sábado, octubre 17, 2015

LA ARAUCANÍA: IMPUNIDAD Y VERGÜENZA.



¿De qué otra forma calificar el reciente fallo de la “justicia” que recibió el comunero mapuche Guido Carihuentro Millaleo por otro atentado en La Araucanía?
La noche de año nuevo, en la comuna de Freire, al sur de Temuco, Carihuentro Millaleo, junto a otros ocho individuos, perpetró un atentado incendiario quemando en forma sucesiva tres camiones y dos maquinarias agrícolas,  dejando a su propietario, Alejo Vielma, con el capital de toda su vida destruido.
Esa noche el cuidador del pequeño predio atacado, en un acto de defensa, repelió con disparos el ataque y dejó herido a Carihuentro Millaleo, lo que permitió su captura por parte de la policía. En el lugar se encontraron panfletos alusivos a la “causa” indígena, acelerantes en cada una de las máquinas destruidas y rastros del mismo acelerante en el comunero.
Con tanta evidencia era imposible que el imputado no recibiera una adecuada condena, más aún si no prestó colaboración en la investigación.
Pero sucedió lo que en La Araucanía ya ha pasado tantas veces. El fallo de la justicia determinó la culpabilidad del imputado, pero decidió que no pasará ni una sola noche preso, quedó libre y salió caminando del tribunal, que además  determinó  que el daño causado, avaluado en 160 millones de pesos, debía repararlo con un pago de quinientos mil pesos. Sí, leyeron bien: apenas medio millón.
Estas noches el autor el atentado podrá dormir tranquilo en su casa y podrá compartir libremente con los otros autores del ataque incendiario, mientras que la víctima deberá desvelarse para ver cómo cancela a los bancos el valor de sus máquinas que hoy son fierros retorcidos. ¿Qué pasa con la justicia en nuestro país?
Lo peor de todo es que los atentados siguen sin control. En los últimos días han ocurrido diferentes ataques incendiarios en La Araucanía, uno de estos en un predio vecino a donde asesinaron a los Luchsinger-Mackay. No es descabellado pensar, considerando que la gran mayoría de los criminales que mató al matrimonio de ancianos está libre (ni siquiera han sido identificados), que los autores de los últimos actos violentistas sean los mismos. Y aun así, pese a la constante amenaza bajo la que viven agricultores, pequeños parceleros, transportistas y tantos más, esta justicia se permite dejar en libertad al comunero Carihuentro Millaleo. Es descarada la impunidad de la que gozan estos delincuentes. Es incomprensible, casi un insulto a las víctimas. Y lamentablemente, mientras los jueces sigan sin hacer lo que corresponde (condenar sin indulgencia ni privilegios), me atrevo a decir que, a la vergüenza del fallo que permitió a Carihuentro Millaleo estar hoy en su hogar, hay que agregarle inmoralidad y cobardía.
Alejandro Martini I. 
Movimiento Paz en La Araucanía.

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