miércoles, septiembre 04, 2013

1970 - 2013.



Todavía los chilenos no podemos evitar el karma de destruirnos cada cuarenta años, con todo lo que ello significa. Podemos encontrar algunas semejanzas entre 1970 y 2013. O mejor, dicho algunas semejanzas entre lo que dicen algunos actores políticos, sobre todo, de la Izquierda. 
 Para el resto del mundo, Chile es un modelo, cuyo modelo el conglomerado ‘La Nueva Mayoría’ desea llevar al país “por las buenas o por las malas” a políticas que fracasaron en todo el mundo, partiendo en primer lugar por la Unidad Popular. Igualmente, Chile hace más de cuarenta años era un modelo, desde el punto de vista de las instituciones políticas, no desde el punto de vista económico.
Allende se declaraba abiertamente partidario del bloque comunista antes de ser electo. Recuérdese el homenaje a Stalin en la plaza de Santiago De hecho, antes de ser electo, previo a las internas que hubo en el Partido Socialista, cuenta James Whelan autor “Out of the Ashes: Life, Death and Transfiguration of Democracy in Chile, 1833-1988” que “Allende se encontraba viajando, oficialmente invitado por Corea del Norte, Vietnam del Norte (donde fue uno de los últimos líderes marxistas del mundo que vieron a Ho Chi Minh con vida) y Cuba”. Del dictador cubano, Fidel Castro esperaba su bendición. Castro no estimaba mucho Allende. Admiraba Ernesto Che Guevara, al mencionado líder de Vietnam del Norte y al chino Chou en Lai. A Todos los conocía. Bachelet solapadamente dice lo mismo, sin tanto alboroto ni retórica como Allende Su presencia en velatorios de comunistas muertos o con los vivos, como Margot Honecker. Su saludo al centenario del Partido Comunista. Su alegría cuando salió electa la primera alcaldesa comunista y los tres diputados de ese partido. Ella siempre se ha sentido bien con el comunismo. Usan eufemismo para engañar a las personas.La ex mandataria en su actual campaña habla en un lenguaje ambiguo, como varios han señalado,entre ellos Hermógenes Pérez de Arce y el ex mirista Mauricio Rojas. Lo mismo hacía Allende. No obstante lo anterior, algunas expresiones vuelven a repetirse. Por una parte, Michelle Bachelet dijo recientemente sobre la nueva Constitución : "Quiero que los cambios constitucionales se hagan por la vía institucional, que podamos elegir más parlamentarios, y yo me quedaría hasta ahí. Si la realidad va hacia otro lado, miraremos cómo hacemos para efectivamente avanzar en Chile". Por otra parte, Salvador Allende dijo al marxista Régis Debray: “Por supuesto…Hemos dicho que vamos aprovechar todas las oportunidades que hay en la actual Constitución para abrir camino hacia una nueva Constitución, la Constitución del pueblo…Si proponemos un proyecto y el Congreso lo rechaza, convocaremos un plebiscito”. ¿El asesor de Bachelet, el profesor de la Adolfo Ibañez, Fernando Atria no ha dicho lo mismo?
Allende declaraba que ‘la mayoría lo había elegido’ y que aceptaba el camino hacia el socialismo marxista. En la elección municipal de 1971 hubo un 25% de abstención comparado con los 19% habituales. En efecto, existía cierta complacencia en el electorado debido aún pequeño auge económico. Sin embargo, James Whalen, cita las palabras del profesor Paul E. Sigmund, simpatizante de Izquierda en esa época: “Allende actuaba como si tuviera ese apoyo (de la mayoría) pero, aún en su punto más alto de su popularidad, las elecciones de abril de 1971, nunca lo logró”. En las primarias efectuadas en junio, Bachelet y sus secuaces hablaban como si la mayoría de los chilenos aceptará sus propuestas. La daban por ganadora. La candidata de la Nueva Mayoría salió electa con más de un millón de votos. Sin embargo, el 80% de las personas inscritas no fue a votar a las primarias. Esa mayoría que no fue a votar, naturalmente, quiere enmendar las injusticias que haya. Sin embargo, en el fondo son unos complacientes. Con todo, no desean que lleguemos a la situación de Venezuela, o reeditar la Unidad Popular. 
