domingo, mayo 26, 2013

CUBA: LA ISLA DE LOS HERMANOS CASTRO.




Cada cual que piense como quiera, yo lo que quiero es la libertad para Cuba. Total y completa. Y considero que la libertad sólo se logrará a través de la guerra, de la violencia, de las armas, de la clandestinidad, de los cañonazos.  
Fidel y Raúl  Castro no se van de allí por las buenas, ni tratándolos de convencer con palabras, ni con pacifismos, ni con coba. Y lo que es peor aún,  tampoco ninguno de los generales, ni ninguno de los altos dirigentes de la tiranía van a correr despavoridos por gusto.  
Por las buenas se morirá Fidel en su cama y a Raúl lo sustituirá su hijo Alejandro Castro  Espín y Cuba seguirá siendo esclava por los siglos de los siglos. Es más, dentro de 100 años el dueño de la Isla será un tataranieto de Ramiro Valdés.  
Esa es una jauría que sólo entiende a tiros y bombazos. Está más que demostrado que no se van del poder, que no compartirán la piñata con nadie. Yo estoy seguro que Raúl Castro quiere que sus herederos (hasta una quinta o sexta generación) estén al frente de la nación y de la eterna tiranía comenzada por él y su hermano.  
Ahora mismo se habla de "recomendaciones de un grupo de académicos para lograr la normalización de relaciones con Cuba". Pura bobería. Para mí que eso no logrará nada. Y mientras el masoquista Guillermo Fariñas le envía un mensaje de amor y esperanza a los represores yo considero que la solución es barrer del mapa a Fidel, a su hermano y a toda la plana mayor del régimen. Sogas y ceibas para los represores. ¿Qué eso no se puede hacer? ¿Usted cree que esto es imposible hacerlo? Bueno, pues entonces perdimos a Cuba para siempre.  
Si no podemos hacer la guerra, si no podemos combatir contra la tiranía violentamente entonces “apaga y vamos”. Hay fidelismo en Cuba por 200 años más.    
La juventud cubana está obligada a luchar violentamente. Si no tienen los recursos entonces estamos obligados a buscarlos, a pedirlos, a encontrarlos. Yo sé que esta opinión mía les provocará la risa a muchísimos compatriotas.  
Pero en realidad todos sabemos (aunque la inmensa mayoría prefiere negarlo, ignorarlo o burlarse) que la única forma de recobrar a Cuba es a la fuerza, por las malas. De lo contrario, no hay Cuba libre para nosotros. Sólo una nación donde tenemos (y tendremos) que pedir permiso para visitarla.  
Una Cuba que no es nuestra, ni será nuestra, ni será de nuestros hijos ni de nuestros nietos. Una Cuba que será de los nietos de Mariela Castro. Y un Miami donde pronto aparecerán en todas partes las banderas del 26 de Julio. Nuestros descendientes serán cubanitos en el extranjero o irán allá sólo recibiendo el visto bueno de los descendientes de Abelardo Colomé Ibarra y del General Leopoldo Cintras Frías.  
Yo creo que este 20 de Mayo quizás yo sea uno de los pocos que levante su voz, y diga esta gran verdad: o luchamos con todos los hierros o perdemos a Cuba para siempre. Dos balas resuelven más que miles de celulares. 10 ladrillazos en las cabezas de 10 coroneles logran más que un millón de súplicas. 
Sí, podemos celebrar y conmemorar en el exilio otro 20 de Mayo más, pero de la única forma en que logramos un 20 de Mayo en Cuba como el de 1902 es imitando y emulando a José Martí, a Máximo Gómez, a Calixto García, a Antonio Maceo y a todos los que hicieron la guerra de los 10 años y la Guerra de Independencia.  
Esto no es un alarde, ni una incitación, es simplemente una firme creencia basada en el comportamiento de los que se adueñaron de nuestro país en el año 1959 y quieren seguir ahí para siempre, eternamente. ¡Hay que darles candela como al macao para que suelten!

Esteban Fernández.
Nuevoaccion.com

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