CAVAL: UNA MÁQUINA PARA DEFRAUDAR.
Resulta grotesco escuchar a Natalia Compagnon reclamar por igualdad ante la ley. Ella y su marido, entre otros -no los dueños de Penta-, han sido las verdaderas máquinas de defraudar, usando el tráfico de influencias para enriquecerse ilícitamente, contradiciendo el mensaje de igualdad que tanto vociferaron quienes apoyaron a la Nueva Mayoría para llegar al poder.
Una máquina para defraudar. Esa fue la durísima expresión que usó el fiscal Carlos Gajardo para referirse al grupo Penta durante el juicio público al cual fueron sometidos sus dueños, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín.
A la luz de los antecedentes que a posteriori surgieron, y solo refiriéndome a la arista del financiamiento a la política, los chilenos nos hemos dado cuenta de la enorme injusticia que se cometió con dos empresarios que se la jugaron apoyando económicamente sólo al sector político que los interpreta. ¿Hubo igualdad ante la ley para ellos?
No, no la hubo, porque las verdaderas motivaciones para destruir al grupo Penta tenían más que ver con pasar la retroexcavadora sobre la UDI. Por esa vía se pretendía aniquilar al partido político más grande de Chile. Para acabar con la UDI había que destruir a quienes ayudaban a financiar las ideas y el proyecto de país que dicho partido político ha representado por años. A sabiendas de que la mayoría de los demás partidos, así como un gran número de políticos de todos los sectores, usaban el mismo mecanismo de financiamiento por el cual se condenó a los dueños de Penta.
Los chilenos hemos comprobado que, a diferencia de Délano y Lavín, que financiaron sólo a aquellos candidatos que promovían un proyecto de país coherente con su propio pensamiento político, no ocurría los mismo con muchos otros empresarios —aparentemente de centroderecha— que ponían sus fichas en todo el espectro político, renunciando así a apoyar el proyecto de país en el que supuestamente creen.
Para “los Carlos” era importante apoyar a quienes promueven una sociedad libre. Ellos buscaban preservar el modelo neoliberal que permite que la iniciativa privada pueda seguir siendo el motor de nuestra economía y que todos conservemos nuestras libertades individuales. Eran contrarios a la hegemonía ideológica que ha buscado imponer el actual Gobierno, intentado arrebatarnos nuestras libertades para entregárselas al Estado.
En cambio, para esos otros empresarios, el “Dios Dinero” había que “invertirlo” en financiar las campañas de varios partidos políticos, como una forma de comprar seguridad para proteger sus respectivos negocios, independiente de quién nos gobernara.
Mientras “los Carlos” pagaron con cárcel, humillación y desprestigio su aporte financiero a la política, todos los demás aportantes de dinero han recibido un trato muy distinto tanto por parte de la Fiscalía como del Servicio de Impuestos Internos. Por lo mismo resulta grotesco escuchar a Natalia Compagnon reclamar por igualdad ante la ley. Ella y su marido, entre otros, han sido las verdaderas máquinas de defraudar, usando el tráfico de influencias para enriquecerse ilícitamente, contradiciendo el mensaje de igualdad que tanto vociferaron quienes apoyaron a la Nueva Mayoría para llegar al poder.
El Gobierno pregona igualdad, pero no la vive. Las conductas que desenmascararon a la familia de Bachelet comenzaron a cristalizarse cuando Sebastián Dávalos, sin tener mérito alguno, pudo romper con la igualdad de oportunidades haciendo valer su condición de hijo de la Presidenta. Su práctica profesional la realizó en la Cancillería, integrando de inmediato el equipo negociador del tratado de libre comercio con Japón. ¿Tenía experiencia para ello? No, ninguna. Tan sólo tres meses después de haber conseguido ese “pituto” se benefició de un contrato a honorarios que textualmente señalaba que se le contrataba para “realizar determinadas labores específicas de carácter especializado”. ¡Plop!
El matrimonio Dávalos-Compagnon en poco tiempo se transformó, según consignaba la prensa, en asesores expertos en minería, informática, cambios de uso de suelo, concesiones y licitaciones en el área salud, medio ambiente, etc.
Hoy, cuando la justicia pareciera querer cerrar el cerco sobre ellos, han resuelto contraatacar poniendo el foco sobre La Moneda, dando señales a la Presidenta de que ellos no están dispuestos a lanzarse al agua solos, porque sabrían quiénes más han participado de esta verdadera máquina para defraudar.
Gonzalo de la Carrera Correa, ingeniero comercial UC.
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