DESENTRAÑANDO LOS MITOS EN TORNO A LAS AFP.
En las últimas semanas, la demanda por reformar nuestro sistema de pensiones se instaló con más fuerza que nunca en la discusión ciudadana, obligando a la Presidenta Bachelet a anunciar el pasado martes un paquete de propuestas. Sin embargo, en medio de tan acalorado debate preocupa el nivel de desinformación con el que se discuten estas materias, viéndome en la necesidad de desmitificar algunos puntos, en particular aquellos que dicen relación con que: i) las comisiones cobradas son muy caras; ii) las AFP no compiten entre ellas; iii) los fondos se administran al antojo de los dueños de las administradoras; iv) el sistema no tiene un componente solidario, y v) las pensiones que paga el sistema son malas.
Sobre las comisiones cobradas, hay que aclarar que las AFP cobran una comisión que corresponde a un porcentaje del sueldo imponible de cada cotizante, variando entre 0,41% y 1,54% dependiendo de la administradora. Para establecer que las comisiones no son altas, estas pueden ser comparadas con las cobradas por otros sistemas de pensiones en el mundo. Como todos los sistemas tienen estructuras de comisiones distintas, la forma de hacerlas equivalentes es comparar el monto que reciben las administradoras en relación al promedio de los fondos que estas administran. En Chile, las comisiones cobradas alcanzan 0,67% de los fondos administrados, y se ubican, según un estudio realizado por la Ocde por debajo del promedio de la industria mundial de fondos de pensiones que se sitúa en 0,87%.
Respecto de la competencia entre las administradoras, si bien el número de actores se ha reducido considerablemente en el último tiempo, la industria de AFP no sería altamente concentrada según los estándares de la propia Fiscalía Nacional Económica. En efecto, la industria tiene un índice de concentración de 2.061 y de 2.319 por cotizante y fondos administrados, respectivamente, y el umbral para calificarla de altamente concentrada es de 2.500. Por otra parte, las AFP compiten fuertemente por comisiones, disminuyendo estas su valor a menos de la mitad en los últimos 10 años, lo que se ve reforzado por un importante movimiento de afiliados entre AFP, en el último año 465 mil afiliados se cambiaron.
En cuanto a que los fondos se administran al antojo de los dueños de las administradoras y los trabajadores no tienen opinión sobre esto, la verdad es que la industria de fondos de pensiones es una de las más reguladas. En efecto, existe una normativa de más de 100 páginas, en la que se establece estricta y específicamente en qué pueden invertir las AFP, por cuanto somos todos los trabajadores chilenos los que a través de nuestros legisladores definimos el destino de la inversión de nuestros fondos de pensiones. Más aún, cada inversión que realicen las AFP debe ser realizada en mercados transparentes y a precios que se puedan justificar, no existiendo inversiones realizadas a precios que no sean de mercado y no verificables. La autoridad audita y revisa minuciosamente que se cumpla la normativa, disponiendo las AFP de reales ejércitos de personas abocadas exclusivamente a la revisión y justificación de los precios a los que se realizan las transacciones.
En relación a que el sistema no tiene un componente solidario, se debe aclarar que desde su concepción se fijó un eje solidario para aquellos trabajadores que alguna vez cotizaron. En efecto, se estableció que si al momento de la jubilación no se alcanzaba una pensión mínima, el Estado supliría la diferencia para que todos los pensionados alcanzaran al menos dicha pensión. El costo de esta sería financiado por los ingresos generales de la nación, y recaería finalmente en todos los contribuyentes.
Por último, respecto de que las pensiones que paga el sistema son malas, hay que señalar que las administradoras no determinan la pensión que se paga, sino que esta depende del fondo que logra acumular cada cotizante al final de su vida laboral. Este fondo tiene dos fuentes principales, el aporte realizado por el trabajador mensualmente y el retorno del fondo administrado por la AFP. Según cifras publicadas por la Ocde, las rentabilidades alcanzadas por las administradoras se encuentran entre las más altas alcanzadas por los sistemas de pensiones en el mundo, por cuanto que las pensiones sean bajas no tiene que ver con que las AFP no hayan hecho bien su trabajo, sino más bien con que existe un grupo de afiliados que termina su vida laboral habiendo cotizado muy pocos años y por ende con un ahorro acumulado muy bajo. De hecho, los estudios muestran que para un trabajador que cotiza 25 años o más, su jubilación alcanzaría a más del 70% de las rentas promedio de los últimos 10 años.
Así, es de esperar que la discusión sobre la reforma al sistema de pensiones considere todos estos elementos y no se base en mitos ciudadanos que son los que mueven al electorado y por ende a nuestros políticos…
Gonzalo Sanhueza.
Economista.
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