martes, diciembre 16, 2014

EL PÁLPITO DE LA CLAUDIA. 1° Y 2° PARTE.

Mientras la Claudia vive de pálpito en pálpito, es el resto de la población la que sufre por esas tincadas de la exiliada voluntaria. Recordemos que un pálpito le advirtió, tal vez desde el mas allá, que el Transantiago no funcionaría, pero igual lo implementó. No sé qué le palpitó el día del maremoto, tal vez le palpitaron las encuestas que no le perdonarían una evacuación en masa con desmanes, heridos y seguramente varios muertos, si ese mar que tranquilo nos baña no termina llevándose a Dichato.  

Hoy, la ayudista del MIR reconoció otro pálpito mas, dijo que “Mi primer sentido fue partamos por la educación pública”. http://www.elmostrador.cl/pais/2014/12/12/bachelet-y-el-deja-vu-del-transantiago-mi-primer-sentido-fue-partamos-por-la-educacion-publica/

Este pálpito, que sin duda fue cuidadosamente estudiado y redactado por el comité creativo de palacio, nos revela dos cosas. Que el gobierno da por perdida la reforma (no quiere decir que no se haga, sino que será un fracaso), y que comenzó la operación salvataje para la Claudia, nuestra Señora de los Milagros, la sonrisa que gana elecciones y permite a los tránsfugas de la Nueva Mediocridad vivir del Estado botín. Si salvan a la viejuja, se salvan todos; si la iñora se hunde, todos se hunden con ella.


En estos precisos momentos, el Elizalde y el Pencailillo están interpretando las sabias palabras de madame Bachelet. La razón de la sinrazón en plenitud. 

EL PÁLPITO DE LA CLAUDIA 2° PARTE.

Obviamente que el famoso pálpito de la Claudia es más falso que el paraíso terrenal, eso está claro, al menos para cualquier persona que entiende lo que lee. Para los que no entienden lo que leen, bueno, para esos no sé qué cosa puede estar clara y cual no.

La exiliada voluntaria, quien ha construido su carrera política post terrorismo en base a sonrisas, silencios, frases rimbombantes y obviedades, se sumó a la mayoría (una vez más), al asegurar que la clave de la reforma educacional es comenzar por la educación pública, o como se le ha denominado al proceso revolucionario, “fortalecer” la educación pública. No explicó la razón por la que comenzaron por la quita de patines.

Esta postura dice que si agregamos todo el dinero posible (dinero de los ricos, claro) y lo “gastamos bien”, especialidad en la que el Estado no es particularmente hábil, la educación pública logrará un nivel tan espectacular que superará en calidad a la educación particular, y así los apoderados decidirán voluntariamente matricular a sus hijos en esta nueva y revolucionaria educación del “Chile que todos queremos”. La teoría es maravillosa; la puesta en práctica aun nadie la conoce, sin embargo, mucha gente ya compró la idea de obtener por este medio una educación pública, gratuita, de calidad y sin fines de lucro ajeno. Probablemente son los mismos que no entienden lo que leen, y algunos de ellos ni siquiera lo que ven por televisión.

Evidentemente que esto es solo una teoría utópica y absurda, si las cosas funcionaran así, podríamos aplicar el mismo procedimiento en salud, vivienda y por qué no, en un invernadero de jugosos tomates o en la panadería de don Miguel (se llama marxismo). No, esto no funciona así, y los socialistas lo saben, por eso comenzaron con la quita de patines. Otra cosa es que la famosa quita de patines, para sorpresa de la izquierda, no haya tenido salida en lo que se denomina “la clase media emergente que salió de la pobreza gracias a los gobiernos de la Concertación” (léase, “el modelo heredado de la dictadura”).

Esto no solo lo sabe la Ayudista del MIR, también su amigote Eyzaguirre, con quien compartió fogatas playeras amenizadas con guitarras, versos de Víctor Jara y algún puchito de “la guena”. Lo sabe el ministro de educación venezolano, ese que pretende sacar a la gente de la pobreza, aunque no llevarlos a la clase media opositora (la misma que en Chile no quiere que le quiten sus patines). Lo sabía Mao, Lenin, Stalin, Allende, Altamirano, el tío Erich, y toda la jauría. Lo sé yo, y lo saben todos los que entienden lo que leen y cambiaron a sus hijos desde la educación municipal a la particular subvencionada, y no los quieren de vuelta en el colegio en toma perpetua. Por algo será.

Máximo.

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