domingo, septiembre 28, 2014

EL SOMBRÍO FUTURO DE CHILE.


La siguiente es una entrevista hecha por la periodista Verónica Foxley de revista COSAS al  presidente ejecutivo de la Fundación para el Progreso, Axel Kaiser.
Viene bajando del avión que lo trajo de Alemania, donde cursa un doctorado en Filosofía en la Universidad de Heidelberg. Tiene cara de niño y tres libros encima, uno de ellos “La fatal ignorancia”, de 2009, donde advierte sobre los efectos de la derrota cultural de la derecha. Con dos Masters, uno en comercio, inversiones y arbitraje, y el otro en American Studies, Axel Kaiser habla de economía y no le importa sacar chispas y polemizar con planteamientos como que la educación es un bien económico antes que un derecho y que, por tanto, no debiera ser gratuita para todos. Y advierte: “casi peor que la Reforma Tributaria es el clima que se ha generado. Hoy día, el clima de odiosidad contra el empresario es muy grave. Y que quede claro: aquí no sólo se está afectando a Chile por la Reforma Tributaria, sino con todo el paquete de reformas que incluye  cambiar la Constitución. Eso crea una gran inseguridad en los inversionistas extranjeros”. 
–En la derecha atribuyen el frenazo en la economía a la Reforma Tributaria y en la Nueva Mayoría dicen que está más relacionado con el contexto internacional. ¿Cuál es su postura?
–El freno en la economía tiene que ver con ambas cosas. Cuando amenazas con cambiar todo un sistema económico que ha funcionado durante tres décadas y que ha posicionado a Chile como el país líder de América Latina, se genera una incertidumbre gigantesca. Eso paraliza la inversión. Cuando propones una reforma tributaria que deja a las empresas chilenas con un impuesto efectivo altísimo, casi superior al que pagan en Suecia, eso paraliza la inversión y las platas se van a otro lado. Cuando, además, amenazas con que vas a cambiar el sistema de pensiones; cuando quieres romper el sistema de las Isapres y cambiar, además, el sistema de educación; cuando amenazas con una revolución modificando todo, es imposible que exista un ambiente amigable de inversión. La tradición chilena de ir haciendo cambios graduales se ha reemplazado por una lógica más cercana a la tradición populista latinoamericana. Pero respondiendo bien la pregunta, un factor que también es muy relevante es la caída del precio de los comodities, que en este caso es el precio del cobre. El mundo está en una situación complicada, los economistas han fracasado una y otra vez en sus predicciones. La década dorada del boom de los comodities se terminó y eso debiéramos entenderlo.  Creo que en el futuro la situación en Chile va a ser peor aún. 
–Desde la Nueva Mayoría algunos economistas han dicho que el panorama empezaría a mejorar a partir de 2015.
–¿Cómo pueden saberlo? Todas estas predicciones con fechas no funcionan. Los informes de los bancos centrales del mundo se corrigen cada tres meses. Siempre se equivocan. ¿Cómo saber lo que va a pasar con la crisis entre Estados Unidos, Rusia y Europa? ¿O lo que va a pasar con la crisis del euro? ¿Quién sabe si Estados Unidos en los años que vienen no va a sufrir otra gran crisis financiera? ¿Cómo prever que de aquí al 2015 se va a estar mejorando la economía? Puede ser… pero yo creo que no va a ocurrir. 
–¿Por qué no?
–Porque la política económica de este gobierno es muy mala.. Es la peor que hemos tenido en los últimos 35 años. Es una política que si eres empresario, inversionista o emprendedor y quieres hacer negocios, no te es amigable. Te castigan con impuestos, con regulaciones y descalificaciones.
–Pero efectivamente las cifras muestran que la concentración del capital se ha acentuado y la distribución del ingreso no.
–En Chile hay concentraciones que hay que revisar, pero creo que se han producido en buena medida por algo que nadie quiere atacar y que es cómo abrir los mercados chilenos para que entre competencia de verdad en todas las áreas.
–Subir los impuestos, ¿no es la vía?
–Ésa es una pésima forma de corregir las cosas, porque lo primero que van a hacer los empresarios es traspasar eso a los precios que pagan los consumidores. Además, van a disminuir las inversiones, porque la plata la van a tener que pasar al gobierno y no la podrán invertir. Y si es demasiado complicado, se van a llevar la plata para afuera. En Alemania, cerca del 10 por ciento de la población tiene casi dos tercios de la riqueza del país. Chile es mucho más chico, pero lo que quiero decir es que en muchos lugares del mundo existe esta crítica. En Estados Unidos también ocurre, en Francia y en Europa. El famoso libro de Piketty dice que en todos los países de Occidente, incluidos los más estatistas, como Francia, se ha ido concentrando la riqueza en pocas manos.. Hay que ser muy cuidadosos con esa tesis de que porque los ricos tienen mucho, entonces hay que quitarles. La verdad es que en Chile la calidad de vida de todos ha aumentado de manera exponencial en los últimos 30 años. Todos los indicadores así lo demuestran.
