lunes, julio 10, 2017

PUNTA PEUCO Y LA INEFABLE BACHELET.


Inefable viene de “indecible, algo que no puede explicarse, indescriptible”. Alguien “inefable” es “una persona cuyas características, comportamiento, naturaleza, conformación, descripción” no es posible hacer con palabras. Bachelet es inefable. Su persona, su vida, su comportamiento, sus circunstancias, están mas allá de lo que pueda explicarse.
Su vida ha transcurrido en un increíble nivel de opacidad. Se declaró encarcelada y torturada en Villa Grimaldi, de ahí salió en forma rápida, expedita y sin daños. En momentos en que la lucha entre los grupos armados de la Unidad Popular arreciaba, ella salió rauda del centro mas oscuro y siniestro de la dictadura, hacia Australia, donde al llegar declaró no haber sido torturada. Luego declaró que si había pasado por tan horrible experiencia. Su tránsito de huida culminó en Alemania Oriental, la mas fría, despiadada y robótica dictadura comunista, lugar en que transcurrieron –según su declaración- los años mas felices de su vida.
Dijo que era médico pediatra y nunca produjo evidencia cierta de tal condición y el escaso ejercicio ilegal de su eventual profesión se llevó a cabo bajo la oscuridad protectora de sus “compañeros” del servicio de salud del gobierno. Fue “ayudista” de un grupo extremista armado, pero no declara su participación en enfrentamientos, “expropiaciones” ni “ajusticiamientos”.
Su padre, oficial contador de la Fuerza Aérea, de deteriorada salud, falleció de un ataque al corazón después de un partido de basquetbol, se transformó en muerte bajo tortura llevada a cabo por oficiales de la Fuerza Aérea, organización con la cual ella ha mantenido estrecha relación afectiva durante toda su vida, tanto así que su hijo es Oficial de Reserva de ella.
Su condición de perseguida política, torturada por los militares e hija de militar asesinado por la dictadura le ha permitido pasearse por el mundo promoviendo sus causa revolucionaria y manteniendo una firme postura de “ni perdón ni olvido” contra los militares, mientras ante ellos se declara “miembro de la familia militar”, es decir integrante de su grupo social y sociológico con características opuestas a su declarada ideología marxista revolucionaria y castrista.
Tras un breve cursito en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, escuela creada y mantenida por la dictadura para la formación de sus cuadros directivos superiores, y después de fracasar como Ministro de Salud, arribó al Ministerio de Defensa, donde el Comandante en Jefe del Ejército Emilio Cheyre, -actualmente procesado por su gobierno como criminal contra los derechos humanos-, la invitó a pasearse entre los charcos y anegamientos de una emergencia climática en un vehículo anfibio, lanzándola al estrellato mediático.
En todo este breve relato de enredos, mentiras, medias verdades, exageraciones y silencios, nadie podría dudar que intentar definirla o describirla es imposible.
Esta misma persona cuya historia es un continuo decir, desdecir y contradecir; mentir, aclarar y confundir; mistificar, simular y enredar, fue la creadora de un Museo de la Memoria, si, un museo para recordar y tratar de justificar su historia política y extremista. Como no podía ser de otra manera, el museo es selectivo, acotado, dirigido y acomodado a las necesidades del grupo extremista de su simpatía: se puede recordar la historia de Chile solo desde 1973 hasta 1990.
Si, mas allá de toda duda, Bachelet es inefable.
Pero su pasión por los derechos humanos tiene un límite. Cuando se detectó que en el Servicio Nacional de Menores organismo estatal a cargo de los menores desvalidos, durante sus dos gobiernos y otros mas durante los 11 últimos años, se habían violado brutalmente los derechos humanos de miles de niños; se habían asesinado o dejado morir por descuido y abandono –desnutrición y piojos- a mas 1336 niños y niñas y incluyendo violaciones, apremios ilegítimos, prostitución forzada, golpizas y brutalización y se iniciaron las investigaciones del caso, agitó a todo su staff ministerial para evitarlas y cuando ellas concluyeron en la identificación de la culpable de los últimos y mas graves hechos, detuvo e impidió el reconocimiento político, por parte del Congreso, de la responsabilidad de sus dos gobiernos, centrada en su protegida, Javiera Blanco.
