SIN PASADO, SIN FUTURO.
Este post lo tengo pensado hace tiempo. Mejor dicho, desde que los partidos actuales de derecha perdieron el respeto y la dignidad. El actuar y los dichos de ambos partidos UDI y RN simplemente lo han agravado. A decir verdad, desde que el historiador Gonzalo Rojas comentó unas palabras de un diputado de la UDI, Javier Macaya , quien sostuvo que el pasado reciente era un lastre: “Queremos hacer nuestro aporte, queremos elaborar este documento que se va a trabajar entre muchos, con una mirada fresca, que contribuya a que todos comencemos a sintonizar con los temas de futuro y dejemos de estar anclados en el pasado”.
Gonzalo Rojas hace notar que para Macaya el pasado es algo pesado. Por eso dice ‘estar anclados’. ¿Qué más pesado que un ancla? Para el diputado y su séquito, el pasado no sirve para entender el presente. El pasado es algo congelado. Si es así, ¿de qué personajes históricos de la historia de Chile y de Occidente un joven político va sacar una inspiración o modelo que modele su actuar? Entonces, no tiene sentido inspirarse, por lo menos, en términos de actos el en ex presidente de la vieja derecha, Jorge Alessandri; en el ministro Diego Portales que dejó su impronta en la naciente República con el llamado “orden portaliano” o el gobierno conservador de Manuel Montt. Ambos del siglo XIX.
Si sostiene que el pasado es un lastre, es porque han abandonado la historia dejando la Izquierda la cambie a su antojo, hasta tal punto de que han convencido a ambos partidos cambiar un punto importante de su declaración de principios. Renovación Nacional, el otro partido pretenden reescribir sus principios en el próximo consejo general que realizará el fin de semana del 22 y 23 de noviembre.
El pasado sí importa. Lo prueba la película The Gathering Storm,que se basa la autobiografía en el primer volumen de seis sobre la Segunda Guerra Mundial que escribió el ex primer ministro inglés Winston Churchill, quien es personificado por el actor Albert Finney. La traducción sería Amenaza de la tormenta. Hay una escena en que el político sube a una colina y desde lejos recuerda al duque de Marlborough durante la Batalla de Blenheim o la Segunda Batalla de Höchstädt, ocurrida en el siglo XVIII. Específicamente, en la Guerra de Sucesión Española. De hecho no fue una licencia artística del director británico Richard Loncraine, quien fue además, fue director de la miniserie Band of Brothers. El primer ministro inglés escribe “una oruga, sobre la que todas las miradas se posaron, comenzó a arrastrarse incesantemente por el mapa de Europa, llevando consigo el destino de toda la guerra”.
El pasado sí importa. Lo prueba la película The Gathering Storm,que se basa la autobiografía en el primer volumen de seis sobre la Segunda Guerra Mundial que escribió el ex primer ministro inglés Winston Churchill, quien es personificado por el actor Albert Finney. La traducción sería Amenaza de la tormenta. Hay una escena en que el político sube a una colina y desde lejos recuerda al duque de Marlborough durante la Batalla de Blenheim o la Segunda Batalla de Höchstädt, ocurrida en el siglo XVIII. Específicamente, en la Guerra de Sucesión Española. De hecho no fue una licencia artística del director británico Richard Loncraine, quien fue además, fue director de la miniserie Band of Brothers. El primer ministro inglés escribe “una oruga, sobre la que todas las miradas se posaron, comenzó a arrastrarse incesantemente por el mapa de Europa, llevando consigo el destino de toda la guerra”.
