domingo, junio 09, 2013

VENTANA A LA HISTORIA: NERUDA Y LA GUERRA CIVIL.



Si hoy Neruda hace noticia gracias a quienes lo intentan utilizar abriendo su tumba, 40 años atrás el poeta comunista se jugó entero por la opción ideológica que había abrazado desde joven.
Una vez más, el Nobel utilizaba su potente voz para predicar el marxismo, para defender a Allende, para incitar a la revolución. Aunque no figura en el notable libro “Vidas Dobles: Stalin, Willi Münzenburg y la seducción de los intelectuales” (Harper Collins, 1994), el chileno cumple con todas las características que el autor, Stephen Koch, utiliza para describir a los intelectuales al servicio del stalinismo.
Fechado su discurso el 20 de mayo de 1973, Neruda se dirigió al país por cadena de televisión. El día 29, El Siglo publicó completa esa intervención datada en Isla Negra.
Neruda, siguiendo la consigna comunista formulada en su famoso “No a la guerra civil”, inició sus palabras insistiendo en que había que “derrotar esta acción reaccionaria que pretende enlutar a todos los hogares de Chile”, considerando aquella lucha “un deber de la inteligencia que debemos asumir de inmediato”.
En la permanente lógica comunista de la búsqueda de culpables y su castigo, pidió a los intelectuales que colaborasen en “un plan destinado a denunciar a los incitadores de la guerra civil y a demostrar ante el país las consecuencias terribles de una conspiración tan nefasta como antipatriótica”. Procedía así con la fórmula staliniana de siempre: se inicia una lucha sin cuartel contra los enemigos del pueblo; éstos se defienden; pues bien, hay que denunciarlos y aplastarlos porque su actitud demuestra que son, obviamente, enemigos del pueblo.
Y, por cierto, Neruda continuaba descalificando por completo a sus compatriotas opositores a Allende, miembros de un “movimiento homicida que quiere arrastrarnos a una conflagración interna, no sólo es la acción de unos cuantos resentidos o de algunos grupos extremistas”, sino que “la parte más importante en la preparación de este conflicto la tienen las clases que tradicionalmente se opusieron al avance popular y que ahora, derrotadas y desplazadas, quieren  recuperar sus posiciones a viva fuerza, formalizando de este modo un nuevo episodio sangriento que agregar a su largo historial de represiones brutales contra el pueblo de Chile”.
El poeta, a continuación, se constituía, además, en coordinador de acción política, porque llamaba a los intelectuales, artistas plásticos, arquitectos, fotógrafos, escritores, poetas, autores y artistas teatrales, pintores, grabadores, escultores, artesanos, a realizar las más diversas actividades “maravillosamente puestas al servicio de la legalidad y de la patria”, consistentes en “la denuncia de la guerra civil y la preparación moral para rechazarla y enfrentarla”.
En esa tarea, terminaba Neruda, “los artistas, intelectuales, creadores de América Latina, de los Estados Unidos y del Canadá, de los países europeos, asiáticos, africanos y oceánicos (podrán) prestarnos su ayuda, su voz, sus sentimientos fraternales… contra el fascismo y contra el imperialismo”, corroborando así que “el camino chileno, comprendido y admirado por todos los pueblos del mundo, será defendido sin vacilaciones por el pueblo de Chile”.
El poeta, el Nobel, se mostraba una vez más (como en sus versos sobre Stalin) como el militante combativo, como el simple líder de intelectuales ideologizados al servicio del comunismo.
Gonzalo Rojas Sánchez.
VivaChile.org

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