CHILE : INSULTADO Y HUMILLADO POR LA IZQUIERDA INTERNACIONAL.

Esta semana, el “Tío Fidel”, un sanguinario y multimillonario dictadorzuelo de una bella isla tomada por el comunismo, ha insultado a 15 millones de chilenos, con el beneplácito del PS, y por supuesto, del PC. Sin pelos en la lengua, pidió mar para Bolivia, dándose el gusto de calificar nuestra soberanía, obtenida tras sangre, sudor y lágrimas, de “oligarca” y “fascista” (N de la R: el fascismo acabóse en 1945, por si no lo sabían). Michelle Bachelet, quien lamentablemente es nuestra presidenta, tuvo que esperar volver a Chile para atreverse a sacar la voz y condenar los dichos de Castro -o bien se lo pidieron que lo hiciera-, claro que, se le condena sólo la intromisión y no la calidad de sus dichos, dejando entrever así, la ambigüedad de Bachelet -y del PS chileno- con respecto al ”tema” marítimo, si es que éste merece ser considerado tema.

CHILE, UN PÉRQUIN DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA

En las “Reflexiones de Fidel”, artículo publicado en el jocoso diario cubano Granma, el carnicero más famoso de Latinoamérica enuncia que la “oligarquía” chilena “le arrebató a Bolivia, en una guerra desatada en 1879, la costa marítima que le daba amplio acceso al Océano Pacífico”. Perdón señor Castro, pero ¿con qué moral viene a tratar usted a otros de oligarcas? Según la revista Forbes, en 2004 usted gozaba de un patrimonio de 150 Millones de Dólares, mientras el salario promedio de un cubano no supera los $240 anuales. Usted manda a perseguir a los civiles que disienten de su política, los encarcela y los tortura, con la omnipotencia que lo caracteriza como dictador. Usted, como presidente de un Estado de partido único, ha violado sistemáticamente las libertades civiles de los cubanos y tiene la responsabilidad política de alrededor de 17.000 seres humanos ejecutados desde su tan venerada revolución. ¿Quién es el oligarca, señor Castro?
Según Castro, la “oligarquía” chilena le “arrebató” territorio a Bolivia y dice estar gozando de la reacción de el “sector más rancio de esa oligarquía” ante su curiosa petición. Según su definición del término, cada uno de los chilenos indignados con sus declaraciones, somos oligarcas. Son oligarcas todos aquellos que murieron combatiendo por Chile, por más que estuvieran defendiendo a la patria sin saber que estaban al servicio de los carteles salitreros ingleses. Son oligarcas todos sus descendientes, quienes perdieron a uno de los suyos en una guerra, como sacrificio para que pudieran vivir en esta angosta franja de tierra que usted pretende seguir reduciendo. Son oligarcas también, sin saberlo, cualquier joven de la marina, ejército o fuerza aérea, para quienes la defensa del país es sentimiento y profesión, pese a que sus orígenes sean predominantemente de las clases socioeconómicas bajas del país. Los habitantes de Visviri, Putre, Parinacota y otras localidades, gente que en el mejor de los casos sobrevive con 10 lukas diarias, pero que daría la vida por impedir que sean anexados a Bolivia, por supuesto, también son oligarcas.
A usted, tío Fidel, yo lo respeto mucho. Mal que mal, se ha encargado de mantener a Cuba al margen del Nuevo Orden Mundial. Sus políticas en salud, educación, arte y deportes son envidiables para un país del Tercer Mundo. El funesto sistema neoliberal chileno, el cual es sacrosanto para la presidenta que usted tanto elogió y posó para la foto, está a años luz de ofrecer una calidad de vida digna para todos los chilenos. Usted podría opinar sobre eso en vez del "tema" marítimo. Más de la mitad de Chile se lo agradecería.
Por otro lado, Evo Morales, a quien nadie le echó ficha, agradeció la intromisión del retirado Presidente Vitalicio cubano, pues como cualquier flaite, no puede ir solito a una confrontación, tiene que hacerlo con su pandilla. Seguramente se le hizo agua la boca cuando Castro mencionó al "guano, el nitrato, el cobre y otros valiosos minerales descubiertos después", los cuales se encuentran en el otrora territorio boliviano. Como buen socialista y estatista, debe soñar muy a menudo con apropiarse de la minería chilena de la zona, para que esta pueda ser administrada por el Estado boliviano y así poder saquear la caja fuerte estatal, para finalmente convertirse, junto a sus secuaces del gobierno altiplánico, en multimillonarios, lo que suelen hacer los izquierdistas cuando tienen acceso a las utilidades del sector público.
No sea mediocre, señor Morales. Usted intenta disfrazar sus incapacidades para mantener a Bolivia unida, tal como todos sus antecesores, con la excusa de que Chile les “arrebató” el mar. Mire a Suiza o Austria, son países desarrollados y no tienen mar. Haití está rodeado de mar y como país es un fiasco. El problema es que las diferencias sociales, económicas y étnicas han tenido a Bolivia resquebrajado por más de 180 años. La economía predomiantemente agraria de su país, debido a la herencia cultural indígena es, lamentablemente, poco útil si usted pretende elevar el nivel de vida de los bolivianos. El maíz, la papa y la coca no va a mejorar o empeorar si Bolivia tiene mar. Los índices de analfabetismo no bajarán, ni la esperanza de vida aumentará en su país, si Chile les entrega territorio. Si ustedes quieren mar, no están a más de 4 horas desde La Paz hasta Arica, para que puedan andar en body, hacer playitas o jugar paletas. Ustedes gozan de entrada y salida al mar sin impuestos para el flujo mercantil boliviano, si son económicas las razones que usted aduce para que se le regale un pedazo de tierra y mar chilenos. Si de riquezas naturales se trata, el suelo boliviano goza de una prosperidad sin parangón con Chile. Pero ustedes, por casi dos siglos, siempre han sido unos mendigos sentados sobre una silla de oro.
Para terminar, cuando Castro dijo “repudiaré hasta el último aliento de mi vida la política artera de Augusto Pinochet”, a muchos se le olvida que fue precisamente bajo el Gobierno Militar, la ocasión en que Chile estuvo más cerca de otorgar a Bolivia una salida soberana al mar.
Es cierto que Fidel Castro ya no es -legalmente- el Jefe de Estado cubano, pero sus palabras merecen al menos ser consideradas por los actuales dirigentes cubanos. Ellos no muestran interés alguno en disculparse, así como el oficialismo de Chile no tiene la más mínima intención en exigirles las disculpas. Chile no se está haciendo respetar, y el resultado que se puede esperar es éste, que cualquier país, rico o pobre, gobernado por rogelios o por momios, nos suban al columpio cuando se les de la gana.