Como escribí el 31 de marzo de este año: “La derecha al borrar su pasado, se queda sin futuro, mientras la Izquierda se aferra a su pasado y lo proyecta al presente”. Tanto es así, que el socialista Ricardo Lagos para el cuarenta aniversario considero el nefasto gobierno de Allende era algo único en la Guerra Fría, que no se veía algo así desde que los anunakis arribaron a la Tierra. Bachelet se siente orgullosa de su ‘legado’ del agente de la K.G.B, sin importarle las colas, el mercado negro y los grupos armados que amparaban. Los únicos que no han querido admitir que la Nueva Mayoría es la continuación de la Unidad Popular, y que les gusta mirar a Venezuela más no el pasado son los propios dirigentes de la ex derecha y la neoderecha. A menos que hayan visto por la radio Bio-Bio el comentario de Tomás Mosciatti del verdadero proyecto fundacional y mesiánico de Bachelet. Recién se dieron cuenta que la coalición demócrata cristiano socialista comunista quiere más socialismo.
Quizás la nueva dirigencia de la UDI prefiera reemplazar la canción “Soy libre” de Nino Bravo, que trata sobre unos alemanes que se escaparon del paraíso comunista de la ex RDA –donde la actual mandataria aprendió chamanismo- por “Todos Juntos” de los Jaivas o la canción del comunista terrorista, Victor Jara, “El derecho de vivir en paz”. Por cierto, durante la década del 70, o sea, durante el Gobierno Militar, a los zurdos les producía urticaria escuchar la canción Bravo, luego del debacle de la revolución marxista de Allende.
Según el diputado, lo que divide a los chilenos es el plebiscito de 1988 entre los que votaron SI y No. Apreciación parecida tiene el ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet, Andrés Velasco que, según los medios, su grupo Fuerza Pública y Red Liberal establecieron una alianza con los neoderechistas de Amplitud , ya que la Nueva Mayoría se volvió muy a la Izquierda. Naturalmente, la nueva dirigencia de la UDI también quiere borrar de su declaración de principios el derecho a la rebelión y la lucha contra el totalitarismo de la Unidad Popular. Chile está divido gracias a la famosa declaración de Allende, “que él no era presidente de todos los chilenos”, y que la Izquierda ha continuado con a persecución a los militares. Eso lo vimos en las últimas Fiestas Patrias, cuando la periodista Mónica Rincón le pregunta a Bachelet sobre anular la Ley de Amnistía de 1978, a lo que ella responde: “Son delitos de lesa humanidad, imprescriptibles” . La justicia nazi que tenemos están desquiciada, que un juez condenó a militar que había muerte hace n cantidad de años, por lo cual tuvo que sobreserlo-, y, una jueza interrogó a un marinero ya que viejo, que tiene Alzheimer en los tribunales de Valparaíso.
A la nueva directiva de la UDI le pareció bien la propuesta del neoderechista Hernán Larraín Matte, hijo del senador de ese partido Hernán Larraín y los académicos que firmaronla carta transversal por la reconciliación y los derechos humanos, que ambos partidos de al ex derecha eliminen el artículo donde reconocen la labor libertadora de las Fuerzas Armadas que nos salvaron del totalitarismo. Entre paréntesis, la derecha twittera que personifica los firmantes de esa carta en términos de porcentaje es menos que los homosexuales en Chile. Desafortunadamente, el director de la Fundación Horizontal está como panelista permanente en los programas como si representase a la Derecha, a la cual se encargó de destruir junto con el ex presidente Piñera.
En efecto, la declaración de la Unión Demócrata Independiente dice así: “La Unión Demócrata Independiente destaca el patriotismo y espíritu de servicio de las Fuerzas Armadas y de Orden de Chile, cuyo origen y gloriosas tradiciones se identifican con el surgimiento y defensa de la chilenidad a través de toda la historia del país, incluida su acción libertadora del 11 de septiembre de 1973, que salvó al país de la inminente amenaza de un totalitarismo irreversible y de la dominación extranjera, culminando así una valiente resistencia civil y recogiendo un clamor popular abrumadoramente mayoritario”.
El senador Hernán Larraín, que hace tiempo atornilla al revés, también es partidario de cambiar la declaración de principios : “No solamente cambiar una declaración, sino además justificar por qué, y ese es el debate que tenemos que tener para los efectos de seguir avanzando. Y si de alguna manera habrá que reafirmar el compromiso con la democracia y defensa de DD.HH”. Sin embargo, desde 1990 ha dado su voto para que los terroristas sean indultados. Y su último tongo fue el libro que escribió con el socialista Ricardo Núñez Voces de la Reconciliación, mientras a los militares les niega la Ley de Amnistía y la igualdad ante la ley.
