EL MAL MOMENTO DE LA REPUTACIÓN DE CHILE.
Un análisis de la cobertura de los medios extranjeros sobre Chile deja en claro que durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se ha deteriorado la reputación de nuestro país.
El estado de la economía es una de las variables que construyen la reputación de un país. Junto a otros factores, como la cultura o la belleza natural, permite anticipar si se hablará bien o mal de una nación.
Parece de Perogrullo, pero cuando a un país le va bien, el PIB crece, el desempleo es relativamente bajo, la inflación está controlada y aumenta el flujo de capitales extranjeros, suele ser visto en el resto del mundo como un caso exitoso y admirable. Si, por el contrario, la economía está en problemas, sube la prima de riesgo o baja el rating de las agencias calificadoras, empiezan a reproducirse más noticias negativas que positivas en los medios de comunicación y las redes sociales, lo que a su vez influye en las expectativas y genera una espiral de pesimismo.
Debido principalmente a la incertidumbre y la desaceleración económica que ha sufrido nuestro país, la reputación de Chile sufrió un fuerte menoscabo en 2014. Así parecían demostrarlo distintas notas que iban apareciendo en los diarios más influyentes del mundo, como The Wall Street Journal y The Economist, que manifestaban preocupación por “el asalto al milagro chileno”, como lo graficó una influyente columnista norteamericana, o el florecimiento de una “nueva mediocridad”, como señaló el Financial Times justo cuando el ministro Alberto Arenas pretendía lucirse con el Chilean Day en Londres.
Para saber si esas noticias, que tuvieron amplia repercusión, eran casos aislados o representaban una tendencia, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes realizamos un análisis cuantitativo y cualitativo de todas las noticias que se han publicado sobre Chile durante el primer año de cada gobierno democrático desde 1990 hasta la fecha.
Los datos fueron concluyentes, pues quedó claro que durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se ha deteriorado la reputación de nuestro país. Entre marzo y diciembre de 2014, el 38% de las noticias publicadas sobre Chile en cinco periódicos muy influyentes —aquellos que son leídos cada mañana por las elites financieras y empresariales de todo el mundo, como The Wall Street Journal, Financial Times, The Economist, The New York Times y The Washington Post— fueron negativas, en comparación con el 12% que fueron positivas.
Bajo ningún otro gobierno democrático hubo tal diferencia entre artículos positivos y negativos, pues desde Aylwin hasta Piñera, todos los presidentes dejaron una favorable imagen de Chile (a excepción de la propia Bachelet, bajo cuyo primer mandato hubo un virtual empate entre noticias positivas y negativas). De hecho, si se analizan todos los artículos que se han escrito sobre Chile en los cinco medios de comunicación señalados, desde 1990 a 2014, se observa que las noticias positivas (32%) superan con holgura a las negativas (25%), manteniéndose el resto mixto o neutro.
Si se analizan esos artículos por temática o sección periodística, se observa claramente que los indicadores y pronósticos económicos, así como las reformas estructurales propuestas por el Gobierno de Bachelet, están perjudicando la imagen de Chile. Casi la mitad de las noticias económicas o empresariales publicadas el año pasado tuvieron un tono negativo, pues resaltaban una debilidad del país o una amenaza, en comparación con el 12% que tuvo tono positivo, destacando una fortaleza u oportunidad.
Esta pérdida de reputación por parte de Chile puede ser pasajera o permanente. Discernir lo anterior dependerá del tratamiento que hagan sobre Chile los diarios extranjeros en los próximos meses, lo que estará estrechamente relacionado con el rumbo que siga la economía. Si esta despega, hablarán bien de nosotros. Si, en cambio, ella mantiene su falta de dinamismo o se deteriora aún, se repetirán las malas noticias.
El perjuicio estructural de la reputación de una nación debido a un cambio de rumbo en su economía es algo que hemos visto en el pasado. Hasta 2008, España gozaba de la admiración mundial precisamente por el buen estado de sus finanzas y negocios, lo que llevaba a muchos medios de comunicación internacionales a elogiar el “milagro económico español”, tal como en algún momento se habló del “milagro chileno”.
En el caso de España, esos elogios hoy parecen lejanos, irónicos o sencillamente tragicómicos. Esperemos que Chile no pase por lo mismo.
Ricardo Leiva,
Profesor e investigador de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes.
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