La mayor y mas grave violación a los derechos humanos de niños y niñas desvalidos de que haya memoria en Chile, para Bachelet no alcanza a igualar la violencia de un número similar de muertes de integrantes de bandas armadas que intentaron enfrentar a las FFAA de Chile.
Por cierto, es inefable.
Durante su primera administración el gobierno de Bachelet contó con exitoso apoyo y simpatía comunicacional y con el control positivo de los partidos políticos de la Concertación. Contó con abundantes recursos financieros producto del super ciclo positivo del precio del cobre con lo que su gestión económica, pasiva y repartidora de bonos y subsidios, le permitió salir con una buena aprobación popular, sobreviviendo a desastres de gestión e irresponsabilidad personal como el caótico manejo del maremoto de febrero del año 2010 y su también turbia investigación.
En su convicción de que había hecho un buen gobierno presentó su candidatura para el año 2015 ,la que ganó holgadamente.
Desde el comienzo su gestión fue inaudita. Dejó de lado a los partidos políticos de su Nueva Mayoría, armó un equipo político al mando de un oscuro hombre de su confianza personal –Rodrigo Peñailillo- y un inepto economista a cargo de Hacienda a los que tuvo que sacar rápidamente.
Todo marchó mal, al cabo de un año ya estaba a la vista el fracaso. Su proximidad al chavismo fue un arcaísmo patético; arruinó la educación con propuestas demagógicas y mal implementadas; creó una ley de impositiva que aun nadie entiende pero que paralizó la economía e incrementó la cesantía; difundió entre la ciudadanía la idea de que toda participación privada en la generación de bienes o servicios con connotación social era éticamente reprobable, negativa e injustificada. Lanzó ideas de reformas previsionales demagógicas y lo mas reprobable de todo, implantó una política en que todo vale para seguir en el poder, cuyo peor, mas inmoral y mas cruel ejemplo es el desconocimiento del genocidio del Sename, para evitar que sus consecuencias pudieran derivar en una acusación constitucional a su persona o estropear su postulación a un cargo en Naciones Unidas.
Su nefasto gobierno ha llegado a su fin, ¿qué deja detrás suyo?, daño económico, agudización de los conflictos y antagonismos sociales, debilidad política, deterioro institucional, la muestra final es la entrevista efectuada por la franquicia de una cadena televisiva norteamericana en Chile -CNN- en que una periodista de segunda línea le impone la agenda del canal y fabrica una noticia que luego amplifican con comentarios y “debates”: el cierre del Penal de Punta Peuco en que están los prisioneros militares, “caballo de batalla” de ese medio. Este último hecho es el último clavo en su ataúd político. La pérdida de la autoridad y del respeto a su cargo.
No fue capaz de resolver el último problema grave de la transición –la persecución arbitraria e ilegal a los militares- , cedió a las imposiciones económicas e ideológicas del Partido Comunista y se hizo cómplice histórica de la página mas negra de las relaciones entre los políticos y las FFAA. Una página que no tendrá “perdón ni olvido”.
Su primera administración no dejó nada y la segunda menos.
Pero eso ya es pasado. Bachelet y su lote se acabó. Falta ver que pasará con Piñera, el segundo presidente que será reelegido. Su primera administración dejó buenas marcas económicas, pero eso no hace a un estadista. Lo que mas lo aproxima a ello fue su manejo brillante del maremoto y sus desastrosos efectos. Pero no basta, lo que hace grande a un presidente es la marca que deja en la política, en el devenir de la república. Aylwin inició la transición favoreciendo a sus parciales, indultando a los extremistas, estableciendo una institucionalidad democrática sólida y conservando las políticas económicas del Gobierno Militar. Pero no pudo con el odio del PS ni con el del PC. Fue el precio de su apoyo.
¿Será Piñera un estadista capaz de cerrar la transición y poner de nuevo a Chile en marcha como una patria de hermanos?, ¿será capaz de sobreponerse a la máquina económico-judicial del PC que enriquece a sus abogados, jueces y partidarios con cargo al estado? ¿o se sumergirá en la larga lista de gobernantes del montón?.
Lo veremos.
Fernando Thauby,
CARTAS AL DIRECTOR: BLOGS EL MERCURIO.
Señor Director:

