CONFLICTO EN LA ARAUCANÍA: INTENDENTE HUENCHUMILLA.

Señor Director:

El Intendente de La Araucanía ha dado opiniones que agravan la situación de inseguridad que aqueja a la comunidad regional.

Cuando justifica en razones de orden político la toma y apropiación de tierras por parte de comuneros micropropietarios agrícolas está incurriendo en varios errores que es importante reconocer:

La causa de la pobreza y falta de horizontes en que viven los comuneros se debe a las dificultades de la microagricultura para ser económicamente viable, y en ello no tiene responsabilidad alguna la propiedad mayor, económicamente viable, que le es vecina, y que es responsable de la producción agroalimentaria del país. Este hecho es conocido desde hace tiempo: en Chile se abordó en los años 80 promoviendo la compra por parte de los comuneros mapuches residentes de los derechos de sus familiares con dineros que les proveyó gratuitamente el Estado. Sin embargo desde 1990 hasta ahora, en forma ininterrumpida, las políticas de gobierno han fomentado la ruralización forzosa de la población de origen mapuche, creando guetos de pobreza, siguiendo una tendencia ahistórica.

En China hoy se implementan políticas tendientes a desruralizar a parte de la población, y aumentar el tamaño de las propiedades, para dar oportunidades de progreso en ese sector.

El diagnóstico del intendente para la solución de la pobreza rural mapuche es malo, como lo han sido las políticas en el sector desde 1990, pero la validación de la violencia para continuar es mucho peor. Si la autoridad llama al propietario de la gran extensión a entregarla a sus vecinos micropropietarios sin proponer una ley que lo regule, ¿qué está haciendo sino promover la acción violenta?

El intendente hace sus declaraciones en circunstancias que han ocurrido actos de violencia y muerte que han afectado a personas que han vivido dedicando sus esfuerzos a trabajar en los campos que les son usurpados. Decir que los propietarios de grandes extensiones viven en Santiago y visitan tres o cuatro veces al año sus propiedades crea una imagen falsa respecto de los afectados que engaña sobre lo que ocurre en verdad en La Araucanía, y predispone a los jueces a fallos aberrantes.

Las expresiones del intendente son muy graves y no dejan de serlo al explicar él que las emite a título personal. Podría hacerlo si fuere su cargo de elección popular. Ahí serían los electores los encargados de juzgarlo. Siendo, como es, nombrado por la señora Presidenta de la República, sus expresiones la comprometen a ella y su gobierno.

Francisco Prat
Ex senador por la Región de La Araucanía 

RESPONDE DON FRANCISCO HUENCHUMILLA :

Señor Director:

En relación con la carta del ex senador don Francisco Prat, deseo precisar:

El contenido de la carta refleja la diferencia de diagnóstico que tenemos respecto de la naturaleza del conflicto (porque de eso estamos hablando) que vive la Región de La Araucanía.

Mientras el ex senador y su sector, la derecha, hablan de agricultura, ruralidad, desarrollo, cabida de predios, pobreza, etcétera, yo sostengo que esos temas son válidos, pero que no logran explicar la naturaleza del conflicto que vivimos. Si fuera cierta la tesis del ex senador y su sector, la pregunta que surge es: ¿por qué no la aplicaron cuando acaban de ser gobierno hasta el 10 de marzo y por cuatro años? Aquí hay dos posibilidades: o esa tesis no la aplicaron, por lo cual incumplieron su deber de gobernar, o si la aplicaron, esta no dio resultados. En ambas hipótesis quedamos en el punto de partida.

Yo, en cambio, sostengo que en la Región de La Araucanía estamos sufriendo un grave conflicto asimétrico de naturaleza política que pone y tiene en riesgo la paz social. Cuando hablo de un conflicto asimétrico, espero que se entienda lo que quiero decir. Si alguien no entiende lo que es un conflicto asimétrico, entonces tiene tarea para la casa.

¿Cómo se resuelve este conflicto? La respuesta no es fácil. Todos los gobiernos democráticos post 90 han tratado este tema como un problema de orden público y de pobreza, soslayando la naturaleza del mismo.

Yo, simplemente hago un diagnóstico y una afirmación, y me la juego por una tesis: que mientras no resolvamos el problema de las tierras y la pobreza dura del mundo mapuche, el conflicto no se va a terminar. El hacinamiento, la pobreza y la clara conciencia histórica de las nuevas generaciones de jóvenes mapuches de por qué se llegó a este estado de cosas, es una realidad imposible de soslayar, a mi juicio, por parte del Estado chileno. Y para una solución integral son indispensables la participación política y un cambio cultural respecto de las miradas recíprocas que tienen cada uno de los mundos entre sí; es decir, la sociedad mapuche y la sociedad mayor.

Ahora, esos procesos deben darse con los instrumentos legales que tenemos (como por ejemplo, la compraventa en el caso de las tierras) y otros que se deben dictar.

No es mi ánimo ni tampoco mis intenciones molestar a nadie. Simplemente, hago una afirmación acerca de la gravedad de un conflicto que afecta al conjunto del Estado y a la sociedad.

Tenemos, en consecuencia, en la Región de La Araucanía una sociedad fracturada por un conflicto. Esa es la enfermedad social que tenemos. No es un invento mío. Está ahí, y los habitantes de mi región son testigos directos.

El tema de las tierras es crucial y determinante en la solución de este conflicto. Es mi tesis, simplemente. No hay tras ella nada escondido. Simplemente, el máximo realismo, que estoy claro que molesta a muchos; pero como autoridad política, es mi deber dar mi opinión y tomar decisiones en pos de un objetivo superior.

Mi motivación y su finalidad son la justicia y la paz social, en definitiva, para Chile.

Francisco Huenchumilla Jaramillo
Intendente Región de La Araucanía

El Mercurio.