 Un mito que inventó la Izquierda, es decir que Allende respeto la ley y la constitución. Allende asesorado por el jurista Eduardo Novoa, autor de ‘los resquicios legales’ durante la Unidad Popular, pretendían reemplazar la Constitución de 1925 que consideraban ‘burguesa’ por un constitución proletaria y marxista, teniendo el parlamento una cámara. Hoy, la Nueva Mayoría en vez de Eduardo Novoa tenemos a Fernando Atria, que pretende cambiar la constitución “por las buenas o por las malas”. En ambas coaliciones, la Constitución que rigió y que rige es un obstáculo para las propuestas totalitarias de la Izquierda.
 En 1970 la Democracia Cristiana apoyaba a la Unidad Popular, hoy le da el paso a la Nueva Mayoría, que pretende cambiar las bases económicas y políticas que nos han dado prosperidad. Todavía en la Derecha hay algunos políticos como Carlos Larraín y el sector de Allamand que desean creer a gran parte del electorado, que la Democracia Cristiana no es de Izquierda. Por creen la ficción de ‘centro’. Hoy día es Ignacio Walker y Claudio Orrego quienes apoyan el proyecto liberticida de Bachelet, ayer era Radomiro Tomic, Bernardo Leighton, Renán Fuentealba y Gabriel Valdés Subercaseaux. Cito a  Whelan: “El desprecio de Tomic por la Derecha se hizo más evidente cuando entró en un pacto secreto con Allende, para bloquear las posibilidades que Alessandri pudiere tener el Congreso”. El ex canciller de Frei, Valdés tuvo una prebenda en la CEPAL al ser nominado como jefe de esa institución por Allende, luego de su apoyo al candidato marxista. 
 Hoy como ayer, la Izquierda sigue la agenda del Partido Comunista: Nueva Constitución, AFP Estatal, estatizar todo e eliminar las libertades. Para todos es conocidos, que Allende tuvo que firmar las famosas Garantías Constitucionales con la Democracia Cristiana. Omiten un detalle de la historia oficial. La idea de firmar las Garantías vino del Partido Comunista. El periodista norteamericano James Whelan escribe: “El hecho es que el PDC, al excluir a la Derecha, estaba dando su consentimiento a una estratagema ideada por los comunistas, quienes fueron los directores en escena en las negociaciones sobre “garantías”; el propio Partido Socialista, de Allende, se opuso las negociaciones y,”. Allende le dijo a Regis Debray sobre el Estatuto: “Sí, por eso es lo hicimos. Todavía estoy convencido de que fue correcto introducir el Estatuto de Garantías, pero debería dejar en claro que el uso de la palabra negociación aquí no se justifica, porque nosotros no cedimos terreno en una sola línea de nuestro programa de gobierno. Pónganse en el período en que este Estatuto se incluyó en los libros y verá que era una necesidad táctica”. 
 Hoy como ayer, mucha gente de Derecha separa aún Allende del Partido Socialista y el Mir, diciendo que el PS o el grupo terrorista no dejo gobernar al presidente marxista. Lo mismo dicen Bachelet. Solamente los ingenuos o tontos de la derecha separan a la ex mandataria de Guido Girardi, Guillermo Teillier, el Mir, el FPMR, del propio Allende u otro personaje siniestro de la Izquierda: “Me cae simpática Bachelet, no me gusta la gente la acompaña”. Tanto la Nueva Mayoría como la Unidad Popular es una hidra con varias cabezas.
  Leyendo el libro mencionado, los actuales demócratas cristianos no se han dado cuenta, que un proyecto político que venía de la época de Eduardo Frei Montalva, era tener al PDC dentro de una coalición de Izquierda, con los comunistas incluidos. Ahora eso lo vemos en la coalición de la Nueva Mayoría. Los comunistas se demoraron más de cuarenta años en tener a los DC en su proyecto. 
 El Gobierno de Sebastián Piñera ha sido lo que fue el gobierno del demócrata cristiano, Eduardo Frei. Éste con el beneplácito del gobierno norteamericano y la Alianza del Progreso convirtió al país, en el segundo país en que el Estado tenía un rol importante en la economía, después Cuba, en el Hemisferio Occidental; con lo cual le facilito el proyecto a Allende. Aquél con tal de que le aplauda la Izquierda, asumió las banderas del otro lado, con lo cual, le dio pie para desmontar las libertades. 
 Depende de nosotros evitar que se repita la historia. Dejando a Bachelet y a la  Nueva Mayoría en el basurero de la Historia.
Javier Bazán Aguirre.

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