Punta Peuco es una infraestructura que fue construida para ser un penal, cuenta con todas las características de una cárcel, y Gendarmería la administra como tal. Los internos ya fueron discriminados, al haber sido procesados mediante el sistema procesal antiguo, con todas las desventajas que involucra para el acusado. Con seguridad, muchas de las pruebas que se han acogido como válidas no lo serían en el nuevo sistema procesal. Son los únicos procesados que han sido condenados cuarenta años después de los hechos por los cuales fueron juzgados. Son los únicos, dentro de los cuales varios han sido condenados recurriendo a ficciones jurídicas, a la aplicación de normas con efecto retroactivo, o solo por presunciones. Es el único penal cuyos internos tienen un promedio de edad superior a los setenta años, algunos de los cuales murieron cumpliendo sus condenas.

Una parte no menor de los condenados, en la época de los hechos, eran subalternos que cumplían órdenes. Los verdaderos responsables en la mayoría de los casos ya fallecieron. De allí que existan internos con altas sentencias, pese a la calidad pretérita de subordinados. Por ello, una medida pareja como cerrar el penal, sería muy injusta.

Las autoridades políticas del país resolvieron y mantuvieron durante los últimos cuatro gobiernos la decisión de ocupar Punta Peuco para el cumplimiento de condenas por parte del personal militar sentenciado por causas de derechos humanos. La segregación carcelaria es una norma que existe en muchos países. Los recintos penales para militares y ex militares es una de ellas. De allí que sería inexplicable que hoy, las mismas autoridades de ayer, sin que medie hecho alguno que lo amerite, salvo la presión permanente y articulada de una minoría ideologizada, cambien las decisiones de antaño. También sería difícil de entender el que se tome una resolución de este tipo con el personal militar, en contraste con la forma magnánima mediante la cual el Estado liberó y perdonó a delincuentes políticos, algunos de los cuales incluso en democracia cometieron crímenes de sangre.

Espero, en aras de la justicia y de la ecuanimidad, así como por el bien de Chile y su reconciliación, que las altas autoridades de la República sepan tomar resoluciones en las que prime el criterio de estadista por sobre el de partidario.

Óscar Izurieta Ferrer .

Otra de la MultiGremial FF.AA.:
Cuando Instituciones fundamentales del país muestran impúdicamente a los ciudadanos sus agrietados cimientos, tratando de ocultar un genocidio infantil,un canal de televisión encuentra que el cierre de Punta Peuco es, en estos tiempos, un tema de alta relevancia para el futuro de la Nación, por lo que merece ser consultado a la Presidente de la República y esta autoridad, en forma bastante ambigua, responde como queriendo dejar en el aire, tamaña preocupación nacional.

Para el personal en retiro de las FF.AA., de Orden y Seguridad Pública, esto no es nuevo pues, desgraciadamente, las noticias de errores, colusiones, leyes mal elaboradas, negociados de autoridades y dirigentes, negligencias inexcusables, abusos, delitos de prevaricación y otros, son pan de cada día y, al igual que don Evo Morales es habitual se busque también en Chile distraer la atención a como dé lugar, y Punta Peuco es perfecto para lograr dichos objetivos.

La Multigremial no va entrar en el juego y menos, cuando el actual gobierno ya es cosa del pasado aún cuando se reconoce que éste todavía tiene capacidad para maltratar a quienes no se pueden defender, situación que no preocupa en demasía, pues militares y policías fueron educados y entrenados para soportar daños.

Un Presidente trabaja el día a día y un Estadista forja la historia. El eliminar las arbitrariedas e ilegalidades que se cometen a diario contra el personal en retiro y dar corte definitivo a un problema que en su esencia es político y no judicial, es tarea de aquellos que ofrecen sus servicios para conducir en breve tiempo, los destinos del país.

¿Entre tantos servidores públicos que luchan por ejercer la presidencia, habrá algún Estadista que quiera forjar la historia?


Alejo RIQUELME Solís
Presidente
Multigremial Nacional del Personal en Retiro de las FF.AA., Carabineros, PDI y
Montepiadas.

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