LOS COMUNISTAS Y EL DINERO.
"Marx afirmó que una de las dos cosas que hacen perder la cabeza a los seres humanos es la naturaleza de la moneda; la otra es el amor. Como el amor no parece interesarles mayormente, no cabe duda cuál es la que desequilibra a los comunistas... "
Una de las mayores falacias de la vida pública chilena es que los comunistas son gente altruista.
Desde siempre han querido presentarse como individuos desprendidos de todo interés material, almas puras que se entregan a la causa revolucionaria a través de una mística oblación. Los medios de izquierda promueven esa imagen y alguna gente les cree. Pero la realidad es muy distinta.
Al mismo tiempo, intentan convencer a la ciudadanía de que algunas organizaciones evidentemente rojas son en realidad instituciones autónomas. Quien haya estudiado algo sobre el desarrollo del movimiento comunista en los últimos cien años sabe bien que ellos mismos promueven las organizaciones de fachada, lo que es parte fundamental de sus estrategias.
O sea, estamos frente a una doble mentira: ni los comunistas rechazan el dinero ni las organizaciones que promueven son independientes de su diseño totalitario.
El presidente del PC chileno ha afirmado que su partido no tiene relaciones institucionales con ICAL (Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz) ni con la Universidad Arcis. Pero en la página web del primero no hay referencia alguna a partidos que no sean el comunista; respecto de la segunda, la nueva rectora declara que los comunistas se retiraron. O sea, estaban.
El motivo para marcar esas distancias ha sido el dinero. Justamente en momentos en que los comunistas han promovido la demonización de las ganancias en la educación, el partido de la hoz y el martillo aparece involucrado en operaciones de inversión, gestión y retiro de platas en una universidad. Oh, el sucio capitalismo ha manchado también a los inmaculados leninistas.
La relación de los comunistas con el dinero ha sido poco comentada. Pero es fácil de pesquisar. Y siempre ha tenido mucho que ver con sus organizaciones de fachada, destinatarias de enormes recursos. Es un lavado de dinero a la socialista.
Recibieron desde siempre millones cuantiosos desde la URSS; durante la UP aprovecharon el aparato del Estado para blindar económicamente a sus personeros; Cuba, Libia, Corea del Norte y Vietnam financiaron con millones generosos la formación de sus terroristas para combatir a la presidencia Pinochet; la Concertación compensó a sus activistas con enormes cantidades bajo el rótulo de reparaciones; los inmuebles en que preparaban la revolución les fueron devueltos y sus dirigentes juveniles obtuvieron becas para estudiar en las mejores universidades; hoy, una buena cantidad de sus militantes vuelve a profitar del Estado en cargos parlamentarios o ejecutivos, o en ambos, como es el caso de la pareja Sarmiento-Vallejo. La denostada plusvalía con que los explotadores esquilman a los proletarios en los mercados demoníacos ha operado a favor de unos comunistas santurrones y de vida doble.
Si de nomenklaturas se trata, los del PC alegan no tener nada que ver cuando tienen que responder de las enormes fortunas de los jerarcas soviéticos y de la dinastía castrista, pero un análisis a fondo también los dejaría mal parados en Chile.
Es difícil que la comisión investigadora sobre las platas de la Arcis tenga éxito en sus pesquisas. Los comunistas usarán sus recursos para bloquear los efectos de esa investigación en los medios. Es otra de las manifestaciones de su magistral dualidad respecto del dinero: mientras lo denigran públicamente, qué bien lo usan para mover influencias.
Marx afirmó que una de las dos cosas que hacen perder la cabeza a los seres humanos es la naturaleza de la moneda; la otra es el amor.
Como el amor no parece interesarles mayormente, no cabe duda cuál es la que desequilibra a los comunistas.
Desde siempre han querido presentarse como individuos desprendidos de todo interés material, almas puras que se entregan a la causa revolucionaria a través de una mística oblación. Los medios de izquierda promueven esa imagen y alguna gente les cree. Pero la realidad es muy distinta.
Al mismo tiempo, intentan convencer a la ciudadanía de que algunas organizaciones evidentemente rojas son en realidad instituciones autónomas. Quien haya estudiado algo sobre el desarrollo del movimiento comunista en los últimos cien años sabe bien que ellos mismos promueven las organizaciones de fachada, lo que es parte fundamental de sus estrategias.
O sea, estamos frente a una doble mentira: ni los comunistas rechazan el dinero ni las organizaciones que promueven son independientes de su diseño totalitario.
El presidente del PC chileno ha afirmado que su partido no tiene relaciones institucionales con ICAL (Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz) ni con la Universidad Arcis. Pero en la página web del primero no hay referencia alguna a partidos que no sean el comunista; respecto de la segunda, la nueva rectora declara que los comunistas se retiraron. O sea, estaban.
El motivo para marcar esas distancias ha sido el dinero. Justamente en momentos en que los comunistas han promovido la demonización de las ganancias en la educación, el partido de la hoz y el martillo aparece involucrado en operaciones de inversión, gestión y retiro de platas en una universidad. Oh, el sucio capitalismo ha manchado también a los inmaculados leninistas.
La relación de los comunistas con el dinero ha sido poco comentada. Pero es fácil de pesquisar. Y siempre ha tenido mucho que ver con sus organizaciones de fachada, destinatarias de enormes recursos. Es un lavado de dinero a la socialista.
Recibieron desde siempre millones cuantiosos desde la URSS; durante la UP aprovecharon el aparato del Estado para blindar económicamente a sus personeros; Cuba, Libia, Corea del Norte y Vietnam financiaron con millones generosos la formación de sus terroristas para combatir a la presidencia Pinochet; la Concertación compensó a sus activistas con enormes cantidades bajo el rótulo de reparaciones; los inmuebles en que preparaban la revolución les fueron devueltos y sus dirigentes juveniles obtuvieron becas para estudiar en las mejores universidades; hoy, una buena cantidad de sus militantes vuelve a profitar del Estado en cargos parlamentarios o ejecutivos, o en ambos, como es el caso de la pareja Sarmiento-Vallejo. La denostada plusvalía con que los explotadores esquilman a los proletarios en los mercados demoníacos ha operado a favor de unos comunistas santurrones y de vida doble.
Si de nomenklaturas se trata, los del PC alegan no tener nada que ver cuando tienen que responder de las enormes fortunas de los jerarcas soviéticos y de la dinastía castrista, pero un análisis a fondo también los dejaría mal parados en Chile.
Es difícil que la comisión investigadora sobre las platas de la Arcis tenga éxito en sus pesquisas. Los comunistas usarán sus recursos para bloquear los efectos de esa investigación en los medios. Es otra de las manifestaciones de su magistral dualidad respecto del dinero: mientras lo denigran públicamente, qué bien lo usan para mover influencias.
Marx afirmó que una de las dos cosas que hacen perder la cabeza a los seres humanos es la naturaleza de la moneda; la otra es el amor.
Como el amor no parece interesarles mayormente, no cabe duda cuál es la que desequilibra a los comunistas.
Gonzalo Rojas Sánchez.
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