TERRORISMO EN EL SUR E IMPLICANCIAS INTERNACIONALES.
Hace sólo una semana, un grupo de chilenos de paso por Bariloche comprobó hasta qué punto la inacción del gobierno chileno frente al terrorismo rural en la zona sur de nuestro país, preocupa profundamente al otro lado de la cordillera.
En medio de una visita a lugares emblemáticos de la ciudad, una guía turística les detalló los ataques registrados en uno de los territorios turísticos más relevantes de esa provincia trasandina, con quemas de propiedades tal como ocurre desde hace años en Chile y hablaba de cómo el fenómeno se había fortalecido por la inacción de nuestro Estado, al punto de que lo que le estaba ocurriendo a ellos no era más que la exportación de un conflicto que, según ellos, en realidad les es ajeno.
El miércoles 20, el medio Bariloche Digital tituló de manera directa la extendida crítica hacia Chile, en una nota que llevó como nombre: “Inacción del Gobierno chileno: otras tres iglesias quemadas en la Araucanía de ese país”.
Ya el 28 de agosto, la Multigremial del Sur emplazó a nuestro gobierno para que respondiera acerca de la diferencia entre la forma en que el Ministerio de Seguridad Argentino estaba enfrentando el tema, con una ministra -Patricia Bullrich- que no tuvo problemas para calificar lo que ocurría en su país como terrorismo, para luego actuar en consecuencia y, más aún, denunciar que el financiamiento de las acciones de terror provenía del extranjero.
Por todo esto es que la detención de los posibles responsables de los últimos atentados no sólo es una buena noticia para Chile, sino, sobre todo, una señal hacia el exterior, donde la imagen del país se ha deteriorado debido a su abulia para enfrentar el fenómeno, misma que muestran los medios televisivos al destacar esta noticia como secundaria, como si el terrorismo fuera ya parte de nuestro paisaje.
Es de esperar que estemos en presencia de algo más profundo que sólo una señal, y que como país seamos capaces de poner, de una vez por todas, atajo a los sucesos reiterados de terrorismo, los cuales deben ser llamados por su nombre, y cuyas investigaciones deben dar con culpables.
Chile no puede dar marcha atrás en este camino, asimismo, debe establecer una colaboración estrecha con Argentina para abordar este fenómeno como una amenaza binacional. Por ello, el anuncio realizado ayer por el subsecretario Aleuy con el objetivo intercambiar información del caso conocido como “Operación Huracán”, que permitió la detención de siete sospechosos de ataques terroristas, también constituye una buena noticia.
Sólo una vez que se haya erradicado la violencia, y no antes, se podrán establecer los diálogos y acciones necesarias para una convivencia en paz, bajo la única bandera del progreso y bienestar de los chilenos, en un país cada vez más integrador y menos separatista.
Juan Hollstein Türk.
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