A los firmantes de esa carta no se les ocurre pedir derrumben las dos estatuas de Allende y que le cambien de nombre a los colegios y el Salón Blanco de La Moneda que llevan el nombre del ex presidente marxista.
En esa oportunidad, el nieto del general Pinochet, Rodrigo Pinochet dijo lo siguiente de la pretensión de la UDI de eliminar el artículo en que reconoce el papel libertadora de las Fuerzas Armadas, que nos salvo del comunismo: "La mutilación de la declaración de principios de la UDI representará el paso final para la muerte de un partido clave en la contención del totalitarismo".
Me asombró leer la declaración que hizo la ex intendente de Concepción y actual senadora por la VIII Región Costa, Van Rysselberghe, quien dijo no estar de acuerdo con el nieto del general Pinochet, pues, según ella, "los principios de la UDI son otros: libertad de las personas y emprendimiento". A la ex alcaldesa de Concepción la defendí varias veces desde mi blog, cuando la atacaron los paniaguados de Piñera, ya sea político o académico, ya sea la ex Concertación. Sus palabras me decepcionaron. ¿Cómo van a defender a la libertad de las personas y de las diversas actividades que nacen de la división del trabajo en una sociedad libre sino tienen de frente su contraparte? Cuando leí las palabras de Van Rysselberghe, me acordé del libro que escribió el historiador Gonzalo Rojas, Chile escoge La Libertad y del capítulo “La Nueva Estructura Constitucional”. En ella, el actual columnista escribe: “En el capítulo anterior ya hemos visto que el tema del marxismo no está nunca ajeno a las preocupaciones del Presidente. Por eso, advierte que el nuevo modelo constitucional tendrá como mecanismo de protección la exclusión de cualquier doctrina totalitaria de la vida cívica”. Mas adelante, dice: “Por eso consulta a Jaime Guzmán”.
El diputado Macaya, la senadora Van Rysselberghe y el senador Hernán Larraín el que exista en una sociedad libre un grupo minoritario que intente imponer un estado totalitario no es un asunto de su partido. El asesinado senador Jaime Guzmán durante la Unidad Popular se la jugó por las libertades dentro de su campo de acción, y luego en el Gobierno Militar se encargó de crear una institucionalidad que impida el totalitarismo. Con todo, para el senador Larraín es irrelevante. Repito brevemente lo que escribió Gonzalo Rojas en su columna ‘Revisar la mirada histórica’. A los tres no les importa que en el Acuerdo de la Cámara de agosto de 1973 se exprese el derecho a la rebelión, por primera vez en nuestra historia. ¿Qué no entendieron del actuar y del pensamiento de Jaime Guzmán?
A los partidos de la derecha les molesta sacarle a los ex UP y las nuevas generaciones de la Izquierda su pasado terrorista y totalitario. Se creerán el cuento que decir una verdad atenta contra la amistad cívica, que es una expresión que usaba el socialista Ricardo Lagos durante su gobierno y contra la reconciliación.
Según el diputado de la UDI, Felipe Ward el nuevo documento, “desde una generación distinta una visión moderna en materia de derechos humanos”. ¿Cuál es la visión moderna de los derechos humanos, si no son capaces defender la Ley de Amnistía y el Estado de Derecho? ¿Cuál visión, si les niega a un grupo de chilenos una ley que está vigente? Quizás le guste el defensor del pueblo, que se convertiría en el defensor de los terroristas y violentistas.
El periodista norteamericano, James R. Whelan, autor Desde las cenizas: vida, muerte y transfiguración de la democracia en Chile 1833 – 1988, pone las siguientes palabras como epígrafe de Régis Debray: “La burguesía chilena, una de las menos estúpidas del mundo, se defiende abriéndoles sus brazos a su rival…” .
Javier Bazán Aguirre.
http://simposiolibertario.blogspot.com/
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