GUILLIER SIN BRÚJULA.
EN LOS últimos cuatro meses el candidato presidencial del PR, Alejandro Guillier, ha sufrido una verdadera metamorfosis. Cuando se adentraba en la carrera presidencial, en diciembre, planteaba que el próximo programa de gobierno -pensando ya en el suyo- debía ser “una continuidad del actual” programa y planteaba profundizar las reformas de Bachelet. Ello, coherente con su trayectoria como senador, en que ha aprobado todos los proyectos de la actual administración. Cuando fue proclamado, volvió a apoyar con decisión al gobierno cuando señaló: “El camino de reformas que abrió la Presidenta no solo marcará su gobierno sino que cambió la agenda del debate público. Ese será su legado”.
Hoy vemos en el senador un giro copernicano… Aunque luego intente retractarse. Con una dura y lapidaria crítica al gobierno y al propio programa de la Presidenta, el mismo que hace tan solo cuatro meses quería continuar y profundizar, afirma que Bachelet miró el país “desde arriba”, que las reformas “no le llegan” a la gente, que la educacional no ha cambiado en nada la vida de los colegios, que el país “se está quedando atrás” y está “paralizado”.
Todo lo anterior es verdad, pero la pregunta es ¿qué le pasó a Guillier? Lo peor que le puede ocurrir a alguien que aspira a conducir, y nada menos que a un país entero, es no tener brújula o perderla. Si el conductor no tiene brújula, es imposible llegar a cualquier puerto, da lo mismo si el país se mira desde “arriba” o desde “abajo”, así no se llega a ningún destino.
Todo lo anterior es verdad, pero la pregunta es ¿qué le pasó a Guillier? Lo peor que le puede ocurrir a alguien que aspira a conducir, y nada menos que a un país entero, es no tener brújula o perderla. Si el conductor no tiene brújula, es imposible llegar a cualquier puerto, da lo mismo si el país se mira desde “arriba” o desde “abajo”, así no se llega a ningún destino.
Este es un tema crucial para un país como Chile, que necesita con urgencia un buen gobierno, con un norte claro y un timón firme. Nuestro país necesita recuperar la senda del crecimiento y enfrentar los temas de fondo que urgen a la ciudadanía: salud, educación, seguridad, pensiones, tercera edad, infancia. De eso, hasta ahora no hemos visto nada y es el propio oficialismo el que comienza a incomodarse con el abanderado radical. No solo le enrostran falta de lealtad por sus críticas, también lo apremian para que diga hacia dónde conduciría el país que él encuentra paralizado. Y miran con preocupación sus silencios y ausencias y las dilaciones de su programa y equipo de gobierno.
Es claro lo que está detrás de la arremetida de Guillier contra el gobierno: su evidente preocupación por el estancamiento que está teniendo en las encuestas, donde va topando techo y pierde su capacidad de crecer. Él sabe que en los sondeos está su único capital político frente a la NM y siente que éste se deteriora inevitablemente. Parece que ha optado por el peor de los caminos, ir cambiando permanentemente de lugar buscando donde puede calentar algo más el sol. Ya se dará cuenta que ello no solo confunde a la gente sino que el problema real es que en toda la NM está nublado y empezando a llover. ¿Qué hará en ese momento?
Hoy la ciudadanía es cada vez más exigente. Para ganarse su confianza hay que tener una sola línea y propuestas sólidas para que el país pueda cambiar el rumbo. Se requiere de un capitán que mantenga el timón firme, que conozca la ruta y sepa llegar a un buen puerto… ¡Y que no pierda la brújula!
Andrés Chadwick P.
2 comentarios:
Yo no se que puede opinar un oportunista como Chadwick, miembro de la actual desecha, complice pasiva designada por Piñera, con el cual condenó a nuestros militares presos a una vida ignominiosa en Punta Peuco, tras el cierre del Penal Cordillera que el mismo decretó.
Lo que dijo, eso si, no dista mucho de la realidad que refleja un senador que no hizo nada por su senaturía, más ocupado en ser el "Yes man" de Bachelet y sus secuaces.
Guillier más que radical, se está volviendo en un democratagusano, tan vil como Frei Montalva y Aylwin, dispuesto a traicionar a su bando con tal de irse "donde caliente el sol".
Al final son el mismo establishment responsable del actual circo. El único con principios claros es José Antonio Kast. Sería de lujo que juntara más firmas que los del refichaje de los partidos.
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