martes, noviembre 27, 2012

EL LIBRO MÀS INCÒMODO DE PATRICIO AYLWIN.


El ex presidente tiene escrito un libro de cerca de 500 páginas sobre la relación de la DC con el gobierno de Allende. Echando mano a 50 carpetas y textos inéditos que ha guardado por décadas, Aylwin redactó en 30 capítulos la crisis que desencadenó el golpe de 1973. El líder DC y su familia reforzaron esta semana la idea de no publicarlo en vida, luego de la controversia que generó su visión crítica de la UP en el diario El País.



Cuando el mes pasado el ex ministro de Interior Carlos Figueroa llegó a la casa de Patricio Aylwin (93), para avanzar en la planificación de un monumento en honor del asesinado dirigente Edmundo Pérez Zujovic, el abogado DC encontró al ex presidente concentrado, revisando unas notas.
-¿En qué está don Patricio? -le preguntó Figueroa, a modo de saludo.
-Aquí estoy, escribiendo el libro sobre Salvador Allende -le respondió Aylwin.
Poco después del golpe, Aylwin comenzó el proyecto. Se trata de un texto en el que mezcla revelaciones, documentos inéditos, reflexiones, anécdotas y un juicio histórico de la relación del gobierno de la Unidad Popular y la Democracia Cristiana, partido que encabezó entre 1971 y 1973.
El libro cuenta hoy con cerca de 500 páginas y ya está terminado, pese a que Aylwin sigue revisándolo día tras día. Por informaciones de cercanos al ex mandatario, se sabe que el texto está estructurado en 30 capítulos. El primero es una reflexión sobre el contexto político de Chile en los años 60. En otros analiza las elecciones presidenciales de 1970, la “vía chilena del socialismo”, la situación económica durante el gobierno de la UP, la vía armada bajo el gobierno de Allende, el clima de violencia y la existencia de grupos armados durante los tres años de Allende en el poder. También realiza un análisis sobre el golpe del 11 de septiembre de 1973.
“He tenido dudas de la conveniencia de que yo haga público este libro. Estoy indeciso sobre si debo dejar que las próximas generaciones discutan estos temas y no ser yo el que abra el debate”, afirmó el ex presidente en la publicación del domingo pasado en el diario El País.
Parte de sus reflexiones las adelantó en la entrevista, donde dejó en claro que el tiempo no ha atemperado su crítica mirada de lo que fue la gestión del ex presidente y su juicio respecto de la responsabilidad de la izquierda en el fin de los mil días de la Unidad Popular. “Allende hizo un mal gobierno, que cayó por las debilidades de él y de su gente (...). Terminó demostrando que no era un buen político, porque si hubiera sido buen político no habría pasado lo que pasó”, manifestó en una de sus frases. Y recalcando que la directiva de su partido intentó cambiar la orientación de la UP, añadió: “En el golpe la DC no tuvo ninguna participación. Eso puedo asegurarlo de manera absoluta”.
La responsabilidad de lo que ocurrió en 1973, afirmó el ex presidente, recayó sobre las espaldas de algunos dirigentes socialistas, entre los que menciona al ex secretario general del partido Carlos Altamirano. “Practicaron la política de choque y de hechos consumados. El lema era avanzar sin transar”.
Las palabras del ex mandatario reavivaron un debate histórico de la Concertación, de alguna manera anestesiado durante la campaña para derrotar a Pinochet y los 30 años en que estuvieron juntos en el poder: el rol de la DC en el golpe. El PS y los Allende criticaron sus afirmaciones y los democratacristianos lo respaldaron en público y en privado, como ocurrió con algunos de sus ex ministros que lo llamaron por teléfono, como Enrique Krauss.
La situación terminó por reforzar la idea que, desde un comienzo, Aylwin y su familia venían masticando: no publicar en vida el libro del ex mandatario sobre el período de la Unidad Popular.
El líder DC reforzaba así su interés por preservar el entendimiento entre democratacristianos y socialistas, eje de la oposición, y mantenerse al margen de la polémica. Tal vez por lo anterior, aunque el libro ya está listo, Aylwin no ha contactado a una editorial. El texto sigue en etapa de edición, en manos de la historiadora y ex ministra de Educación Mariana Aylwin, hija del ex presidente.
Los cercanos a Aylwin cuentan que el ex gobernante DC comenzó a preparar las directrices del libro en 1974. Entonces grababa en cintas sus reflexiones sobre el período de la UP. Entre 1987 y 1999 dejó a un lado el libro, para retomar activamente su labor política. Sólo a partir del 2000 y de manera intermitente, se volcó nuevamente a escribir este texto, en un tono de análisis histórico y político, alejado del estilo intimista y personal de las biografías.
