viernes, noviembre 01, 2013

"EL OTRO MODELO": FALSEANDO LOS ANTECEDENTES.



En la columna anterior sobre El Otro Modelo, libro de Fernando Atria y otros autores, anunciábamos que en ésta nos referiríamos a los antecedentes que invocan los autores para explicar la supuesta privatización y maldad de las actuales instituciones.
La culpa de todo la tiene “un tramposo”. Esa es la condición en la que queda Jaime Guzmán después de que los autores hablan reiteradamente en esos términos de la Constitución que le adjudican a él y a otros juristas.
Se acusa a Guzmán y a esos otros redactores, de haber estado en contra del sufragio universal y de haber organizado como “punto central” (21) de la Constitución el limitar las opciones para que se la desmontase. Las dos cosas son evidentemente falsas: basta con leer el texto con buena fe para darse cuenta que, por una parte, la Constitución estableció el sufragio universal, y que, por otra, su punto central es la concepción de la persona humana y del bien común (que, por cierto, no tienen nada de neoliberales, como pretenden los autores; quizás por eso mismo, más adelante, llaman “conservadora” a la pretensión de “mantener las cosas como están.” (112).
¿Por qué no aceptan que todo el sentido que tenía y tiene pedir mayorías amplias para modificar el texto es precisamente la defensa de aquellas concepciones? ¿Alguien puede pensar razonablemente que el punto central de un texto es el mecanismo para proteger y no lo protegido?
Lo notable es que los autores están convencidos de que los juristas cercanos al Presidente Pinochet “no creían en la democracia” (76). Como usted sabe, ellos eran unos creyentes tan fervorosos en cualquier otro sistema que, por eso mismo, establecieron una democracia.
Para abundar en su argumentación, los autores sostienen que quienes escribieron el art. 19 querían configurar un régimen neoliberal. Lo fantasioso es que afirman a continuación que “mucho más importante que lo que sus autores pretendían o las palabras que usaron, es la forma en que se lee.” (110).
Atria y sus adláteres nos quieren convencer de que los autores querían algo que no dijeron, y por eso el lector -Atria- dice con total autoridad lo que en realidad querían escribir los redactores de la Constitución.
Esta martingala, por supuesto, no es original de los autores de El Otro Modelo: Ya un Presidente de la Corte Suprema de los EEUU, Brennan, había afirmado años atrás respecto del texto de 1787, que ³nadie sabe lo que la Constitución realmente significa, porque las fuentes de información son limitadas; ni siquiera los padres fundadores sabían qué querían decir. Equivocado y todo, por lo menos era el presidente de esa Corte.
Hoy, para entender la Constitución, usted tiene que preguntarle a los autores de El Otro Modelo. Pida hora.
Gonzalo Rojas Sánchez.
VivaChile.org

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