LA ARAUCANÍA: LA VIOLENCIA EN EL SUR.
Muchos años de pésimas políticas públicas han propiciado este escenario de destrucción en La Araucanía.
Estos días hemos sido testigos nuevamente de una escalada de violencia en el sur del país. La violencia se expande peligrosamente desde La Araucanía a la región de los Lagos, de Los Ríos y aumenta dramáticamente en la región del Biobío.
No es posible que nuestros bomberos y brigadistas forestales además de luchar contra la llamas deban enfrentarse a las balas y barricadas, ya que muchos de estos incendios son absolutamente intencionales.
Desalienta recorrer la zona y conversar con parceleros, brigadistas y pequeños propietarios, y ver su desesperación; cómo el fruto de años de esfuerzo se desvanece por la acción de cobardes y cómo la vida de brigadistas y bomberos se expone aún más por los violentos ataques de los cuales son objeto. Lo que es peor, es que todo esto ocurre en la total impunidad, ya que tenemos un sistema y procedimiento judicial que deja a muchas víctimas abandonadas a su suerte.
En este escenario una sola cosa es clara: todos pierden. Cuando se ataca a las empresas forestales, creadoras de muchos empleos en la zona, todos pierden; se ataca a los pequeños prestadores de servicios forestales y de construcción, a quienes les lleva una vida armar sus empresas para que las llamas destruyan todo en segundos; se atenta contra las siembras de pequeños y medianos agricultores, dejando en la indefensión a todos ellos, ya que las compañías de seguros están evitando la zona. También Carabineros son constantemente atacados, institución de enorme valor al tratar de mantener la paz en nuestra zona.
Todos pierden, también la gente de la etnia mapuche, porque los que generan esta destrucción dicen invocar su causa. Esa gente no representa al pueblo mapuche, pues la mayoría de ellos también tienen sueños de progreso y cuando en algunos sectores se oponen a la violencia, también son atacados.
Muchos años de pésimas políticas públicas han propiciado este escenario de destrucción. Es necesario, con urgencia, que se revisen los resultados y no seguir generando pobreza a través de la errada acción del Estado. También muchos años de impunidad en torno a estos hechos de violencia nos indican que tenemos un sistema judicial enfermo, que no cumple su objetivo de llevar justicia.
La masacre de Francia escandalizó al mundo por las muertes, e incluso desde nuestro país surgieron mensajes de solidaridad. En nuestra Araucanía hemos sufrido más muertes por causas de violencia con connotación indígena que los recientes atentados de Francia. Parece que nos estamos acostumbrando. Nosotros también tenemos derechos.
Una luz de sensatez se asoma al escuchar de parte del subsecretario Aleuy que no se premiará más a los violentos con compras de tierras. Los gremios de La Araucanía estamos disponibles para colaborar en propuestas que mejoren el futuro para todos los habitantes de la región, y poder avanzar juntos sin distinciones, hacia un futuro mejor.
No es posible que nuestros bomberos y brigadistas forestales además de luchar contra la llamas deban enfrentarse a las balas y barricadas, ya que muchos de estos incendios son absolutamente intencionales.
Desalienta recorrer la zona y conversar con parceleros, brigadistas y pequeños propietarios, y ver su desesperación; cómo el fruto de años de esfuerzo se desvanece por la acción de cobardes y cómo la vida de brigadistas y bomberos se expone aún más por los violentos ataques de los cuales son objeto. Lo que es peor, es que todo esto ocurre en la total impunidad, ya que tenemos un sistema y procedimiento judicial que deja a muchas víctimas abandonadas a su suerte.
En este escenario una sola cosa es clara: todos pierden. Cuando se ataca a las empresas forestales, creadoras de muchos empleos en la zona, todos pierden; se ataca a los pequeños prestadores de servicios forestales y de construcción, a quienes les lleva una vida armar sus empresas para que las llamas destruyan todo en segundos; se atenta contra las siembras de pequeños y medianos agricultores, dejando en la indefensión a todos ellos, ya que las compañías de seguros están evitando la zona. También Carabineros son constantemente atacados, institución de enorme valor al tratar de mantener la paz en nuestra zona.
Todos pierden, también la gente de la etnia mapuche, porque los que generan esta destrucción dicen invocar su causa. Esa gente no representa al pueblo mapuche, pues la mayoría de ellos también tienen sueños de progreso y cuando en algunos sectores se oponen a la violencia, también son atacados.
Muchos años de pésimas políticas públicas han propiciado este escenario de destrucción. Es necesario, con urgencia, que se revisen los resultados y no seguir generando pobreza a través de la errada acción del Estado. También muchos años de impunidad en torno a estos hechos de violencia nos indican que tenemos un sistema judicial enfermo, que no cumple su objetivo de llevar justicia.
La masacre de Francia escandalizó al mundo por las muertes, e incluso desde nuestro país surgieron mensajes de solidaridad. En nuestra Araucanía hemos sufrido más muertes por causas de violencia con connotación indígena que los recientes atentados de Francia. Parece que nos estamos acostumbrando. Nosotros también tenemos derechos.
Una luz de sensatez se asoma al escuchar de parte del subsecretario Aleuy que no se premiará más a los violentos con compras de tierras. Los gremios de La Araucanía estamos disponibles para colaborar en propuestas que mejoren el futuro para todos los habitantes de la región, y poder avanzar juntos sin distinciones, hacia un futuro mejor.
Emilio Taladriz.
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