–Pero aún así hay una sociedad que reclama educación de calidad para todos y mejor acceso a la salud. Si todo está tan bien hecho, ¿cómo se explica que Bachelet haya ganado la elección con una amplia mayoría?
–Bachelet no tuvo una amplia mayoría. Tuvo una ínfima minoría. El potencial de votantes que votó por ella no llega ni al 25 por ciento. Y hay que ver cómo  se ha desplomado el apoyo a la reforma tributaria.
–Pero lo que se ha desplomado es el apoyo a la reforma y al gobierno, pero no a ella.
–La mayoría de los chilenos no apoyó el cambio de sistema económico. Si en el gobierno se han visto obligados a hacer correcciones, a ponerse más suaves, a no ser tan arrogantes, fue porque se dieron cuenta de que gran parte de la población no estaba de acuerdo con esos cambios tan radicales. Además que la economía se está yendo a pique. Así es que ojo con eso.
–¿Fue un error de parte del gobierno haber planteado un pack de tantas reformas juntas? ¿O el tema de fondo es que la reforma tiene falencias importantes?
–Aunque las reformas hubieran sido una cada 30 años, son todas malas. Todas apuntan a incrementar el tamaño del Estado, quitar libertad a las personas, al emprendimiento, asfixiar a los que crean riqueza, asfixiar la creación de empleo. Todas apuntan a estatizar las cosas, y eso no funciona. En Chile ya lo hicimos entre las décadas del 30 al 70 y fracasamos.
–Entonces si está tan mal todo, ¿por qué estamos yendo hacia allá?
–Lo que pasa es que éstas son modas intelectuales. De alguna manera en Chile siempre hemos ido detrás de la ola. Estas modas se establecen, se vuelven populares y cuando no tienes una crítica lo suficientemente sólida para contrarrestarla, termina generándose una opinión común y las cosas cambian en esa dirección, luego se produce una crisis y vuelve a cambiar.
–¿Fue un error plantear tantas reformas estructurales a la vez?
–Que todas se hayan planteado juntas genera terror, porque da la impresión de que aquí lo que se quiere hacer es borrón y cuenta nueva. Los borrones nunca han salido bien, menos en América Latina. La situación económica va ser tan mala de aquí a los próximos tres años, que estoy convencido de que si la centroderecha se logra unificar, Piñera tendrá buenas opciones de llegar al gobierno. 
–¿Qué mejoras haría usted a la Reforma Tributaria?
–Yo no haría ninguna de las reformas que se están planteando. Creo que son todas malas. Yo haría una reforma para bajar los impuestos. Eso es quitar la plata que hoy manejan los políticos y devolvérsela a la gente. Hay que entender que si le subes los impuestos a los ricos, éstos se llevan su plata para otro lado. Por otra parte, tengo mis dudas de que el gobierno logre recaudar los ocho mil 300 millones de dólares que se ha propuesto. Porque, si por esta alza de los impuestos la economía se va para abajo, va a haber menos actividad, menos negocios y menos pagos de impuestos. Al final lo que están haciendo es pegarse un tiro en el pie. 
–¿Qué opina del ministro de Hacienda, Alberto Arenas?
–Tiene una filosofía económica completamente equivocada. Arenas no pasa el test de la lógica económica más fundamental. Ha tenido una actitud muy agresiva y muy en la línea de lo que es la retórica más populista latinoamericana. Eso es algo que los ministros de Hacienda en Chile nunca habían tenido, al menos desde la década del 70 en adelante. Ningún ministro de la Concertación había tenido tal nivel de arrogancia. Para que se le hayan ido encima los ex ministros de la Concertación es porque él ya superó todos los límites. Ha tenido que retroceder. Si seguimos con la lógica de Arenas, nos va a ir mal. Ya nos está yendo mal. El problema es que cuando rompes algo que ha costado mucho construir, reconstruirlo es muy difícil. Y eso me da temor y pena por Chile.
–¿Hay riesgo de una recesión?
–Evidentemente que hay riesgo de una recesión.
–No es lo que dicen los economistas de la Nueva Mayoría.
–Esos mismos economistas son los que dijeron que no iba a haber ningún efecto sobre el crecimiento en estos primeros meses del gobierno de Bachelet y también decían que la reforma tributaria no iba a tener ningún efecto sobre la inversión. Es absurdo pensar que se podía sacar ocho mil 300 millones de dólares en el sector privado y todo se iba a mantener igual sin esos fondos.
–Si la Reforma Tributaria no fuera justa y necesaria, ¿por qué la derecha está apoyándola?
–Porque la llamada derecha está totalmente derrotada tanto intelectual como políticamente. Pero la Reforma Tributaria no es ni justa ni necesaria. Es totalmente injusta porque le va a caer con todo el peso a la clase media en Chile y a la gente de menos recursos que va a perder oportunidades.

Voxpress.

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