sábado, mayo 02, 2015

DE TEXTOS Y CARABINEROS.


El texto escolar que pretendía distribuir el Instituto Nacional de Derechos Humanos, en el que se calificaba la conducta de Carabineros de Chile durante las marchas del 2011 como “represiva” y contraria a los DDHH, fue demasiado. Casi le cuesta el puesto a su directora (y en Chile eso es importante, ya nada le cuesta el puesto a nadie). Otras noticias más recientes han hecho que el episodio quede en el olvido, pero algo que me ocurrió el fin de semana pasado me lo trajo de nuevo a la memoria. Fui a la Feria del Libro en la Biblioteca Municipal de Concepción y se estaba mostrando un documental sobre patinadores (sobre todo skaters) y carabineros, que, por supuesto, impedían el libre ejercicio del patinaje. Nada personal en contra de los skaters (“skateboarding is not a crime” me enseñó un querido amigo que trabajaba en el Bronx), pero, además de las imágenes en terreno, el documental contenía entrevistas a académicos que hablaban de cosas como el control social, del aparato policial como agente del poder, etc. No había mucha gente viendo ese documental el sábado en la tarde, cuatro o cinco personas, a lo más. La mayoría estaba al frente, en el Parque Ecuador, caminando o sentada en un banco viendo jugar a los niños, inconsciente de cosas que se piensan y se dicen, y que poco a poco van cambiando la sociedad.

Me pareció admirable –en cierto sentido– el trabajo de personas como los documentalistas: una gota de agua en un río, pero una gota que hace su pequeño trabajo de erosión, que unida a otras adquiera la fuerza de un gran caudal. El texto del INDH llamó la atención, cruzó un límite y hubo de dar marcha a atrás. El documental exhibido en la Feria del Libro, en cambio, pasó desapercibido y pudo exhibirse sin que nadie mostrara un punto de vista contrario. Los comentarios que clase a clase hacen académicos acerca de dispositivos disciplinarios, sociedad castigadora, etc. van quedando en las mentes de los alumnos. Y a pesar de que las teorías, y los documentales y textos de difusión que se fundan en ellas tengan una lógica interna, no salen bien paradas frente a la realidad: los cientos de personas que se esparcen libremente en el Parque Ecuador, las pocas personas que en la misma Biblioteca ven tranquilamente ven en un documental en que se ataca a Carabineros de Chile, pueden hacerlo porque hay carabineros dispuestos a rendir su vida en defensa del orden que permite todo eso. Después de todo, si uno de esos académicos que ironiza sofisticadamente sobre la policía, o la directora del INDH, se encontraran una noche con algún desconocido dentro de la casa ¿acaso no llamarían a los carabineros que rechazan? Derechos como la vida, la propiedad o la libertad concreta de poder salir tranquilamente de la casa, necesitan que alguien los defienda, con fuerza cuando la razón no basta.

Federico García Larraín.

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