LOS JUECES DE IZQUIERDA.
Hernán Larraín, sostuvo en el ámbito de una reunión privada de la UDI que “si miran y analizan, la mayoría de los jueces del país son de izquierda” y que el gobierno buscará que el Poder Judicial tenga modificaciones, tanto en la designación de los magistrados como en el sistema garantista que ha caracterizado al nuevo procedimiento penal.
Tanto la Asociación de Magistrados, como el vocero de la Corte Suprema, rechazaron las apreciaciones del ministro de Justicia. Mientras la agrupación gremial, a través de su presidente Álvaro Flores, sostuvo que el partido de los jueces es la ley y la Constitución -aunque sí comparten que el mecanismo de designación de la judicatura es opaco-, Milton Juica, por su parte, afirmó que las palabras del Ministro Larraín, significarían “un profundo retroceso” con “un dejo de amenazas que va a tener el Ministerio de Justicia para la designación de jueces”.
En la sección Cartas al director de El Mercurio (11-04-18) don Raimundo Almarza Wacquez escribe “Llama la atención que el mismo Juica, en su calidad de presidente de la Corte Suprema,no fue a visitar al Presidente Piñera, una vez elegido el año 2010. Y que en su momento el vocero de la Corte Suprema, justificó el desaire, porque en su opinión se trataba de ‘una opción personal, y sobre opciones personales nadie puede comentarlas, ni menos yo criticarlas ¿Qué le parecería al ministro Juica que el Gobierno hubiera dicho que esa fue una opción personal del ministro Larraín, y que al igual que con ausencia del 2010, nadie está llamado a comentarlas ni criticarlas? Tal vez llegó el momento de la autocrítica del ministro Juica”.
Inesperadamente, en la misma sección de El Mercurio -Cartas al director- Carlos Aránguiz, ministro de la Corte, opinó “no creo que el ministro (Larraín) haya faltado tanto a la verdad (…) me ha llamado la atención la agresividad del vocero de la Corte Suprema Milton Juica en relación a los dichos sobre los jueces en un coloquio privado del ministro de Justicia (también) ha sobrerreacionado el presidente de la Asociación de Magistrados apoyando a Juica. Porque si conociera realmente la historia de su gremio, desde su fundación ha sostenido una permanente pugna entre funcionarios de izquierda, de centro y de derecha…” Clarísimo en su apreciación el ministro Aránguiz. Porque la designación de los jueces siempre depende del Poder Ejecutivo con el acuerdo del Senado; después de casi tres décadas -con el breve paréntesis de la administración de Piñera el 2010-, el asunto es de una obviedad absoluta. Recordemos que el ministro Alfredo Pfeiffer, desde el 2004 espera su ascenso desde la Corte de Apelaciones de Santiago a la Suprema. El Senado, de mayoría de izquierda por supuesto, siempre le ha negado esa promoción, aunque siempre figura en el primer lugar de la quina, por antigüedad y mérito. Llevó el Caso del asesinato del senador Jaime Guzmán y condenó a los FMR que cometieron el crimen. Por lo tanto su posición en “el tema de los DDHH” resultó determinante, frustrando su carrera.
O el caso del destituido ministro de la Corte Suprema Hernán Cereceda Bravo quien no era de izquierda precisamente. Pero la “dispersión” de votos en el Senado permitió su remoción. Tres representantes de Renovación Nacional: Ignacio Pérez Walker, Hugo Ortíz de Phillippi y … Sebastián Piñera se alinearon con la Concertación y Cereceda perdió su puesto en 1993. Desde aquella época, otros ministros, ajenos a la “sensibilidad” de izquierda fueron acusados constitucionalmente pero no se recuerda el caso de magistrados cercanos a la izquierda, así maltratados. De manera que está claro eso de izquierda, centro y de derecha en el Poder Judicial.
En otra situación más cercana en el tiempo, el actuario Francisco Castillo que trabajaba con el ministro Mario Carroza, fue alejado de sus funciones al sostener en redes sociales “porque de primera mano sé que lo que busca no es justicia, es venganza” refiriéndose a las actuaciones del señor Carroza en los juicios contra militares. ¡Para qué seguir!
En fin. Hernán Larraín dio por “superado” este desencuentro con la Suprema señalando que “yo siento que las cosas de repente pueden pasar por momentos de tensión, pero las relaciones institucionales son permanentes y nosotros vamos a continuar con ellas con mucho interés” aunque ciertamente, acá lo único permanente es la tensión.
Despierta Chile.
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