En la obra, afirman sus cercanos, hay mucho material inédito. Desde cartas con dirigentes políticos a discursos, notas de las reuniones de la directiva DC y transcripciones de conversaciones del ex presidente con otros personeros, entre ellos, Allende.
En su oficina de calle Arturo Medina, en Ñuñoa -una casa de dos pisos contigua a su residencia-, Aylwin guardó a lo largo de décadas un extenso archivo personal que usó para realizar el libro. Según el historiador Cristián Gazmuri, quien accedió a parte de esos documentos cuando trabajaba en la biografía de Eduardo Frei Montalva, el ex presidente posee más de 50 archivadores gruesos con diversos documentos. Todo este material, el ex mandatario lo clasificó y sistematizó con la ayuda de un pequeño grupo de jóvenes historiadores. Pero él siempre cuidó de escribirlo personalmente.
También recibió ayuda de varios personeros de la vieja guardia DC, a los que Aylwin les pedía repasar episodios históricos durante almuerzos o invitaciones a tomar té a su casa. Uno de ellos fue Krauss, quien fue subsecretario del Interior, ministro de Economía durante el gobierno de Frei Montalva y miembro de la directiva DC entre 1971 y 1975. Otro fue Sergio Molina, ex ministro de Hacienda de Frei Montalva y de Educación en la administración de Frei Ruiz-Tagle.
“Me pidió recordar detalles sobre los preparativos que se hicieron para la conversación que sostuvo, en agosto de 1973, con Salvador Allende en casa del cardenal Silva Henríquez. A mí me correspondió ver las fórmulas que habíamos planteado para destrabar el tema de la Papelera”, señala Molina, aludiendo al interés de la UP por nacionalizar una de las pocas compañías en manos privadas que iban quedando entre las 20 mayores empresas del país.
Aylwin y su familia han mantenido celoso hermetismo sobre el contenido de este libro. En marzo, de hecho, el ex mandatario le propuso a Molina que le echara una mirada al texto, pero hasta hoy no le envía la copia.
En su libro, Aylwin aborda las conversaciones que sostuvo con el ex mandatario socialista durante los tres años de la UP, pero con especial énfasis en las últimas reuniones, a sólo días del golpe. Por petición de Allende, el cardenal Raúl Silva Henríquez accedió a facilitar su casa para que se realizara un encuentro con Aylwin, con el fin de intentar establecer un diálogo entre el gobierno y la oposición. La cita se efectuó en la noche del 17 de agosto de 1973. Pero no llegaron a un acuerdo para destrabar la situación.
Las notas escritas a mano por Aylwin son revisadas cuidadosamente por su hija Mariana. La ex ministra ha preguntado la opinión de otros historiadores cercanos a ella, como Gazmuri, para contrastar criterios sobre temas sensibles. Una de las consultas apuntó a la viabilidad de las conversaciones entre el entonces timonel de la DC y el gobernante en la casa del cardenal. “Mi impresión es que Allende era sincero en su deseo de buscar fórmulas de entendimiento, pero no lo era en cuanto a creer que éstas fueran a dar resultado”, dice el historiador.
Para Gazmuri había sectores del PS, encabezados por Altamirano, que no creían en el entendimiento. En el libro, dicen en su entorno, Aylwin muestra que los acuerdos fueron bloqueados por este y otros grupos.
El año pasado, el ex mandatario leyó con atención el libro Conversaciones con Carlos Altamirano, que escribió el historiador Gabriel Salazar a partir de sus encuentros con el ex dirigente socialista. Altamirano responsabilizó a la DC de desencadenar el golpe, y en un capítulo identifica a Aylwin como el dirigente que colocó Frei Montalva para ejercer un rol “intransigente” con el gobierno de Allende.
Aylwin ahora está refutando públicamente la visión histórica del ex secretario general del PS. Pero a su libro no le hizo correcciones tras leer la versión de Altamirano, cuentan sus cercanos. Por varios motivos. El libro del ex presidente ha sido escrito de a poco, de forma meditada y alejado de los vaivenes de la contingencia. Por lo mismo, agregan personeros de la DC, las críticas opiniones del ex mandatario sobre Allende, el PS y el gobierno de la Unidad Popular calarán muy hondo en la izquierda y sus jerarcas de la época.
DIARIO LA TERCERA.

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