martes, marzo 19, 2019

NIÑOS QUE DELINQUEN COMO ADULTOS.



Hace muy poco -como para haberlo olvidado-, los niños/ problema de nuestra sociedad, o directamente los chicos/malos, coparon por meses el primer plano por la revelación de muertes y maltratos en el SENAME y que terminó con la (ex) ministra de Justicia, Javiera Blanco, al borde de una acusación constitucional.

Estos niños/problema nutren la delincuencia  que se ha enseñorado y extendido en el país, originando la alarma del Gobierno. Pese a las periódicas  y masivas redadas nocturnas no se ha logrado aminorar la permanencia en las calles de antisociales juveniles, a quienes el hampa les ha cedido casi en exclusividad el asalto a automovilistas y el robo de vehículos. La razón es una sola: por ley, los menores continúan siendo inimputables.

Hay un dato escalofriante en la estadística criminal: si bien ha disminuido la participación de niños y jóvenes en los delitos de connotación pública, quienes continúan actuando lo hacen con más violencia.

El sentir de la población frente a este escenario es de impotencia y rabia.  Las víctimas casi automáticamente responden que "nada se obtiene con tomarlos presos, porque la Justicia los deja en libertad por ser menores de edad". Eso es así, y, por lo mismo, la finalidad del Gobierno es evitar que el joven llegue al momento de la comisión del delito, y ello se logra con un control de identidad previo a los sospechosos. No obstante, la ley permite el chequeo sólo a los mayores de edad (18). El Ejecutivo consensuó con la Defensoría de la Niñez el proyecto para que el registro de identidad sea desde los 14.

Apenas anunciada la iniciativa,  hubo tres tipos de reacciones.  La de la  comunidad, que es la víctima directa de la delincuencia infanto/juvenil, casi a diario. En forma unánime se manifestó de acuerdo con tal posibilidad.
La juventud escolar interpretó "a su pinta" el anuncio, al denunciar que "sólo por vernos con uniforme y mochila nos van a pedir la cédula y nos van a registrar". Asegura que viola nuestra libertad.  Por último, y naturalmente la más difundida, es la posición asumida por la izquierda: "no, porque es darle más atribuciones a una policía desprestigiada y porque "es un oportunismo del Ejecutivo, a raíz de su mala evaluación en el combate a  la delincuencia".

Durante el primer Gobierno de Piñera, éste propuso rebajar la edad de imputabilidad penal a los 14 años, ello en virtud de que en esos años arreció la presencia infantil en las acciones delictuales, porque los adultos  utilizaban a menores como "carne de cañón",  conscientes de que, por su edad, no podían ser detenidos. Hasta la UNICEF (ONU) intervino para impedir que ello se concretase "por constituir un atentado contra la infancia". Le advirtió que sería una "violación a sus derechos"…

Otros son los tipos de "atentados contra la niñez" y ninguno de ellos se asocia a la delincuencia. Por muy linajudo que sea el rango del organismo, ninguno puede imponer su criterio por sobre el régimen interior de un país en un problema tan incontrolable como es la participación de niños y jóvenes en el hampa y, menos aún, un ente internacional puede arrogarse el carácter de  protector de gente mala, independiente de su edad.

La izquierda no cesa en recordarle al Gobierno que "éste ya no es un país conservador", en alusión a que la sociedad ha evolucionado. Si dicha postura no fuera puramente ideológica -"los niños de hoy no son los mismos que los de antes"-, el progresismo no tendría porqué oponerse a un control policial preventivo a menores sospechosos,  desde los 14 años. Hace pocos meses, tres alumnos de tercero medio del INBA, vestidos con overoles blancos, intentaron quemar vivos a carabineros. Todos tenían 16 años.

Efectivamente, la sociedad chilena ha cambiado, y lo ha hecho en todo, no sólo en el ámbito de la delincuencia. Hoy, la actividad sexual los jóvenes la comienzan a los 13 años y también en ese momento de sus vidas se inician en el consumo de alcohol y drogas.

En el desfile del libertinaje femenino del 8 de marzo, en plena marcha, fue entrevistada 'en directo' una chica que confesó tener 13 años. Se le preguntó qué hacía allí y respondió: "como dueña de mi cuerpo estoy aquí para exigir el aborto libre"…

De los abortos realizados en el país en 2018, tras la publicación de la Ley Interrupción del Embarazo, el 56% corresponde a menores de 18, y todas por el argumento de violación…con varios meses de gestación.
No parece coherente que ante una niñez tan precoz, que adquirió tempranamente hábitos de adultos, haya que arrancarse los pelos por la pretensión de controlar la identidad de menores sospechosos de ser semilla de maldad. Se trata de niños que ya, irremediablemente, memorizaron las lecciones de avezados criminales y hampones.

No es de extrañarse: la mala ralea de la politiquería opositora está casi al borde de proteger la delincuencia juvenil y no al lado de quienes, con dificultades es cierto, intentan frenarla y combatirla.

Raúl Pizarro Rivera.
voxpress.cl

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