo, indican que eso es parcialmente correcto, pues el apoyo a Bachelet empezó a decaer fuertemente varios meses antes de que estallara el caso Caval.
Según la serie mensual de la encuesta Adimark, cuando Bachelet llevaba apenas siete meses en La Moneda —en octubre del 2014—, su desaprobación (47%) superó su nivel de apoyo (45%), especialmente por la muy accidentada discusión de la reforma tributaria.
Digno de destacar también es que, en julio de 2014, la delincuencia era el tercer problema más importante para los chilenos, siendo mencionado por el 43% de los consultados. Hoy, en cambio, la delincuencia es con diferencia el problema más repetido por los encuestados, lo que demuestra que ha sido con este gobierno que los chilenos han empezado a sentirse realmente inseguros. Por algo, los encuestados por el CEP le ponen un 2,1 a La Moneda, en una escala de 1 a 7, por su gestión de la delincuencia, una evaluación claramente lapidaria.
El problema del gobierno es que no presenta ningún área de gestión con nota sobre 4, lo que quiere decir que los chilenos lo reprueban por su manejo en todos los ámbitos, desde el crecimiento económico (3,05) hasta el control de la corrupción (2,3), pasando por el transporte (3,06) y el empleo (3).
Lo que ha hundido la popularidad de Bachelet no ha sido solamente el caso Caval. Ha sido la mala gestión de la seguridad pública, la salud, el Transantiago, la economía, y otras muchas áreas que parecen urgentes de atender, según la mayoría de los chilenos. Por cierto, solo el 5% de la población considera que la reforma de la Constitución es uno de los asuntos que requiere atención de parte del gobierno, a pesar de que la Presidenta y su gabinete han destinado varios fines de semana a participar en toda clase de cabildos, lo que demuestra hasta qué punto están desalineadas las prioridades de los chilenos con las de sus gobernantes. Y no cabe duda que esta gran divergencia entre lo que quiere y hace Bachelet con respecto a lo que quiere y demanda la ciudadanía, explica en parte importante la ruptura casi irreparable que se observa entre la Presidenta y su electorado, el mismo que, después de 30 meses, la ha abandonado casi por completo.
Ricardo Leiva. Doctor en Comunicación de la Universidad de Navarra y académico Universidad de los Andes.
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