domingo, agosto 19, 2012

RECETA PARA MANIPULAR ADOLESCENTES INDIGNADOS.


Noam Titelman, Camila Vallejo y Gabriel Boric.


Como buen revolucionario, usted sabe lo conveniente que resulta valerse de adolescentes como carne de cañón en una causa desestabilizadora: tienen apariencia simpática, trabajan gratis, son inimputables, están dispuestos a todo, y resultan fácilmente desechables cuando ya no sirven.
Aquí van unos consejos, estimado compañero, que le ayudarán a disponer de tan valioso elemento mientras usted sigue todo por internet, tan tranquilo.
Como usted es una persona ocupada, hagamos un resumen ejecutivo, porque todos los consejos se reducen a uno: consiga sacar a los adolescentes de las circunstancias normales de la vida, ésas que, con su apariencia gris y, a veces, monótona, van forjando el carácter y nos otorgan el sentido de la realidad. Póngalos usted en situaciones completamente excepcionales, que fomenten sus fantasías de grandeza, y los lleven a elegir el camino más fácil creyendo que es el más heroico. Consiga que todos hablen de ellos, que se sientan únicos, y que piensen que sus reivindicaciones son del todo singulares.
Después, métales en la cabeza la idea de la responsabilidad universal. Su deber no puede ser algo tan nimio como dedicarse al estudio, para abandonar de a poco la lamentable ignorancia con que todos nacemos. Ellos no están para tomar apuntes y tratar de entender lo que dijo alguien hace quizá varios siglos. Lo suyo son las cosas nuevas y grandes. Sáquelos de lo real, de lo posible, haga que lo desprecien como insignificancias propias de gente conformista.
Acostúmbrelos a razonar en términos de caricaturas. Si oyen "político", que piensen en "corrupto"; que "empresario" sea "chupasangre"; "católico" signifique "pedófilo", y "militar", "asesino". Por favor, que cuando escuchen la palabra "izquierda" jamás piensen en Ricardo Lagos, sino en Ernesto Guevara, y que cuando alguien hable de "derecha" asocien en sus mentes no la figura de don Jorge Alessandri o De Gaulle, sino la de Adolf Hitler. Estas asociaciones mentales son muy importantes y fáciles de conseguir.
También es fundamental que desprecien la historia, esa peligrosa disciplina que nos hace descubrir que no somos tan únicos como creíamos, ni nuestros problemas resultan muy originales. En todo caso, deben creer que la conocen a la perfección. ¿Cómo producir este resultado aparentemente tan contradictorio? Si consigue que, de la izquierda, sólo conozcan su versión de combo McDonald's, leyendo, por ejemplo, "Las venas abiertas de América Latina", de Eduardo Galeano, habrá obtenido eso y mucho más, porque sus lectores adolescentes actuarán como poseedores de la llave de la historia, y se sentirán dispensados de conocer cualquier otra cosa. Asegúrese que por ningún motivo vayan a leer a Karl Popper, C. S. Lewis, el evangelio de Lucas, George Orwell o a Bernard Crick.
Métales en el cerebro, cuanto antes, el relativismo cultural. Deben repetir como mantra que "todas las expresiones de la diversidad humana son igualmente valiosas", y que "resulta una arrogancia inaceptable hablar de ciertos modelos de humanidad". Para ellos, la Séptima Sinfonía de Shostakovich debe valer tanto como "La cumbia del orangután", y "Eleanor Rigby" tener el mismo peso que "Boyfriend" de Justin Bieber. Que no necesiten ni a Shakespeare, ni a la Biblia ni a la Mistral.
Si cree que todo esto es muy difícil, enciérrelos cuanto antes en una "toma" de un establecimiento educacional. De esta manera, los mantendrá alejados de libros y cuadernos, alterará de inmediato sus horarios de sueño, y los pondrá en un ambiente perfectamente artificial, donde el contacto con el mundo se reduce a la gente que ellos dejan entrar, a los carabineros que ven en el exterior, a Twitter, y a una pantalla de televisión en donde sólo se habla de ellos y sus notables hazañas.
En ese contexto será muy fácil que desprecien el diálogo, considerándolo un signo de debilidad, y abominen de cualquier vestigio de autoridad o paternalismo.
Por último, no se preocupe si no logra seguir todos los consejos que aquí se sugieren. Basta con que obtenga la mitad de ellos para que esos adolescentes indignados estén haciendo de manera gratuita todo lo que usted quiere y necesita.
Pero, por favor, haga lo posible para que se mantengan en toma, porque nunca los tendrá en una burbuja tan adecuada para recibir todo aquello que usted, tan benévolamente, quiere darles.
JOAQUÍN GARCÍA HUIDOBRO.
MERCURIO ON LINE.

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