RAZONES HUMANITARIAS ¿SON PARA TODOS?

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Señor Director :

Hace algunos días se encuentra en nuestro país Hugo Marchant Moya, ex mirista, acusado de los asesinatos del intendente metropolitano, general Carol Urzúa, de sus dos escoltas en el año 1983 y de numerosos atentados explosivos, entre otros; Marchant, por los hechos ya señalados, se encuentra condenado a dos penas de extrañamiento, de 25 años, razón por la cual sólo puede volver legalmente a Chile en el año 2017.

La autorización para ingresar al país fue otorgada por la Corte Suprema, aduciendo razones humanitarias, por enfermedad de una hija. Sin embargo a su llegada a Chile, el otrora miembro del (MIR) afirmó que durante los próximos días se reunirá con otros ex integrantes del grupo para definir pasos a seguir, ya que a su juicio la lucha continúa.

Ayer a vista y presencia de todos nosotros y en un hecho inédito, Marchant junto a un grupo de personas y diputados comunistas se paseó por el Congreso Nacional, en la cafetería, en el comedor de visitas, incluso dio una conferencia de prensa.

Frente a beneficios por razones humanitarias, es necesario reflexionar acerca del tratamiento que los tribunales dan a casos de terrorismo y a los miembros de las FF.AA. que las combatieron. Para graficar esta situación, algunos casos de militares han sabido de la muerte de sus esposas desde la cárcel, pudiendo sólo despedirse de ellas en el cementerio, otros no fueron autorizados para despedir sus restos mortales; o de aquel que debió ver por video el matrimonio de su hija, el que no pudo visitar a una hija gravemente enferma o de aquellos que además de su avanzada edad, se encuentran gravemente enfermos, algunos postrados, otros han muerto esperando, e incluso algunos se han suicidado, y a pesar de haber alegado razones humanitarias, para gozar de ciertos beneficios, estos les han sido denegados.

 

Si nuestras instituciones funcionan, ¿por qué actualmente se comete este tipo de arbitrariedades?, ¿por qué las razones humanitarias de unos, son más relevantes que las de otros? ¿No constituyen acaso estos hechos una discriminación arbitraria?

Sinceramente, no sé si da más miedo tener que formular este tipo de preguntas o conocer sus respuestas. Lo que sí creo, es que decisiones como éstas a veces son fáciles de tomar para evitar problemas o convocatorias públicas. Sin embargo, esto no hace más que generar descontento, desconfianza e indignación, en aquellos que pensaron que había que levantar la vista y mirar hacia el futuro y buscar los caminos de reconciliación entre todos los chilenos.

MARÌA ANGÈLICA CRISTI.