miércoles, enero 04, 2017

¿Y LA IZQUIERDA, CUÁNDO PEDIRÁ PERDÓN?



Reescribieron la Historia con la complicidad de los tontos útiles y de los compañeros de ruta, habituales. Desfondaron nuestra institucionalidad; dividieron la sociedad embarcados en un proyecto revolucionario que fracasó en toda la línea; su aventura apoyada por doce o veinte mil milicianos armados, fue derrotada solo por la unidad de la mayoría de los chilenos y de sus Fuerzas Armadas,
Durante 17 años se reconstruyó el país, su economía pasó de los últimos lugares de Latinoamérica a ocupar la vanguardia del subcontinente; la democracia con una institucionalidad reforzada fue regresada a la civilidad y los militares y el general Augusto Pinochet se retiraron orgullosamente a sus cuarteles con la serenidad de la misión cumplida.
Y luego, por más de un cuarto de siglo, la izquierda ahora con credenciales timbradas por las ONGs y los influyentes organismos internacionales, administró, para posteriormente lanzar por la borda, todo el sacrificio del trabajador chileno y la patriótica entrega de los militares a su nación.
Todo eso terminó porque el pueblo olvidó lo que ayer aclamaba: la Concertación se encargó de apresurar la amnesia y, una vez que el general Augusto Pinochet nos dejó, dedicó su mayor y permanente esfuerzo en neutralizar a quienes pudieran impedirles otro lance de aquellos. Claro, el pueblo borró de su memoria, el hambre, el robo de sus propiedades por parte de los comandantes castristas del 70' en el campo, la industria, la empresa, el comercio, Pero la izquierda lejos de hacerlo y de superar el trauma de su derrota histórica se embarcó en un nuevo proyecto, esta vez menos frontal pero de mayor productividad e impacto político.
Y ahí estamos. Ahora, en una muestra de ingenuidad política que habla bien de buenos corazones, nueve uniformados presos en Punta Peuco, decidieron leer en un servicio religioso, sendas cartas para "pedir perdón". Ellos fueron los señores Carlos Herrera (quien ya lo hizo anteriormente, con un muy pobre resultado); en el caso del homicidio de Tucapel Jiménez; Claudio Salazar (caso degollados); Basclay Zapata y Pedro Hormazábal, orientados según manifestaran en el escrito, por un sentimiento cristiano. 
A dicha ceremonia, a la que asistieron solo unos diez internos -en Punta Peuco hay 120 presos-, se hizo presente Solange Robert de la agrupación de "Hijos y Nietos Prisioneros del Pasado", el sacerdote jesuita Fernando Montes y Mariano Puga como "acompañante" según él mismo describió su rol en el lugar.
Pero en las afueras estaban, como no, los inefables organismos activistas de DDHH los que provocaron alborotos e increparon a Montes. Frente a La Moneda, otros protestaban (sardónicos) por "la entrega de beneficios a los militares de Punta Peuco" (desconocemos a qué tipo de "beneficios" aluden porque en concreto nada). Pero es lo de costumbre; dos pasos adelante ....
Esta ceremonia, de existir buena voluntad, pudiera tener a futuro (quizá), alguna utilidad desde el punto de vista de los militares perseguidos, condenados y vejados sin pausa. Por hoy, nada, no se alcanza a entender algún propósito objetivo claro. Más devino en otro agravio.
Porque ¿se puede hablar de "beneficios" cuando, por ejemplo el teniente coronel Álvaro Corbalán Castilla, castigado hace un año y un mes, arbitrariamente por la ministra Blanco (él tenía un celular), aún espera que Gendarmería dé cumplimiento al dictamen de la Corte Suprema de poner fin a esta sanción ilegal y abusiva, y lo devuelva a Punta Peuco? 
Hasta hoy, a semanas de lo dispuesto por el máximo tribunal del país -fue el 26 de noviembre-, Corbalán Castilla aguarda con la frente en alto, no un "beneficio" sino el CUMPLIMIENTO DE LO ORDENADO por la justicia.
Es una vergüenza lo que sucede. Un desacato sin nombre, indigno, propio de la UP cuando esto era de cotidiana ocurrencia.
¿Para esto exigían que pidiesen perdón los militares; para nuevos insultos y agresiones? Por eso el teniente coronel habló de "Noche Mala o Noche Buena?"
¿Cuándo la izquierda pedirá perdón a Chile por todos sus crímenes, esos que ocultan con el concurso de los serviles de hoy y de ayer?
Por ahora, nosotros nos quedamos, no con esa petición de perdón individual expresada por algunos en Punta Peuco, sino con las voces sensatas de personeros como el ministro de Justicia Campos y del presidente de la Corte Suprema, señor Hugo Dolmetsch, llenas de coraje y valor histórico para un reencuentro honesto, desde la verdad y no desde la consigna política mendaz.

DespiertaChile.

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