sábado, enero 18, 2014

4 AÑOS PERDIDOS.

Sebastián Piñera también es responsable de la radicalización de la centro izquierda. Cada vez que él o alguno de sus apologistas celebraba “lo que la Concertación no hizo en 20 años”, esta se corría un metro a la izquierda.

El presidente Sebastián Piñera sostiene que bajo su gobierno, “recuperamos la capacidad de crecer, de crear empleo, de mejorar los salarios, de aumentar la inversión y las exportaciones, de tener una productividad positiva; recuperamos los equilibrios fiscales, fomentamos la innovación y el emprendimiento”. Está equivocado. Un Presidente no puede hacer absolutamente nada para aumentar el intercambio libre de bienes y servicios, por el contrario, lo único que puede hacer un político para aumentar el intercambio, es disminuir o eliminar su nivel de intervención en el mercado.
La pregunta que deben hacer los críticos a Piñera es, si su gobierno destrabó o disminuyó la intervención del Estado en el intercambio de bienes y servicios. Seguramente los macroeconomistas dirán que “de acuerdo con el Freedom Economic Index 2013, Chile es el 7º más libre del mundo”. Sin embargo, la base parece usar el informe para medir la libertad en Chile, es el precio del cobre, que estuvo muy alto entre el 2010 y fines de 2013; pero el gobierno no tiene ninguna incidencia en el precio del cobre. Antes que asumiera Piñera, el precio del cobre estuvo más bajo, pero no fue por culpa del gobierno anterior sino por la deflación en el precio de las materias primas, generada por la crisis inmobiliaria en Estados Unidos. El informe reconoce que Piñera subió impuestos (2 veces) y que ha trabado proyectos de energía. El Mercurio le preguntó a Sebastián Piñera si estaba de acuerdo en que una de las grandes falencias de su gobierno fue el área energética, a lo que Piñera contestó que “este es el cuarto año de sequía”, cierto, pero ¿explica eso la falencia en energía? preguntó nuevamente El Mercurio. El presidente no tuvo otra alternativa que cambiar de tema.
Este gobierno no ha tenido ninguna iniciativa para aumentar la libertad. De hecho, creó leyes que restringen el consumo de alimentos considerados “malos” y otras que restringen el consumo de tabaco y alcohol. Además, creó dos sistemas piramidales (posnatal de 6 meses y 7% de los jubilados) que no agregarán un peso al producto y que su financiamiento se hará cada año menos sustentable, debido a la expansión constante de los programas sociales.
Esta era la oportunidad para flexibilizar el mercado laboral, de aprobar proyectos energético; de eliminar los subsidios millonarios al cartel del CRUCh y a las teleseries de bajo rating; de eliminar el impuesto específico a los combustibles; de desregular los sistemas privados de  salud y pensiones, etc. Nada de eso se ocurrió, porque el electorado de Piñera firmó un cheque en blanco. Piñera tuvo especial cuidado de que en su programa abundaran las ofertas  (posnatal de 6 meses y 7% de los jubilados), pero no detalló ninguna reforma económica, en su lugar subrayó los objetivos que buscaba. Cuando un presidente dice que creará empleo y no dice cómo, es porque no tiene pensado en destrabar la creación de empleo. La misma regla se puede usar para crecimiento económico, salud, educación, delincuencia, etc.
Sebastián Piñera también es responsable de la radicalización de la centro izquierda. Cada vez que él o alguno de sus apologistas celebraba “lo que la Concertación no hizo en 20 años”, esta se corría un metro a la izquierda. Si un gobierno de derecha se corre hacia “el centro”, la centro izquierda no tiene otra opción que asumir posturas más radicales, al punto de permitir que el partido más extremo de la izquierda, sea tomado como referente principal de la oposición al “centrista” Piñera. Si el partido del 4,11% del electorado dice “a la calle”, todos salen a la calle, si dice “negociemos”, se negocia. Cabe recordar que la centro izquierda expulsó a aquel partido de la Alianza Democrática a mediados de los ‘80, pero hoy, no solo les piden que vuelvan, además les permiten exigir condiciones, cupos protegidos y participar en el diseño del programa de la presidenta electa.
Francisco J. Salinas B.

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